La productividad de los agricultores y agricultoras que han adquirido tecnologías del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) aumentó entre un 0,25 % y un 0,58 %, según los resultados del estudio de impacto.
La evaluación fue realizada por el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias de España (IRTA) y su Centro de Investigación en Economía y Desarrollo Agroalimentario (CREDA), el cual comprobó que cada peso invertido en conocimiento del Instituto de Investigaciones Agropecuarias, genera una rentabilidad social de entre un 15 % y un 25 %, similares a los resultados de instituciones de EE.UU., Uruguay, Francia y España..
La productividad de los agricultores y agricultoras que han adquirido tecnologías del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) aumentó entre un 0,25 % y un 0,58 %, según los resultados del estudio de impacto realizado por el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias de España (IRTA) y su Centro de Investigación en Economía y Desarrollo Agroalimentario (CREDA), el cual fue encargado por el instituto chileno con la finalidad de conocer el impacto de su gestión en el desarrollo del sector agroalimentario nacional.
Al respecto, el Director Nacional de INIA, Pedro Bustos, expresó que “para nosotros era muy importante tener datos cuantitativos de cuánto contribuimos al desarrollo productivo de la agricultura nacional, para saber si realmente el desarrollo tecnológico de INIA impacta las vidas de los agricultores y agricultores del país. Los resultados nos dejan muy satisfechos de lo que se ha hecho y nos impulsa a continuar nuestra labor en virtud de transformar el sector agroalimentario en una industria sostenible”.
Las cifras alcanzadas en este estudio de impacto superaron a las obtenidas por otras instituciones similares, tanto privadas como públicas nacionales. Adicionalmente, fue posible establecer que las tecnologías de INIA alcanzan su mayor tasa de adopción por los agricultores y productores a los 7 años, permaneciendo en el mercado por ciclos de 25 años. Esto tiene estrecha relación con el trabajo de extensión y transferencia que realiza el instituto, gestionada por el Área Nacional de Extensión y Formación de Capacidades.
Marta Alfaro, Subdirectora Nacional de I+D+i, explicó que este documento “reflejó que la rentabilidad social de INIA, es decir su contribución a la sociedad, es comparable al de otras instituciones líderes y similares de EE.UU., España, Francia y Uruguay. Esto quiere decir que cada peso invertido en INIA retorna entre un 15 % y un 25 %, una conclusión muy decisiva sobre nuestro rol en el proceso de transformación de la agricultura chilena”.
Cabe destacar que, en sus 57 años de historia, INIA ha gestionado nueve patentes nacionales y siete en el extranjero, además de 260 nuevas variedades de cultivos que han conquistado y respondido exitosamente a las necesidades de los productores y consumidores locales.
Sobre el estudio
El impacto de los fondos invertidos en I+D+i por el Ministerio de Agricultura fue estimado en base a la evolución de la Productividad Total de Factores (PTF), considerando el período de 1964-2017. Para ello se construyó un modelo que permite contestar si existe una relación significativa entre el stock de conocimiento generado por INIA y la productividad del sector agropecuario chileno, mediante el concepto de la elasticidad del esfuerzo investigador de la institución. Con los resultados obtenidos fue posible calcular la rentabilidad media de cada peso invertido por INIA en I+D+i.