La iniciativa liderada por South Pacific Seeds Chile S.A. (SPS Chile), consiste en desarrollar ingredientes funcionales a partir de semillas de Chía, Albahaca y Viborera (Mundo Agropecuario). Los ácidos grasos...
La iniciativa liderada por South Pacific Seeds Chile S.A. (SPS Chile), consiste en desarrollar ingredientes funcionales a partir de semillas de Chía, Albahaca y Viborera (Mundo Agropecuario).
Los ácidos grasos de la familia Omega 3 son fundamentales para el ser humano. Sin embargo, algunos de esos ácidos no son producidos por nuestro organismo. Un proyecto apoyado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) busca irrumpir en el mercado de la producción de aceites especiales – ante la gran demanda mundial por productos más sanos y una industria alimentaria ávida – y abrirse en el futuro al comercio internacional. Así, Chile podría posicionarse en este sector agrícola.
La iniciativa liderada por South Pacific Seeds Chile S.A. (SPS Chile), consiste en desarrollar ingredientes funcionales a partir de semillas de Chía, Albahaca y Viborera producidas en territorio nacional. Aquella que cuenta con la colaboración de empresas agrícolas de las regiones del Biobío y O’Higgins, a fin de producir aceites Omega 3 de la manera más sustentable posible y a gran escala.
“Buscamos que los proyectos sean una alternativa rentable a todo nivel; tanto para el agricultor, para el procesador y para quien compra el producto final. Queremos también, sacarle el máximo provecho a los productos que estamos testeando, para lograr un proceso Basura Cero. En resumen, buscamos lograr un producto de alta calidad, que sea innovador y con un proceso de producción sustentable” comenta Winston Colvin, gerente general de South Pacific Seeds Chile e impulsor del proyecto.
“Usamos una mayor cantidad de mano de obra para el control de maleza en este tipo de producciones. Lo que hace que el uso de herbicidas o no se utilice o se minimice”, agrega sobre este aspecto Carlos Smith, ingeniero agrónomo especializado en cultivo de semillas, encargado de apoyar al proyecto con los procesos de producción. Smith, cuya productora agrícola está en El Carmen en la provincia de Ñuble, resalta lo importante que es este proyecto para la imagen país en el mundo y su rol en la producción agrícola.
En esa línea, el director ejecutivo de FIA, Álvaro Eyzaguirre, sostiene que “la funcionalidad alimentaria es vital para evaluar el comportamiento de cultivos que permiten a Chile abrirse a nuevos mercados de la industria, junto con procesos tecnológicos que la propia FAO nos puso como reto al momento de establecer que al año 2050, habrá un aumento de población. Y debemos ser capaces de abastecernos gracias a sistemas innovadores que aumenten productividad sin comprometer la base natural de los recursos”.
Chía y Albahaca
En las pruebas también están participando académicos de universidades chilenas. Entre ellos está Loreto Muñoz, académica e investigadora de la U. Central. Ella señala que han hecho hallazgos interesantes, como lo es descubrir que la semilla de albahaca produce un aceite similar al de la semilla de Chía. Con rendimientos de extracción cercanos al 25% y con concentraciones de ácido alfa linoleico (ALA) rondando el 60%, a modo de referencia, el aceite de oliva posee un 7,5% de ALA aproximadamente.
La investigadora resalta los beneficios que tiene el proceso de extracción de aceites: “Por un lado el aceite que es rico en Omega 3, en ácidos grasos poliinsaturados, que son super buenos para la salud, pero por otro lado utilizar los otros coproductos en otras aplicaciones”. Porque el proceso de extracción genera también una harina rica en proteínas y fibra que también puede ser aprovechado en la industria alimentaria, según afirma la investigadora.
Comercio promisorio
El futuro de la idea comercial es promisorio por la alta demanda a nivel internacional. Se anticipa que el valor del mercado de los ácidos agrasos esenciales llegará a 10 billones de dólares hacia fines de 2027. Una oportunidad económica de crecimiento para el país, dando empleo a agricultores, productoras agrícolas e investigadores chilenos, logrando la creación de un producto saludable, básico e imprescindible en nuestra alimentación.
Según, Winston Colvin, “nuestro cuerpo no es capaz de sintetizar los aceites Omega 3 necesarios, tal como lo declara la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de Alimentación. Para obtenerlos la ingesta de alimentos es clave. El consumo adecuado de los ácidos grasos mejora nuestro nivel cardiovascular, regulan los lípidos de nuestra sangre y fortalecen el sistema inmune. Se traduce finalmente en una alimentación más equilibrada y sana para nuestro organismo”.
Proyección
Su comercialización en Chile y en el mundo podría implicar una fuerte transformación. Tradicionalmente el sector cosmético suele hacer uso de estos aceites, pero el proyecto busca romper el paradigma, innovando en la oferta. Uno de los objetivos es aportar con estos nutrientes básicos a la industria alimentaria chilena y mundial en productos como comida para bebés, cereales y alimentos de panadería y pastelería, entre otros.
La investigación apoyada por la FIA está en su fase final, así lo afirma Loreto Muñoz quien agrega que están casi listos y que sólo hace falta tener el prototipo final. SPS Chile estaría en condiciones de crear un producto altamente competitivo en precio, de alta calidad e inocuidad por su segura forma de producción. Además de asentar un paso en la dirección correcta para impulsar la economía nacional generando nuevos focos de producción que beneficiarán a pequeños y medianos agricultores de las regiones de O’Higgins y Bío Bío.