Ambas ingenieras agrónomas de INIA, trabajan desde regiones, en proyectos con gran incidencia nacional, respondiendo a las necesidades del sector agroalimentario.
Ambas ingenieras agrónomas de INIA, trabajan desde regiones, en proyectos con gran incidencia nacional, respondiendo a las necesidades del sector agroalimentario con tecnologías y productos preventivos ante la aparición de enfermedades y plagas en los cultivos agrícolas, con una base absolutamente amigable con el medioambiente.
Lorena Barra e Ivette Acuña son dos destacadas ingenieras agrónomas dedicadas a la investigación científica agrícola en el centro sur y sur de Chile. Radicadas en INIA Quilamapu (con cobertura principal en la agricultura de las regiones del Maule, Ñuble y Biobío) y en INIA Remehue (regiones de Los Ríos y Los Lagos), respectivamente, ambas profesionales fueron seleccionadas como finalistas del Premio Científico Innovador 2020 que entrega la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y la Universidad de Los Andes, cuyo objetivo es destacar el trabajo científico innovador inserto en el mercado y que genere una contribución a la sociedad en el ámbito nacional o global.
Del total de proyectos presentados, solo seis fueron seleccionados, entre los que figuran los de las investigadoras Barra y Acuña. “Este ha sido un importante reconocimiento a la trayectoria de dos mujeres científicas que han dedicado su carrera profesional al servicio del sector, aportando con ciencia aplicada a los desafíos que hoy enfrenta la industria a nivel nacional e internacional”, expresó Pedro Bustos, Director Nacional de INIA.
Trabajos seleccionados
Lorena Barra, ingeniera civil industrial e ingeniera agrónoma de INIA Quilamapu, doctora en ciencias de la agronomía, postula su trabajo de uso de hongos endófitos en el control de plagas y enfermedades agrícolas. La investigadora indica que se trata de microorganismos que funcionan como probióticos en los cultivos, protegiéndoles de los daños ocasionados por agentes externos dañinos. Explica que al funcionar desde el interior de la planta, los hongos tienen la ventaja de independizarse de las condiciones externas que afectan la viabilidad y eficacia, en comparación con biocontroladores no endófitos.
La innovación radica en haber descubierto la multifuncionalidad de los hongos endófitos, ya que pueden controlar, de manera simultánea, plagas y enfermedades. Desde el punto de visto práctico, Barra destacó el desarrollo del producto Endomix “un bioestimulante con alta capacidad de colonización endófita que promueve el crecimiento vegetal, además de controlar plagas y enfermedades, permitiendo aumentar los rendimientos de los cultivos”.
El otro proyecto seleccionado pertenece a Ivette Acuña, investigadora de INIA Remehue, quien desarrolló un Sistema de Alerta Temprana del Tizón tardío, enfermedad de gran importancia que afecta la producción de papa a nivel mundial. Esta tecnología se implementó para apoyar a los productores e indicar, en tiempo real, las condiciones climáticas favorables para el desarrollo de la enfermedad, y así realizar un control oportuno, eficiente y sustentable de la patología.
Esta herramienta cuenta con una plataforma en internet (https://tizon.inia.cl/) que es utilizada por más de 5 mil usuarios entre las regiones del Biobío y Los Lagos, quienes reciben información técnica mediante mensajería de texto o correo electrónico, con la que pueden tomar decisiones respecto a sus cultivos. Con la utilización del sistema de alerta se ha podido comprobar una importante disminución en los costos de producción y en impacto ambiental, mejorando la rentabilidad de los cultivos entre un 6 y un 28 %.
Ivette Acuña paralelamente lidera una red internacional de especialistas en Latinoamérica, respecto de la cual expresó que “estamos trabajando para controlar este problema en la región, en constante cooperación con redes de Europa, Estados Unidos y Asia, para llevar a cabo un control sostenible del Tizón tardío”.