El maqui siempre se ha considerado un alimento de uso en la tradición mapuche que se suele cosechar de plantas silvestres en zonas más hacia el sur del país. A la fecha, existen 27 hectáreas plantadas en todo el territorio.
Con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), el equipo de la Universidad de Concepción analizó muestras en 15 poblaciones de la fruta ubicadas entre las regiones desde Coquimbo hacia Aysén.
Lo más probable es que el cambio climático lleve a más sequía generando un problema directo en algunos cultivos del país. Sin embargo, de acuerdo a un estudio de la Universidad de Concepción, el maqui que se produce en la zona centro, específicamente en Valparaíso, es una de las frutas que pese a las condiciones adversas de agua y suelo es capaz de resistir mejor el estrés hídrico.
El maqui siempre se ha considerado un alimento de uso en la tradición mapuche que se suele cosechar de plantas silvestres en zonas más hacia el sur del país. A la fecha, existen 27 hectáreas plantadas en todo el territorio.
Evaluación
La resistencia al estrés hídrico se evaluó caracterizando su norma de reacción. Primero se estudió la germinación de las semillas en diferente potencial hídrico y segundo, de acuerdo a sobrevivencia de las plántulas en vivero a distintas condiciones de estrés hídrico. El contenido de moléculas antioxidante en los frutos fue evaluado determinando el contenido total de compuestos fenólicos, el contenido de antocianina y la actividad antioxidante.
En concreto, cuenta el académico del Departamento de Botánica de la Universidad de Concepción, Pablo Guerrero, se realizó “desde la región de Coquimbo hacia Aysén, una prospección de las poblaciones silvestres de maqui evaluando la divergencia genética, resistencia a la sequía y capacidad antioxidante de los frutos para contribuir con información básica para el diseño de un sistema productivo sustentable en un escenario de cambio climático global. Estas plantas pueden tener capacidad de resiliencia momentos de sequías severos, teniendo una adaptación local y sin necesidad de que se busque en otro territorio”.
El estudio, que duró tres años, contempló la procedencia del maqui en 15 sectores correspondientes a las regiones de Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, Maule, Biobío, La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos y Aysén.
De esa evaluación, detalla Guerrero, el Estero San Francisco, San Felipe; quebrada Las Ánimas, cajón del Maipo; Rincón de Buyeruca, Vichuquén; y el sector Pejerrey, Linares, son las cuatro procedencias más resistentes al estrés hídrico.
“En términos gruesos, San Felipe (región de Valparaíso) sufre inactivación fisiológica con la mitad de agua en el suelo que otras poblaciones (mucho más resistente). Mientras que la de Valdivia se inactiva con el doble de agua en el suelo”, precisa Guerrero.
Los resultados del proyecto FIA que ejecutó la Universidad de Concepción permiten avanzar en la búsqueda de candidatos a cultivares de maqui para incorporar a la industria frutícola, concluyendo que puede realizarse en los entornos de los productores, sin necesidad de buscar más lejos.
Además, se colabora con la domesticación porque incluye modelos de distribución, genotipificación y variables de interés comercial para sentar las bases científicas para la incorporación de especies silvestres a cultivares comerciales.
En esa línea, el director ejecutivo de FIA, Álvaro Eyzaguirre, sostuvo que “el maqui al ser una planta silvestre, es difícil predecir su comportamiento. Razón que entrega mayor valor a la investigación que permite responder de mejor forma al creciente mercado nacional e internacional que exige mayor calidad, inocuidad y seguridad en los alimentos. Por otro lado, según Odepa, hace 4 años existía sólo 1 hectárea de maqui y a la fecha, ya hay 27 hectáreas activas en producción; esto quiere decir que estamos frente a un fenómeno de interés por parte de los productores de adentrarse en el cultivo de frutos que destacan por su alto contenido nutricional y que además pueden adaptarse a distintas condiciones de clima y suelo”, director ejecutivo de FIA, Álvaro Eyzaguirre.
Metodología y otros resultados
Además de que las plantas del norte tienen mejor resistencia a la sequía, también hay dos resultados más. El primero, es que todas las poblaciones de maqui mostraron tener una fuerte actividad antioxidante; y en segundo lugar, el patrón de composición genética de las poblaciones muestra haber acumulado diversidad genética única que necesariamente se debe resguardar para el desarrollo del fruto.
En cuanto al segundo resultado, Guerrero comentó que los frutos de maqui tienen un alto poder antioxidante, si bien esta capacidad no varió mayormente entre la mayoría de las poblaciones, “algunas localidades como Cajón del Maipo, Collipulli y Los Lagos mostraron una tendencia a tener mayor actividad antioxidante”.
Es importante recalcar que el contenido de moléculas en los frutos y la actividad antioxidante fue evaluado midiendo el total de compuestos fenólicos y el contenido de antocianina.