El proyecto −apoyado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA)− contempla un prototipo de infraestructura productiva, un sistema de vigilancia solar y GPS, uso de chalecos protectores térmicos...
El proyecto −apoyado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA)− contempla un prototipo de infraestructura productiva, un sistema de vigilancia solar y GPS, uso de chalecos protectores térmicos en las crías (Mundo Agropecuario).
Por temor a que las familias vendan o abandonen sus rebaños de llamas por falta de condiciones económicas y sociales en la comuna de General Lagos, Región de Arica y Parinacota, un joven veterinario decide ser actor de cambio e innova con la primera estancia ecológica altoandina que permita mejorar los índices productivos –que entrega la crianza del ancestral camélido– de una manera sustentable, aportando a una mayor calidad de vida a los habitantes del territorio altiplánico.
Actualmente, según el último Censo Agropecuario, hay 17.392 llamas en la región, de las cuales, 13.025 habitan en la comuna de General Lagos, que tiene como capital comunal al pueblo de Visviri, el cual, colinda con territorio boliviano y peruano; y que además mantiene una relación única entre el habitante altoandino y las llamas. Un permanente retrato que se espera rescatar de la mano del proyecto apoyado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), dependiente del Ministerio de Agricultura.
“La iniciativa consiste en generar un modelo innovador de producción de llamas que incluirá innovaciones a nivel de infraestructura productiva, adaptación al cambio climático, manejo de pastoreo y control de los animales; y de esa manera mejorar los índices productivos de una manera sustentable y ecológica”, dice Rolando Manzano Rada, ejecutor del proyecto y descendiente de una familia aymara ganadera.
En esa línea, Rolando comenta que su propuesta forma parte de una microempresa familiar que se llama “Estancia Manzano”. La matriarca de este emprendimiento – dice – fue su abuela Concepción Butrón Butrón, quien comenzó con la crianza de llamas y alpacas; y que luego de su muerte, “nos heredó a mi padre y a mí el cuidado y respeto de los animales”.
El por qué
Además de su conexión familiar, Rolando, quien estudió medicina veterinaria en la Universidad de Concepción y además ha obtenido experiencia desde niño en la ganadería de camélidos, sostiene que hay factores sociales, culturales y económicos que motivaron su postulación a la Convocatoria de Jóvenes Innovadores de 2020 de FIA.
“La disminución de la población rural, el éxodo de los jóvenes por falta de oportunidades laborales, el descenso de la cantidad de camélidos y junto con la baja productividad/rentabilidad del rubro está generando que la continuidad de esta ganadería peligre debido a que muchas familias tienen que vender, abandonar o ir acabando con su rebaño. Es necesario indicar que los camélidos no solo cumplen un objetivo económico para la población andina, sino que también son elementos importantes en su cultura y cosmovisión; así también juegan un rol importante en el aspecto geopolítico nacional, ya que, gracias a esta actividad, existen compatriotas habitando las fronteras”, agrega Rolando.
Por otro lado, comenta que el efecto del recrudecimiento climático provoca aumento en la tasa de mortalidad, generando, agrega, “un impacto en la frágil economía del poblador altoandino, ya que es necesario esperar 2 años o más para poder faenar un animal y recibir un retorno económico precario”.
Sobre la propuesta, el director ejecutivo de FIA, Álvaro Eyzaguirre, sostiene que la “la llama es reconocida por ser el animal del futuro, por su resistencia al cambio climático y su fácil alimentación. Así que estamos muy entusiasmados de apoyar esta iniciativa que insta al cambio, convirtiéndose en un motor para superar desafíos sociales, culturales y económicos que se presentan en Visviri. Además, en el proceso de modernización de FIA, hemos también contemplado empapar con innovación cada uno de los rincones de Chile, y esto es una prueba de ello”.
Proyecto
La innovación contempla la construcción de un corral techado solar que contenga manga de trabajo, baño antisárnico, galpón para acopio de forraje, instalación de un sistema de cámaras de seguridad en el corral alimentadas con energía solar y despliegue de un sistema de posicionamiento global (GPS) que permita vigilar la seguridad de los animales; implementación de chalecos protectores térmicos en las crías recién nacidas; y generar un sistema de control natural de las patologías más frecuentes.
“Queremos disminuir la mortalidad de crías y aumentar la fertilidad, conseguir una mayor oferta de carne ecológica y de animales para el mercado. Por otro lado, la idea es que este sistema sea replicado por los demás ganaderos y ganaderas de Visviri, ya que desde el punto de vista tecnológico y productivo, estamos atrasados”, concluye el joven.
El proyecto FIA se encuentra conectado directamente con otro emprendimiento familiar denominado “Planta Elaboradora de Charki Solar” de Estancia Manzano. La diferencia es que la granja ecológica mejora el proceso de la cría de llamas; mientras que el otro apunta a la elaboración de charki gourmet de camélidos. Un complemento necesario para la puerta de Chile en el norte.