Un nuevo estudio, publicado en The Journal of Nutrition, también destaca que, en otras investigaciones realizadas en la misma cohorte, algo similar ocurre con el consumo de alcohol. Muchos estudios...
Un nuevo estudio, publicado en The Journal of Nutrition, también destaca que, en otras investigaciones realizadas en la misma cohorte, algo similar ocurre con el consumo de alcohol.
Muchos estudios han descrito numerosos beneficios del café sobre la salud, incluyendo un menor riesgo de diabetes, enfermedad cardiovascular, algunos tipos de cáncer y mortalidad general. Además, las personas diabéticas o hipertensas que toman café no han mostrado más riesgo de enfermedad cardiovascular, ni los consumidores de café que han tenido un infarto de miocardio tienen más riesgo de nuevos infartos.
No obstante, muchos de los estudios realizados pueden tener ciertas limitaciones, entre las que destaca la llamada ‘causalidad inversa’. Porque, en adultos mayores ¿es el café lo que mejora la salud? O, por el contrario, ¿es que quien tiene buena salud sigue tomando café, pero quien se pone enfermo deja de tomarlo porque le sienta mal o porque piensa que es perjudicial?
Para aclarar este asunto, investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), del CIBERESP y del IMDEA de Alimentación, expertos en medicina preventiva y salud pública, investigaron a 718 consumidores de café mayores de 60 años de toda España incluidos en la cohorte ENRICA-Seniors-1.
El estado de salud influye en el consumo de café
“El estudio se inició en los años 2008-2010, recogiendo datos sobre el estado de salud de los participantes, valorado mediante la acumulación de hasta 52 déficits de salud y sobre el consumo de café (con cafeína o descafeinado), tanto en ese momento como en 2012 y 2017”, explican los autores.
El equipo observó que, efectivamente, el estado de salud influía en el consumo de café. “Las personas cuya salud empeoraba más durante los 3 primeros años de seguimiento, con más frecuencia dejaban de tomar café con cafeína durante los 5 años siguientes. Esto, sin embargo, no se observó para el café descafeinado. Los factores que más influyeron en dejar de tomar café con cafeína fueron el deterioro funcional y de la salud mental, el empeoramiento de la salud percibida por el propio individuo y la aparición de hipertensión”.
“Respondiendo a las preguntas que nos hacíamos al inicio —continúan los autores—, estos resultados sugieren que parte del efecto beneficioso del café sobre la salud encontrado en muchos estudios podría ser debido a la influencia del estado de salud sobre el consumo de café, al menos del café con cafeína, por lo que los beneficios reales del café sobre la salud probablemente son menores que los observados en muchos estudios”.
El estudio, publicado en The Journal of Nutrition, también destaca que, en otras investigaciones realizadas en la misma cohorte, algo similar ocurre con el consumo de alcohol.
Por otro lado, las evidencias acumuladas hasta ahora sugieren que el café puede formar parte de un estilo de vida y una dieta saludables, “pero los estudios que se hagan en el futuro deberán paliar la causalidad inversa usando varias mediciones del consumo de café en diferentes momentos, y ajustando los análisis por el estado de salud y la presencia de enfermedades. De esta forma conoceremos mejor los verdaderos efectos del café sobre la salud”, concluyen los investigdores.