La industria vitivinícola nacional ha logrado un relevante desarrollo los últimos años, destacando las cualidades de suelo y clima que favorecen la producción de un vino que lo hacen único...
La industria vitivinícola nacional ha logrado un relevante desarrollo los últimos años, destacando las cualidades de suelo y clima que favorecen la producción de un vino que lo hacen único y fascinante a los consumidores más exigente a nivel mundial (Mundo Agropecuario).
La zona de Colchagua, ha sido reconocida por la calidad de sus vinos, obteniendo importantes reconocimientos a nivel internacional. Pero estas cualidades no son exclusivas de las grandes viñas, muy por el contrario los pequeños productores están desarrollando un trabajo de rescate del conocimiento patrimonial de la producción del vino en la zona. Es así como la Red del Vino de Colchagua hace algunos años está produciendo vinos en forma asociativa y agregando valor a los productos patrimoniales elaborados por los pequeños productores vitivinícolas de la región de O’Higgins.
El proyecto apoyado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de O´Higgins, busca potenciar el desarrollo de nuevos productos para aumentar la oferta de los pequeños viticultores de la zona, agregando el valor patrimonial con el sello del territorio como vinos naturales, vino de misa, chicha y arrope.
El coordinador del proyecto, Rodrigo Valenzuela, indica que una de las principales cualidades del Valle de Colchagua, es el clima mediterráneo con veranos calurosos y secos e inviernos fríos y lluviosos, “sumado a la calidad de sus suelos, que presenta una mezcla de arcilla franca de textura fina y limo franco, bordeada por tierra volcánica de textura media en las estribaciones, creando la condiciones necesarias para el crecimiento de vides de calidad”.
En esta línea el representante macrozonal de FIA en O’Higgins y Maule, Robert Giovanetti valoró el desarrollo de esta iniciativa, “ya que de esta manera mejoramos la competitividad y la rentabilidad de los vinos artesanales que produce la agricultura familiar campesina, por medio de un modelo de negocio que permite destacar en el mercado nacional”.
Vino con tradiciones
Obtener vinos con un sello distintivo resulta ser la clave del éxito para destacar en los mercados, es así como el vino patrimonial de los pequeños productores de Colchagua ha sobresalido por rescatar las tradiciones en la producción del vino en la zona, por medio de técnicas ancestrales que unen el sabor de cepas que se producen en condiciones edafoclimáticas únicas de la zona.
En este contexto han obtenido importantes premios como el Internacional Test – Aankoop, Campesino Chardonnay 2019, en la categoría como el mejor de Sudamérica. Sumado al premio Medalla de Oro, por el vino Petir Verdot en el Concurso Catador Wine 2019.
La asociatividad ha sido un ingrediente extra, que ha contribuido a los buenos resultados en la producción y por consecuencia de los pequeños productores que pasaron de producir uva a un vino de calidad, a través de la diferenciación tanto del producto como del relato de la vinificación.
Actualmente el proyecto se encuentra en su última etapa, en el proceso de guarda para luego dar paso al embotellamiento y comercialización del segundo año de producción.