El trabajo fue publicado en la revista internacional New Zealand Journal of Botany, un medio orientado a difundir investigaciones científicas en todas las áreas del conocimiento relacionado a temas diversos de la Polinesia, incluidas las ciencias vegetales.
Un grupo de profesionales, entre los que se encuentra el Dr. Patricio Hinrichsen, especialista en genética y biotecnología de INIA La Platina, participó en un interesante estudio sobre la caracterización genética de cepas de vid asilvestradas en Rapa Nui y su relación con cultivares continentales.
Al respecto, el Dr. Hinrichsen explicó que la vid (Vitis vinifera L.), junto a otros cultivos frutales y hortícolas, fue introducida en la isla en las postrimerías del siglo XIX y actualmente representa una alternativa productiva en etapa de evaluación productiva. “Entender qué genotipos fueron introducidos y su origen no sólo constituye un dato interesante, sino que es un tema relevante para sus habitantes, que podrían llegar a producir vino con características diferenciadoras, porque entenderían el potencial de las cepas aclimatadas a las singulares condiciones insulares”.
El profesional de INIA La Platina especificó que el equipo de trabajo, compuesto por historiadores, arqueólogos, biólogos y genetistas de Rapa Nui y de Chile continental, revisó fuentes documentales y realizó análisis genéticos de 65 muestras de las parras asilvestradas que actualmente crecen en la isla, a 3.500 kilómetros de distancia del continente.
El trabajo -dijo Hinrichsen- incluyó la utilización de nueve microsatélites propuestos por la Organización Internacional de la Vid y el Vino (OIV) y el Catálogo Internacional de Variedades de Vid (VIVC). Los resultados revelaron la existencia de seis genotipos con prevalencia variable, incluidas las dos variedades fundacionales de la viticultura americana (Listán Prieto y Moscatel de Alejandría), tres variedades criollas propiamente tales (Huevo de Gallo/Huasquina/Blanca Ovoide, Rosa del Perú/San Francisco y NN-165) y una variedad desconocida denominada NN-416, que en base a su patrón de alelos de SSR probablemente corresponde a un genotipo con ancestría europea directa. En la visita se pudo constatar que hay más vides asilvestradas aún sin caracterizar, por lo que no se descarta que el panel de variedades presentes en la isla sea aún más diverso.
“A excepción de la NN-416, todos los genotipos identificados se encuentran comúnmente en el valle central de Chile. Estos resultados sugieren fuertemente que la mayoría de las plantas fueron introducidas desde Chile continental en algún momento durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, permaneciendo sin cultivar durante todo este tiempo”, señaló el investigador.