En concreto, la emergencia agrícola permite al Gobierno destinar recursos para ir en ayuda de los productores más afectados desde Arica a Magallanes.
La emergencia agrícola debería usarse cuando hay emergencia, por lo que yo creo que se tiene que terminar este instrumento», sostuvo el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA).
Fue a fines de agosto cuando el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, anunció estado de emergencia agrícola en todas las regiones del país. ¿El objetivo? Hacer frente al alza de los precios de los alimentos y la escasez de algunos productos. Todo, en medio de la dura crisis hídrica que afecta al país -y al mundo-, sumado a los efectos de la invasión rusa en Ucrania.
Si bien ya habían algunas regiones que se encontraban bajo esta medida, el Gobierno decidió extenderla a todo el país, considerando que para la Comisión Nacional de Seguridad y Soberanía Alimentaria, esta sería una buena medida para garantizar el acceso de alimentos a la población.
En concreto, la emergencia agrícola permite al Gobierno destinar recursos para ir en ayuda de los productores más afectados desde Arica a Magallanes, con el fin de apoyarlos con forraje, material de riego, fertilizantes y semillas.
Sin embargo, está contemplado que la medida culmine en diciembre y, considerando la mejor situación hídrica por la que atraviesa el país tras las lluvias de invierno, su continuidad está en duda. En todo caso, el Gobierno no la descarta.
Según comentó a Emol el subsecretario de Agricultura, José Guajardo, «todas las emergencias son hasta diciembre. Pero, sin duda, si todavía existen necesidades y requerimientos de las distintas regiones y municipios, se puede extender sin ningún problema».
Este mecanismo del Ministerio de Agricultura tiene una trayectoria de larga data, sobre todo producto de la intensa sequía. Y es por eso que se han tenido que levantar medidas para atenuar el impacto en el gremio agrícola.
En todo caso, el subsecretario comentó que si bien hoy todas las regiones mantienen vigente el decreto de emergencia agrícola, esto «no implica que estén todas en una situación crítica», agregando que «simplemente son herramientas que nos permiten poder llegar con los recursos en todos los sectores».
Asimismo, comentó que «se comenzó con recursos para la crisis hídrica, por la falta de agua, pero se fue ampliando para poder entregar recursos frente a otras situaciones más críticas. Y así, por ejemplo, poder llegar con fertilizantes a los productores», ante la escasez que ha provocado la guerra ruso-ucraniana.
Con todo, luego de trece años de sequía y expuestos a diversos acontecimientos producto del cambio climático, actores del mundo del agro cuestionan el permanecer en un estado de emergencia continuo y apuntan a diseñar un plan a mediano y largo plazo que permita convivir con los fenómenos climáticos que ya vendrían siendo parte de cotidianeidad del país.
En ese sentido, Cristián Allende, presidente Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), indicó a este mismo medio que «la emergencia agrícola debería usarse cuando hay emergencia, por lo que yo creo que se tiene que terminar este instrumento».
Dicho eso, manifestó que «lo más importante es que se trabaje en un programa para que no se estén produciendo permanentemente emergencias. Porque las emergencias, tal como lo dice la palabra, son emergencias».
No obstante, sostuvo que «quizás todavía se tiene que utilizar en algunas zonas más delicadas como por ejemplo la IV y V región. Pero creo que se debe trabajar en un proyecto o programa robusto”.
Por su parte, María Emilia Undurrga, exministra de Agricultura durante la administración anterior, explicó que «el decretar zona de emergencia agrícola es una herramienta importante en un rubro como la agricultura, que depende del clima, eso ya sea por el agua, por heladas, por distintas condiciones, que producto del cambio climático se hacen cada vez más recurrentes».
Sin embargo, «es importante es tener una estrategia sectorial, y mirar el mediano y largo plazo entendiendo que tenemos que adaptarnos a estas condiciones, ya que son condiciones que van a volver a ocurrir y se van hacer más recurrente».
«Por eso se necesitan inversiones y herramientas que permitan al agricultor adaptarse con sus prácticas y con su forma de cultivar. Eso sería mucho más provechoso, no solo para los agricultores, si no que para la seguridad alimentaria del país», cerró.
Fuente: Emol.com.