La iniciativa apoyada por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) busca contribuir a la alimentación saludable de las personas y ser una alternativa agronómica, con alto valor agregado, para...
La iniciativa apoyada por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) busca contribuir a la alimentación saludable de las personas y ser una alternativa agronómica, con alto valor agregado, para cientos de productores que cultivan especies forrajeras en la zona centro sur del país (Mundo Agropecuario).
A nivel mundial la demanda por colorantes naturales, específicamente por extractos como la clorofila, que proporcionan el “color verde” de manera saludable a lácteos, jugos, jaleas, aguas saborizadas e incluso golosinas, ha crecido inmensamente y Chile no es la excepción. A nivel global, la tendencia que busca alimentos más naturales sin efectos nocivos en la salud humana está en aumento.
Alertados por esta situación, un grupo de profesionales del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), entidad vinculada al Ministerio de Agricultura, junto a la empresa privada, comenzó a buscar alternativas que permitieran extraer este pigmento, pero a un menor costo que al incurrido en la actualidad. Fue así como, se identificaron dos especies forrajeras (trébol rosado y alfalfa), para el uso alimentario, que actualmente se evalúan para poder optimizar la producción y extracción del pigmento.
Así lo explicó la coordinadora nacional del Programa Nacional de Alimentos del INIA, María Teresa Pino, quien agregó que “es muy relevante valorizar nuestras materias primas y ofrecer nuevas alternativas al productor y a los terrenos agrícolas no usados por la fruticultura u otros cultivos más rentables. Pero además, es importante destacar que producción de clorofilas, tanto como colorante como ingredientes con propiedades funcionales, tienen un nicho en el denominado Mercado de Salud y Bienestar que crece a una tasa cercana al 6%. La población en general hoy está más consciente de la importancia de consumir alimentos saludables y que aporten más allá del sabor”, explicó Pino.
En ese sentido, la investigadora del Programa de Alimentos, Cristina Vergara, especificó que la clorofila no sólo se usa en la industria alimentaria sino también en otras industrias como la nutracéutica, debido a sus cualidades, entre las que se encuentra aumentar el metabolismo, mejorar la digestión y, por lo tanto, los efectos detox. “Por estas razones se utiliza como un compuesto de propiedades saludables en la dieta diaria de las personas”, enfatizó la doctora en Nutrición y Alimentos.
Actualmente, el proyecto se encuentra en una etapa intermedia y se espera que a principio del 2020 se obtengan los prototipos de extractos creados. “Ya se evaluaron en terreno especies forrajeras de las que potencialmente se podría extraer esta clorofila y ahora estamos trabajando en el laboratorio de alimentos de INIA La Platina para elaborar extractos de clorofila que sean saludable en la medida que podamos usarlos. Sin embargo, lo más importante es que la clorofila -molécula versátil, con propiedades saludables- es inestable frente a condiciones ambientales. Pierde su actividad frente a la luz, temperatura y otras condiciones del ambiente, por lo tanto, el desafío es lograr hacer un extracto a partir de estas especies forrajeras, con alto contenido de clorofila, que sean verdes, pero que además se mantengas estables en el tiempo, es decir, no se degraden, no pierdan su color”, aclaró Cristina.
En busca de la mejor especie
El Programa de Especies Forrajeras de INIA trabaja evaluando materiales introducidos y generando variedades propias a objeto de poner a disposición de los productores cultivares adaptados, con buena producción de forraje y persistentes en los ambientes de la zona ganadera del país. “Hasta el momento, se dispone de líneas genéticas avanzadas y cultivares de especies leguminosas perennes (Alfalfa, Trébol Rosado y Lotera de Hoja Ancha), altamente adaptados a las condiciones de suelo y clima nacional. Este germoplasma, por sus atributos genéticos y fisiológicos, posee un alto potencial de producción de forraje y al mismo tiempo de clorofilas”, dijo el Subdirector Regional de Investigación y Desarrollo de INIA Quilamapu, Luis Inostroza, quien agregó que, dentro del grupo de especies forrajeras, la alfalfa se considera la matriz con mayor potencial de producción de clorofilas.
En tanto, otra especie que están evaluando es el trébol rosado “una importante especie leguminosa pratense a nivel mundial y en Chile, que entre sus atributos destaca su amplia adaptabilidad a distintas condiciones ambientales, suelos de profundidad y fertilidad medias, su elevado potencial productivo y su rápida entrada en producción una vez establecido, mostrando una buena capacidad competitiva con malezas al establecimiento”, detalló el coordinador nacional del Programas Recursos Genéticos y Cultivos, Fernando Ortega.
A estos atributos se debe sumar que trébol rosado es la única especie leguminosa forrajera en la cual INIA ha estado trabajando en su mejoramiento genético por más de cinco décadas, lo que determina que tengamos disponibles variedades de excelente adaptación a las condiciones nacionales.
Ambos investigadores detallaron que se busca seleccionar la mejor especie forrajera y al mismo tiempo los cultivares y/o líneas genéticas con mayor potencial de producción de clorofila por unidad de superficie. Al mismo tiempo, se definirán las prácticas de manejo agronómico que maximizan la producción de clorofilas y mantención de su estado químico para el procesamiento industrial. Finalmente, en conjunto con la industria, se validarán metodologías industriales a nivel piloto para la extracción y formulación de la clorofila, y con los resultados en mano, se diseñará e implementará un modelo de negocio para la comercialización de clorofila. El modelo de negocio se sustentará en la producción de biomasa por agricultores de la zona ganadera de Chile (pequeños y medianos), quienes tienen amplia experiencia en el cultivo de especies forrajeras. “He aquí un ejemplo claro en donde la sinergia entre la ciencia y la industria, traen un beneficio directo a la comunidad”, acotó la coordinadora nacional del Programa Nacional de Alimentos del INIA, María Teresa Pino.