El 22° Juzgado Civil de Santiago, declaró admisible la Demanda Colectiva interpuesta por ODECU en contra de los representantes locales del BAYER por los efectos que produjo su herbicida Roundup.
Como precedente, la empresa de origen alemán retiró el producto químico Roundup del mercado mundial, al comprobarse sus nefastas secuelas para la salud humana y decidió, en el marco de 127 mil litigios que se habían entablado en Estados Unidos, compensar a los afectados locales.
El 22° Juzgado Civil de Santiago declaró admisible (existen méritos suficientes para iniciar el juicio) la Demanda Colectiva interpuesta por ODECU en contra de los representantes locales del gigante mundial BAYER por los efectos que produjo, en millones de personas expuestas, su herbicida Roundup.
Según los argumentos legales de ODECU expuestos en la Demanda Colectiva, el daño causado “proviene del lento -envenenamiento cancerígeno- producido por el glifosato y los productos químicos del Roundup, que es elaborado por BAYER y distribuido y comercializado en Chile por BAYER Chile S.A. y Arysta LifeScience S.A., las demandadas, y sufrido por los trabajadores, consumidores y usuarios expuestos al Roundup. Dicho daño tiene asimismo su origen en una conducta que constituye infracción a los deberes del proveedor en el contexto de la Ley de Protección de Derechos del Consumidor chilena, de ahí la pertinencia de la presente acción en defensa del interés difuso de los consumidores”. De acuerdo al presidente de ODECU, Stefan Larenas, “los afectados por el herbicida Roundup en Chile tienen los mismos derechos a justicia y compensación que quienes fueron expuestos en Estados Unidos o Europa, donde BAYER ya reconoció judicialmente su responsabilidad, como sucesora de Monsanto”.
El Glifosato (comercializado por Bayer como Roundup) es de uso masivo en los cultivos agrícolas de nuestro país. La prevalencia de cáncer gástrico y de tiroides, que son los más asociados al uso del Glifosato, es significativamente mayor en las zonas donde se usa el químico como herbicida. Dada esta realidad, es posible que exista una relación causal, como la que comprobaron los tribunales estadounidenses en sus fallos relacionados con este tema, y que la propia empresa quiso superar logrando el acuerdo compensatorio con los miles de afectados en ese país. Ante estos antecedentes, la autoridad agrícola y sanitaria chilena decretó la prohibición de importación del Roundup, pero no la comercialización de los stocks aún existentes en el país. Por lo que, según el abogado del estudio jurídico Pérez Donoso, Juan Sebastián Reyes, habría también un accionar negligente en ese aspecto: “Es impresentable que tanto el SAG como la autoridad de salud hayan autorizado la venta de los stocks disponibles, sin considerar que el herbicida es extremadamente peligroso y cancerígeno”.
Ante esta realidad, ODECU demandó la compensación por los perjuicios a la salud causados por el herbicida de BAYER, a través del pago de 100 millones de pesos por el daño físico y 100 millones por el daño moral, para cada uno de los enfermos que padezcan alguno de los tipos de cáncer asociados al Roundup y que pudiesen haber sido expuestos a ese agente químico. Según el presidente de ODECU, Stefan Larenas, estaríamos frente a un universo difuso y, probablemente, muy masivo de personas afectadas: “Queremos hacer un llamado a quienes tengan algún tipo de cáncer asociado a la exposición al Roundup, a que se pongan en contacto con ODECU, para informar con más detalles de esta acción legal”. Para esto, ya se puso a disposición de los potenciales afectados un banner en la página oficial de la organización: www.odecu.cl.
Antecedentes internacionales:
En el año 2015 la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud determinó que el Glifosato, que es uno de los ingredientes activos del herbicida Roundup (comercializado originalmente por Monsanto, que fue adquirida posteriormente por Bayer), es una sustancia “probablemente cancerígena” para los humanos. A esto se sumó que, en el año 2016, un informe conjunto de la OMS y la ONU determinó que algunas investigaciones sugerían “alguna evidencia de una asociación positiva entre la exposición al glifosato y el riesgo de linfoma no Hodgkin”. Fue a partir de estos dos antecedentes que comenzaron a proliferar en Estados Unidos litigios individuales y una demanda colectiva por el daño causado a cientos de miles de personas que estuvieron expuestos al Glifosato, comercializado como Roundup por Bayer. “Este es un caso de repercusiones mundiales, donde la empresa Bayer, que compró a Monsanto en medio de este escándalo, ya ha reconocido que su herbicida Roundup, efectivamente, puede ser cancerígeno y decidió compensar a los miles de afectados en Estados Unidos y Europa”, afirma el abogado de ODECU Juan Sebastián Reyes.
En enero de 2019 un jurado de la ciudad de San Francisco (EE.UU.) determinó que un herbicida basado en glifosato fue «un factor sustancial» en la aparición de cáncer en Edwin Hardeman, un hombre de 70 años, residente en el condado de Sonoma, California. Este fallo le dio mayor fuerza a la causa de los enfermos de cáncer afectados por el Roundup, y posicionó esta temática en medio del proceso de adquisición de Monsanto por parte de Bayer. Fue así como el gigante químico-farmacéutico alemán comenzó a negociar acuerdos compensatorios con los demandantes, hasta lograr concretarlo –el 25 de junio pasado- con el 75% de los 125 mil litigios vigentes, incluyendo una demanda colectiva. Es así como la multinacional se comprometió a pagar cerca de 11 mil millones de dólares en compensaciones, lo que significará que cada afectado recibirá cerca de cien mil dólares.
Tras este acuerdo compensatorio, tomó mayor fuerza la causa de 20 enfermos de cáncer de Puerto Rico, que también habían demandado a Bayer ante tribunales locales. Otro tanto puede pasar en países donde se ha usado profusamente el Roundup, por sus características de cultivos, como en el caso de Argentina, Brasil, Australia y varias naciones de Europa y Asia.