En Chile la producción de ajo se desarrolla principalmente en la Región de O´Higgins, donde la superficie dedicada a este cultivo representa, en promedio, más del 46 por ciento de...
En Chile la producción de ajo se desarrolla principalmente en la Región de O´Higgins, donde la superficie dedicada a este cultivo representa, en promedio, más del 46 por ciento de la superficie plantada en el país, generando el 43 por ciento de la producción nacional, que se encuentra en manos de la pequeña y mediana agricultura (Mundo Agropecuario-INIA).
Fueron más de 50 productores de ajos, de la región, los que asistieron al seminario y taller, denominado “Cultivo del ajo en la Región de O’Higgins, Avances en su valorización”, que INIA Rayentué, organizó en el marco de la ejecución del proyecto: “Valorización y diversificación del cultivo del ajo”, iniciativa que cuenta con el financiamiento del Fondo de Innovación para la Competitividad FIC, regional.
La actividad de transferencia tecnológica constó de 5 charlas técnicas, que fueron dictadas por igual número de especialistas de INIA, además de dos talleres prácticos, que despertaron mucho interés entre los participantes, dado que pudieron apreciar y diferenciar los insectos relevantes que mayor daño causan a los cultivos de aliáceas.
Según explicaron los investigadores los ajos, al igual todos los organismos, pueden enfermarse e inclusive morir a causa de alguna patología. Los agentes patógenos que los infectan y enferman son de diversa naturaleza; entre ellos podemos mencionar virus, hongos, bacterias e insectos. Situación que los especialistas abordaron en cada una de las charlas, y es así como la doctora, Mónica Madariaga, coordinadora del mencionado proyecto e investigadora de la Unidad de virología en INIA La Platina, en su intervención expuso sobre el efecto que tienen los virus en la producción de ajos, haciendo hincapié en que en un cultivo infectado por virus se obtienen plantas pequeñas, sin vigor, cuyo producto es un bulbo de bajo calibre que pierde absolutamente el atractivo para el mercado y por ende su valor comercial.
Daños causados por hongos
Por su parte, Paulina Sepúlveda, especialista en fitopatología, dio a conocer los “avances de resultados en el control de la pudrición blanca en ajo”, obtenidos durante la ejecución del proyecto a través de ensayos implementados en predios de agricultores. La profesional fue enfática en señalar que esta es una enfermedad devastadora y una vez infectado el suelo, el hongo se mantiene hasta por 10 años.
Nematodos
En tanto la charla sobre los nematodos fitoparásitos que afectan el cultivo del ajo, fue dictada por el nematólogo de INIA-La Platina, doctor Pablo Meza, quien indicó que la prevención de la infestación con nematodos fitoparásitos en un predio agrícola es fundamental, ya que luego de su ingreso la erradicación es prácticamente imposible. Para esto, explicó, tanto el material vegetal como cualquier elemento a usar como sustratos, bolsas, macetas, debe estar libre de nematodos fitoparásitos. Además, señaló, que como buena medida de prevención se debe evitar el ingreso de material contaminado, especialmente de suelo adherido a herramientas o maquinarias agrícolas.
Control de plagas
La charla “Control eficiente de áfidos y Trips asociados al cultivo de ajo, fue dictada por el doctor Claudio Salas, entomólogo INIA-Intihuasi, quien habló sobre la importancia de la transmisión de virus mediante áfidos en el cultivo de ajo. Asimismo, explicó que el control de estos insectos, vectores de virus, tiene directa relación con la calidad del producto final. Además, señaló, que los productos químicos deben ser la última opción, se debe fomentar el control biológico, con los insectos benéficos, incorporando flores en el sistema productivo. Un error frecuente de los productores es el poco o nulo monitoreo de plagas que hacen en los cultivos y es así, como los agricultores aplican insecticidas a modo de calendario, no teniendo un registro del daño causado por los insectos, y en algunos casos, agregó el profesional, aplican los productos químicos sin tener la plaga presente en el cultivo, lo que va en desmedro de una agricultura rentable y ecológicamente amigable con el medioambiente.