Frente al explosivo mercado de las imitaciones de vinos y como una forma de asegurar la trazabilidad de uno de los productos de mayor exportación de la región, el centro...
Frente al explosivo mercado de las imitaciones de vinos y como una forma de asegurar la trazabilidad de uno de los productos de mayor exportación de la región, el centro de investigación en tecnologías de la información desarrolló innovador sistema de autenticación electrónica. (UTalca).
El problema de falsificación de productos no es algo nuevo, consumidores y productores se ven afectados por la pérdida de confianza en el producto real y la pérdida en la oportunidad de venta. Frente a este escenario y debido al creciente posicionamiento internacional de los vinos del Maule, el Centro de Investigación en Tecnologías de la Información de la Facultad de Economía y Negocios, presentó el proyecto “Autenticación de Vino con Información Electrónica”.
Se trata de un sistema de etiquetas encriptadas en bases de datos que eliminarían toda amenaza de falsificación y le darían a los vinos maulinos una trazabilidad para potenciar su competitividad en el mercado mundial. La idea es que se evite casos como sucedido en Australia donde se han registrado varias muertes por el consumo de un vino que contenía etanol.
Las técnicas de autenticación que se usan en la actualidad incluyen la degustación de un experto, algo que tiene un elevado costo, es un método invasivo y se basa en una opinión subjetiva. Además, existen etiquetas únicas pero estas son caras de producir y fáciles de duplicar.
El proyecto “Autenticación de Vino con Información Electrónica”, apoyado por Conicyt a través del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef), ofrece una solución integral que contempla la información del producto, en este caso el vino, en varios soportes: en la etiqueta y la capsula en combinación -la cual es imposible de duplicar-; encriptada en la base de datos, también muy difícil de falsificar; y en una base de datos no reescribible y que no puede ser atacada.
En la etapa final, los consumidores podrán verificar el vino a través de un software tipo aplicación que confirmará los orígenes y datos de la bebida. La probabilidad de falsificar todos los componentes en el proceso de producción simultáneamente es casi imposible.
Además, el proyecto plantea la implementación estratégica de la solución, ya que el costo de la etiqueta electrónica no es un problema para los vinos premium, pero sí para los reserva y varietal que tienen un menor costo en el mercado.
El académico de la Facultad de Economía y Negocios, Trung Pham, quien también es director del proyecto, aseguró que la importancia del mismo radica en que “se enfoca en el uso del a tecnología de información para proteger la autenticidad de una botella. El método no es invasivo, y es más barato que el método de expertos probando el vino, que también es invasivo”.
Respecto al impacto de su desarrollo, el académico explicó que “se estima que el 10 por ciento de todos los vinos en el mercado, son falsificados. Esta estimación representa una pérdida de oportunidad para las viñas y para la economía nacional. Además, es un daño a las marcas que afecta a las viñas a largo plazo” y añadió que “implementar nuestra tecnología protegerá nuestros vinos contra la falsificación y sus marcas contra la mala reputación”.
Adicional a esto, “la incorporación de tecnología en una botella de vino proyectará una imagen muy favorable hacia capturar liderazgo en el mercado internacional”, puntualizó Trung Pham.
Irina Díaz, investigadora del Instituto de Innovaciones Agropecuarias en materia de enología, planteó que “es una idea muy buena e innovadora, en la industria del vino es súper importante poder trabajar con estas tecnologías porque le permiten al consumidor y al elaborador del vino tener la trazabilidad de su producto”. Además señaló que “es muy bueno trabajar en innovación en estas materias, no solamente preocuparnos de producir buenos vinos sino que también ser competitivos en el mercado con el desarrollo de estas tecnologías”.
Por su parte Ana María Flores, enóloga de Vinos Terra Maule, afirmó que el proyecto es “extraordinario, era una área que para mí era totalmente desconocida y creo que es algo que se debe implementar acá en el país. Pienso que es algo tremendamente interesante y nos va a permitir bajar el riesgo de la falsificación de nuestros vino y otro alimentos de exportación” puntualizó.