Para los pequeños productores, apoyados por INDAP, la clave está en el trabajo asociativo y dar un valor agregado a la producción (Mundo Agropecuario). En el sector alto de Lolorruca,...
Para los pequeños productores, apoyados por INDAP, la clave está en el trabajo asociativo y dar un valor agregado a la producción (Mundo Agropecuario).
En el sector alto de Lolorruca, en la comuna de Loncoche, pequeños productores y recolectores de avellana chilena, se transformaron en microempresarios, tras inaugurar una moderna planta de proceso, infraestructura y equipamiento cofinanciado por INDAP Araucanía, que alcanzó una inversión de más de 37 millones de pesos.
La planta, que beneficia a 11 pequeños agricultores que integran la sociedad Lemunefuen fue inaugurada por los directores regionales de INDAP, Carolina Meier, de CONAF, Julio Figueroa y autoridades locales.
“Este modelo de trabajo asociativo generar dinamismo en las economías locales. Con esta moderna infraestructura estamos abriendo oportunidades de desarrollo, de negocios y canales comercialización sustentables, porque podrán dar un valor agregado a la producción, y de esta forma mejorar los ingresos y calidad de vida para sus familias”, destacó la directora, Carolina Meier.
Durante la ceremonia los emprendedores agradecieron el apoyo entregado por el gobierno. “Estamos muy contentos y agradecidos de INDAP y CONAF porque se hizo realidad este proyecto. Comenzamos como recolectores y ahora con esta planta nos transformamos en microempresarios. Esperamos tener pronto la resolución sanitaria poder sacarle el máximo de provecho, y no sólo procesar avellanas, también nuestro plan de negocios contempla elaborar subproductos como harina y café”, señaló orgullosa Dorka Sáez, presidenta de la asociación.
Por su parte, CONAF conoció los inicios de Lemunefuén, cuando eran recolectores de avellanas y manejaban el bosque y procesaban, en forma artesanal, los frutos y hoy; es testigo del trabajo asociativo sobre el manejo de las masas boscosas, la búsqueda de la certificación orgánica, mejoras en sistemas de cosecha y almacenamiento.
“Estamos felices porque vemos cómo crece y se desarrolla una asociación de productores que trabaja con nuestra Corporación desde el 2015 y en la cual hemos colaborado con asesorías permanentes tanto en el territorio de Loncoche y, en forma particular, en el sector de Lolorruca Alto, así como en el establecimiento de un plan de manejo forestal que ejecuta un extensionista y que ha dado buen resultado de obtener un valor agregado del bosque –de avellanos chileno- con esta sala de proceso”, precisó Julio Figueroa, director de CONAF.
La planta proyecta alcanzar una producción anual de 4 mil kilos de avellana tostada en un período de 5 años, además de elaborar subproductos, que destaquen por su calidad e identidad territorial. Este innovador emprendimiento ya tiene mercado regional para la comercialización de este fruto seco, que destaca por sus propiedades en vitamina E, aportan fibras y minerales como el calcio; tienen ácidos grasos monoinsaturados, que son muy buenos para combatir el colesterol alto.