Nicolás Pizarro, investigador de INIA Remehue y especialista en inocuidad alimentaria, analiza la incidencia de algunas informaciones que inducen a eliminar estos productos de la dieta (Mundo Agropecuario). Por algunos...
Nicolás Pizarro, investigador de INIA Remehue y especialista en inocuidad alimentaria, analiza la incidencia de algunas informaciones que inducen a eliminar estos productos de la dieta (Mundo Agropecuario).
Por algunos años nos hicieron creer que la margarina era más saludable que la mantequilla y que los lácteos afectaban nuestra salud. A esos mitos hoy se han sumado otros cuestionamientos como “la leche produce flema y asma”, “la leche de vaca es para los terneros y no es apta para los humanos”.
Ante esta situación, científicos de todo el mundo se han preocupado de derribar los mitos sobre las consecuencias negativas de los lácteos y mantienen firme la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de consumir 3 porciones de lácteos al día para una dieta equilibrada.
Por su elevado valor nutricional, advierten que la eliminación o restricción de estos alimentos de nuestra dieta, sin la existencia de circunstancias que las avalen como las alergias alimentarias y otras, puede tener repercusiones negativas para la salud.
Así las cosas, ¿es posible saber cuánto han influido estas informaciones falsas o “fake news” en el consumo de lácteos?
En el Consorcio Lechero, organización que busca articular a toda la cadena láctea nacional, sostienen que “si bien no es posible saber exactamente si esta contrapropaganda ha afectado el consumo de lácteos, como institución nosotros hemos impulsado un programa denominado Gracias a la Leche, que busca informar sobre las propiedades de la leche y sus derivados y la importancia de su consumo diario en todas las etapas de la vida”. Ver: https://consorciolechero.cl/gracias-a-la-leche/
Por otra parte, las cifras de Odepa muestran que el consumo per cápita de productos lácteos a nivel internacional se ha incrementado en forma constante en las últimas décadas. Entre 2009 y 2018 ha crecido a una tasa promedio anual de 0,9%, llegando a un per cápita de 113,7 litros anuales. En el mismo período la población mundial creció a una tasa de 1,2%, lo que es algo mayor al crecimiento del consumo.
Según proyecciones de OCDE-FAO en la década 2019-2028, se espera que el consumo global de productos lácteos frescos y procesados aumente en 2,1% y 1,5% al año respectivamente, y este mayor consumo estará liderado por los países en vía de desarrollo, los cuales además impulsarán el crecimiento de la población.
En Chile, el consumo de lácteos hoy se acerca a los 150 litros per cápita, existiendo también un importante comercio exterior de productos derivados de la leche bovina.
En cuanto a la producción, en el período 2004 a 2019, hay un crecimiento de 1.897 a 2.321 millones de litros, lo que representa una tasa anual de 1,4%. El punto más alto de esta serie ocurre el año 2014 con 2.486 millones de litros, aún cuando en los últimos 4 años se observa una baja y un estancamiento en la recepción. De hecho, el año 2019 la recepción total disminuyó 1% respecto al año anterior. La recepción de la industria mayor de redujo un 1,4%, mientras que la industria menor aumentó un 3%.