“El deshidratado como método de conservación de alimentos y desarrollo de ingredientes” fue el tema analizado en la Jornada Técnica organizada por CeTA, que contó con las exposiciones de cuatro...
“El deshidratado como método de conservación de alimentos y desarrollo de ingredientes” fue el tema analizado en la Jornada Técnica organizada por CeTA, que contó con las exposiciones de cuatro expertos en el tema. Desde sus perspectivas, abordaron tecnologías que hoy permiten procesos más eficientes, manteniendo las propiedades de la materia prima y aprovechando desechos y descartes (Mundo Agropecuario).
“La innovación en alimentos requiere del conocimiento de los procesos agroindustriales y de las oportunidades que ofrece la tecnología actualmente disponible”. Así lo señaló el director ejecutivo de CeTA, Jean Paul Veas, luego de concluir la segunda Jornada Técnica organizada por este centro tecnológico.
El encuentro tuvo lugar en el Centro de Innovación 3M, en Santiago, y contó con la participación de cuatro expertos, los que abordaron desde sus experiencias los procesos de deshidratado de alimentos. Andrea Mahn, investigadora de la Universidad de Santiago de Chile, expuso sobre el “Desarrollo de un ingrediente funcional deshidratado, desde el concepto hasta el escalamiento”; Jorge Gacitúa, ingeniero agroindustrial del Nodo Sur CeTA/UFRO, abordó “El deshidratado por microondas al vacío como tecnología alternativa al deshidratado de berries y hierbas medicinales”; Juan Pablo Vivanco, de Alfa Group, se refirió al “Uso del secado por atomización en el desarrollo de ingredientes innovadores”, y Manuel Palma, de Ecoterra, trató el tema del “Aumento de la vida útil de ingredientes protegidos a través de las tecnologías de spray drying y spray cooling”.
Deshidratado eficiente, que aprovecha desechos
Jorge Gacitúa, del Nodo Sur CeTA/UFRO, explica que el deshidratado de alimentos ha tomado una mayor relevancia “porque permite conservar los alimentos, evitando así el alto costo de la cadena de frío. Además, ahora se cuenta con nuevas tecnologías, que hacen que el proceso de deshidratado sea económico, rápido y que resguarde las propiedades de la materia prima. Por ejemplo, el deshidratado por microondas al vacío representa un tercio del costo del liofilizado y, en términos de tiempo, si hacemos la comparación con el sistema de secado convectivo, que es el tradicional, pasamos de 12- 15 horas, a menos de dos horas de duración del proceso”.
Asimismo, el deshidratado permite aprovechar los desechos de otros procesos, como ocurre con los jugos. “Cuando se hace un jugo natural, se desecha alrededor de un 30 a 40% de la fibra que queda. Con las nuevas tecnologías, se puede recuperar y deshidratar la fibra, que puede volver a agregarse al jugo. De esta manera, se transforma en un ingrediente que aporta fibra, lo que permite potenciar el producto”, sostiene Jorge Gacitúa.
Lo mismo ocurre con los descartes de las verduras, como lo expuso Andrea Mahn, que está trabajando en un proyecto de deshidratado que usa los descartes del brócoli; es decir, aquellos que no cumplen con la forma requerida para su comercialización. Según explica la investigadora de la Usach, “nos hemos encontrado con que el brócoli deshidratado tiene más proteínas que la harina de soya y más fibra que la avena, por lo que se amplían los potenciales usos de este ingrediente, no sólo como alimento funcional o nutracéutico -que es lo que pensamos originalmente por las propiedades anticancerígenas del brócoli- sino para la formulación de alimentos saludables con alto contenido de proteínas y fibra”.