El proyecto logró obtener compostaje de alta calidad para la agricultura a partir de esta maleza, estableciendo protocolos de trabajo para la elaboración de este insumo (Mundo Agropecuario). Aunque se...
El proyecto logró obtener compostaje de alta calidad para la agricultura a partir de esta maleza, estableciendo protocolos de trabajo para la elaboración de este insumo (Mundo Agropecuario).
Aunque se conoce que la mostaza negra no puede ser eliminada definitivamente, su control es una necesidad imperiosa. Es por esta razón que el Gobierno Regional de Antofagasta junto al ministerio de Agricultura impulsaron una iniciativa que buscó desarrollar protocolos de producción de compost derivado de residuos de mostaza negra (Lepidium latifolium) para ser usado en el mejoramiento de suelos y disminuir la dispersión de la maleza.
El proyecto –ejecutado por Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) Intihuasi e impulsado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA)– logró obtener compostaje de alta calidad para la agricultura a partir de esta maleza, estableciendo protocolos de trabajo para la elaboración de este insumo.
Los resultados se dieron a conocer en un día de campo y seminario realizado en Calama y que contó con la participación del seremi de Agricultura de la región de Antofagasta, Gerardo Castro; el representante macrozonal de FIA en la región de Antofagasta, Ignacio Delfino; el director regional de INIA Intihuasi, Edgardo Díaz; el investigador de Control de Malezas de INIA, Lorenzo León; y la experta en Taxonomía de Malezas de Inia, Guissella Reyes.
En este sentido, el secretario regional ministerial de Agricultura de la región de Antofagasta, Gerardo Castro, explicó que los resultados obtenidos tras este proyecto se complementan con el trabajo que el Gobierno Regional junto al ministerio de Agricultura están realizando para controlar esta dañina maleza que atormenta a los agricultores de la provincia El Loa.
“Estamos realizando un ataque frontal a esta maleza, pero esta acción quedaría inconclusa si es que los residuos de la mostaza negra no se procesan. Es así como, para estos efectos, a través de un proyecto del FIA ejecutado por el INIA, se desarrolló la forma en que es posible obtener compost de alta calidad a partir de los residuos de la mostaza negra”, declaró Gerardo Castro.
¿Cómo surgió esta idea?
El ingeniero agrónomo del INIA a cargo de la ejecución de este proyecto, Juan Luis Sepúlveda, explicó que la idea surgió en el transcurso de otra iniciativa, el desarrollo de protocolos de control de la maleza. El profesional cuenta que trabajando en ese proyecto se percataron que una de las formas de control que tenían los agricultores era cortar la maleza y quemarla, con toda la carga de contaminación que esta acción produce y con el riesgo asociado de incendios forestales presente en una zona saturada como Calama, por lo que había que hacer algo.
“Los suelos de la región son súper pobres en materia orgánica. Por esta razón vimos una oportunidad de convertir toda esta biomasa que genera la maleza en algo que fuera aprovechable, evitando la quema y aumentando los niveles de materia orgánica en los suelos de la zona”, explicó Sepúlveda.
Según lo expresado por el profesional, este trabajo comenzó a fines del 2017 y finalizó en noviembre de este año, tiempo en el cual se logró desarrollar protocolos de compostaje de alta calidad a partir de esta maleza.
“Esto quiere decir que ahora sabemos en qué proporciones y qué tipo de maleza podemos ocupar específicamente para generar un compost de buena calidad y que cumpla con todos los parámetros que exige la norma chilena de compostaje, la 2880”, declaró el ingeniero agrónomo del INIA.
Compost
De acuerdo con Sepúlveda, lo que se buscó en este trabajo fue lograr que el compostaje que se estaba produciendo alcanzara una cierta temperatura que permitiera que la semilla de mostaza negra, la materia prima de este producto, se inviabilizaran.
“De esta manera obtuvimos protocolos para obtener un compost que era seguro de aplicar en otros sectores y así no propagar la maleza. Esta investigación nos proporcionó una forma de detener la propagación de la mostaza negra en El Loa”, aseguró el especialista.
En relación con proporción de materia prima y compostaje obtenido, Juan Luis Sepúlveda aclaró que para la obtención del producto final se requiere que el agricultor disponga una pila de 1,5 metros de ancho por 1,5 metros de alto de material.
“La correcta disposición de este material le puede garantizar a un agricultor poder generar alrededor de 400 kilos de compost maduro”, resaltó el profesional, quien añadió que “lo ideal es que este compost sea utilizado inmediatamente y no sea acumulado, dado a que es producto de una descomposición microbiana orgánica y si lo dejamos mucho tiempo almacenado la carga de microorganismos benéficos va a ir disminuyendo. Siempre va a ser un aporte de materia orgánica al suelo, pero la gracia del compost es que aparte de ser materia orgánica nos genera una cantidad de microrganismos benéficos que generan vida en el suelo”.
Por su parte, Edgardo Díaz director regional de INIA Intihuasi señaló “hemos realizado una importante transferencia de conocimientos a nuestros agricultores, lo que les permitirá controlar de manera efectiva la maleza mostaza negra, para lo cual se han definido distintos protocolos de compostaje que transformaran finalmente esta materia orgánica en compost, un abono natural. En síntesis, mediante la ciencia y la difusión de conocimientos hemos logrado transformar este serio problema en una oportunidad para avanzar hacia una agricultura más agroecológica y sostenible”
En este sentido el representante macrozonal de FIA en la región de Antofagasta, Ignacio Delfino relevó que “para los agricultores del oasis de Calama y para FIA este proyecto significó una tremenda responsabilidad al convertir un problema tan dañino como es la maleza de la mostaza negra en una oportunidad, al utilizarla como compostaje, mejorando los suelos agrícolas de los productores y obteniendo importantes ganancias para ellos desde el punto de vista productivo. Los objetivos del proyecto eran precisamente lograr utilizar esta maleza tan abrasiva en una fuente de nitrógeno, que quedara disponible para el suelo y así acomodar y suplementar la fertilización mineral de sus plantas”, junto con esto agregó que “como Fundación valoramos estos resultados y sobre todo que les haya quedado un insumo tan importante a los agricultores, pudiendo optar a realizar un manejo sustentable de esta maleza y así también disminuir el uso de los agroquímicos contribuyendo al desarrollo medioambiental”, finalizó el representante de FIA.