La volatilidad mundial y el clima local marcan la producción de trigo, maíz y avena según el último boletín de la SNA.
La producción de trigo, maíz y avena en Chile enfrenta un año complejo, marcado por el clima, la incertidumbre global y cifras de producción dispares. Así lo revela el más reciente Boletín de Cereales de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), que analiza las tendencias tanto a nivel local como internacional.
Mercado mundial: precios que no repuntan
Los precios futuros de trigo y maíz en la Bolsa de Granos de Chicago (CBOT) continúan bajos, con leves ajustes en las proyecciones de producción. La incertidumbre se intensifica ante el próximo cambio presidencial en Estados Unidos, donde políticas de restricción comercial podrían afectar el comercio global. Las políticas comerciales de grandes economías como EE.UU. y China generan expectativas de mayor volatilidad.
En tanto, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) ajustó a la baja las proyecciones de trigo (de 794,7 a 792,9 millones de toneladas) y maíz (1.217 millones de toneladas), debido a recortes en países como México e Indonesia.
Trigo chileno: incertidumbre en la siembra
En Chile, los desafíos de los cereales afectan principalmente al trigo. La superficie sembrada de trigo harinero proyectada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) se mantiene bajo las 180.000 hectáreas, marcando un nuevo retroceso. A pesar del atraso en la cosecha por 7 a 10 días, los agricultores confían en lograr buenos rendimientos que compensen la menor siembra. Actualmente, los precios se ubican en torno a $290/kg (fuerte) y $270/kg (débil).
El cultivo de maíz enfrenta un escenario de incertidumbre. Mientras el INE reporta 46.985 hectáreas sembradas, el Geocenso de Agrosat, que utiliza imágenes satelitales con alta precisión, sugiere que la superficie es 30% mayor. Este contraste preocupa a los productores y abre el debate sobre la necesidad de datos más certeros para la toma de decisiones.
Mientras que la avena presenta un panorama más alentador. La intención de siembra para 2024/25 alcanza las 92.300 hectáreas, lo que representa un 8% más que en la temporada anterior. Este crecimiento refleja una mayor estabilidad gracias a la colaboración entre productores y la industria procesadora.
Ante este escenario, la SNA ha solicitado al Ministerio de Agricultura que COTRISA intervenga para asegurar precios competitivos, especialmente en el mercado del trigo. La colaboración entre gremios, agricultores y el sector público será clave para enfrentar los desafíos del próximo año y proteger la producción nacional.