Además de analizar los efectos del cambio climático en las temperaturas y en el medio ambiente, la especialista apuntó específicamente a la escasez hídrica desde Atacama a La Araucanía, con un déficit de 30-40% en las precipitaciones este año.
La investigadora de la Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Concepción, Dra. Nicole Uslar, participó en la convención anual Agro Plant Ñuble, de Viveros de Chile, donde destacó el trabajo que está desarrollando el Consorcio Tecnológico del Agua.
La Dra. Nicole Uslar Valle, directora del Departamento de Recursos Hídricos de la Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Concepción (FIAUdeC), afirmó que frente al impacto que representa el cambio climático en la disponibilidad de agua y en los conflictos que se van generando a partir de la escasez, “lo más importante es que se logren acuerdos entre entes públicos y privados”.
La académica de FiaUdeC abrió la primera jornada de la Convención y Feria Internacional Agro Plant Ñuble 2021, organizada por Viveros de Chile (AGV) en Chillán, con su exposición “Cambio climático e impacto en la disponibilidad hídrica: Cómo mejorar la gestión en el agro”, en la que hizo un repaso de las proyecciones climáticas “que no son muy alentadoras” para la zona central y centro-sur del país.
Además de analizar los efectos del cambio climático en las temperaturas y en el medio ambiente, la especialista apuntó específicamente a la escasez hídrica desde Atacama a La Araucanía, con un déficit de 30-40% en las precipitaciones este año respecto al promedio histórico 1991-2020.
“Esto ha tenido efectos en la disponibilidad del recurso hídrico. En todos los sectores se ha notado esta menor disponibilidad, en agua potable, en la agricultura, en la minería, la industria y el turismo, lo que trae mayores conflictos por el agua, con una mayor presión en los sectores públicos, económicos, sociales y ambientales”, sostuvo la investigadora, quien también apuntó a los impactos ambientales de esa menor disponibilidad en la protección de ecosistemas, “todo esto dentro de un marco regulatorio que está hecho básicamente para épocas de abundancia”.
Desafíos
En ese sentido, planteó que hay desafíos que se deben abordar de manera unida y coordinada. “Tenemos que unirnos todos los sectores y trabajar por el bien común”, expresó.
Postuló que, frente al problema de la menor disponibilidad, se debe avanzar en la eficiencia en el uso del agua, donde la tecnificación del riego es una herramienta importante, y destacó el aporte que ha hecho la Ley 18.450 de Fomento al Riego -cuya extensión se seguía discutiendo en el Congreso al cierre de esta edición- “en ubicar a Chile en un muy alto grado de tecnificación y uso eficiente del agua en la agricultura”.
También hizo hincapié en la estimación de la demanda de agua de los cultivos para hacer un uso más eficiente; en las proyecciones de disponibilidad para tomar decisiones; en las tecnologías en distribución y conducción; en acumulación –“en Ñuble tenemos tres proyectos importantes que por distintas razones no han podido concretarse”-; en nuevas fuentes, como cosecha de aguas lluvia; y la recarga de aguas subterráneas, que vienen exhibiendo una disminución. Al respecto, advirtió que la sequía habría impactado más duramente de no ser por la utilización de acuíferos subterráneos: “hemos estado trabajando con las reservas”, graficó.
Respecto a los desafíos en el ámbito de los conflictos por el agua, la académica de FIAUdeC afirmó que “si bien todo el mundo sabe la importancia que tiene el recurso en el desarrollo del país, hay que llevarlo a la acción; producimos no siempre pensando que tenemos escasez, y ése es el switch que hay que cambiar”. También apuntó a la necesidad de abordar la gestión de los recursos hídricos por cuenca, ya que “tenemos una división administrativa que no concuerda mucho con las cuencas” y mencionó, además, que se debe considerar en el análisis las interacciones de aguas subterráneas y superficiales.
Asimismo, dijo que “lo más importante es que se logren acuerdos entre entes públicos y privados, de distintos sectores, que tienen que sentarse a conversar y tienen que llegar a acuerdos, porque ya no hay el agua en abundancia suficiente para todos”.
La Dra. Uslar abordó, igualmente, los desafíos transversales, como la formación de capital humano orientado específicamente al área de recursos hídricos, tanto en pre como en postgrado; la incorporación de mayor tecnología y la modernización del marco legal, entre otros.
Consorcio Tecnológico del Agua
Frente a estos desafíos, destacó el trabajo que están realizando los investigadores de la Facultad de Ingeniería Agrícola de la UdeC, junto a profesionales de otras facultades y universidades, a través de su participación en dos iniciativas que han permitido generar información clave para mejorar la gestión y el uso eficiente del agua, así como también para contar con nuevas fuentes y apoyar la definición de políticas públicas: el Centro de Recursos Hídricos para la Agricultura y la Minería (Crhiam), que partió en 2013 con el apoyo de Conicyt; y el Consorcio Tecnológico del Agua (COTH2O), que comenzó el año pasado, con recursos de Corfo.
Respecto al Consorcio Tecnológico del Agua, detalló que en él participan, además de la UdeC, UC Davis Chile, la Pontificia Universidad Católica de Chile, el INIA, la Universidad Bernardo O’Higgins, la Universidad de Chile y la Universidad Diego Portales. Así también forman parte entidades del sector público, organizaciones de usuarios de agua y empresas.
La especialista explicó que el trabajo del Consorcio apunta a desarrollar, escalar y transferir soluciones e innovaciones tecnológicas que contribuyan a cerrar brechas, como la baja eficiencia en los sistemas de riego, la escasa reutilización de aguas del sector sanitario e industrial, el escaso monitoreo de la calidad del agua y la ausencia de una plataforma para la gestión integrada de la información de recursos hídricos. Asimismo, el Consorcio tiene como objetivo coordinar a los distintos actores involucrados en el desarrollo de la innovación tecnológica en nuevas fuentes de agua (recarga de acuíferos, desalinización y aguas lluvia) y fomentar la generación de alianzas con estructuras productivas en la macrozona centro sur del país.