Que la producción chilena tenga una cara más verde. Ese es uno de los objetivos de dos proyectos que actualmente están realizando investigadores del Instituto de Nutrición y Tecnología de...
Que la producción chilena tenga una cara más verde. Ese es uno de los objetivos de dos proyectos que actualmente están realizando investigadores del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) a partir de los fagos, elementos presentes en la naturaleza que son capaces de -literalmente- comerse las enfermedades de plantas y animales, sin generar efectos negativos para los seres humanos. (INTA).
“Los fagos son probablemente la entidad biológica más abundante del planeta. Son virus que afectan bacterias”, explicó el investigador del INTA, Jaime Romero, respecto al recurso natural que están utilizando para combatir enfermedades presentes en el salmón y en árboles frutales a partir de la fagoterapia. “Hay una gran abundancia de fagos principalmente en las aguas”, continuó el experto del Laboratorio de Biotecnología de Alimentos, con los cuales “lo que hacemos es buscar aquellos que son específicos contra las bacterias del salmón y la de la peste negra del nogal”.
Estos elementos combaten las enfermedades de manera específica, sin producir efectos secundarios. “Se tiene que conocer muy bien al enemigo primero para poder buscar los fagos adecuados”, agregó el investigador sobre esta técnica de control biológico donde los fagos abren la bacteria, “se insertan dentro de ésta como un parásito, y hacen que solamente produzca fagos, hasta que se revienta de tanto fago que lleva adentro”. ¿La ventaja? Al contrario de los antibióticos que destruyen sin discriminar, los fagos son selectivos y actúan como llave y cerradura en los agentes negativos.
Los fagos fueron descubiertos a inicios del siglo pasado, donde se utilizaron en la medicina sin muchos resultados. Sólo algunos países de la ex Unión Soviética continuaron aplicándolo en esta disciplina y hoy Georgia es uno de los que ha avanzado en su utilización en salud humana. En el caso de Chile, abren una puerta al control de enfermedades de manera natural, segura y competitiva para la producción nacional.
Fagos en el salmón y en los nogales
Como continuación de un primer proyecto con esta técnica, para controlar en esa oportunidad la vibriosis en el salmón –instancia que resultó en el patentamiento de dichos fagos-, los investigadores se adjudicaron un nuevo fondo para continuar en acuicultura, a partir del Proyecto Sernapesca “Desarrollo e implementación de un tratamiento por fagoterapia para el control del patógeno de salmones piscirickettsia salmonis”.
Pero no solo eso: se abrieron a probar esta técnica en el mundo agrícola tras lo cual también desarrollaron una fagoterapia específica contra la peste negra del nogal, que hoy está en periodo de patentamiento internacional, a lo que se suma otro proyecto Fondef de transferencia, en desarrollo actualmente, denominado “Escalamiento y validación de una nueva formulación biocontroladora en base a bacteriófagos para el control de Peste Negra del Nogal”.
Para ambos casos –para el agro y la acuicultura-, los investigadores Jaime Romero y Gastón Higuera arman “una colección de fagos capaces de atacar o matar la mayoría de esas bacterias que son más prevalentes”.
En el caso de los nogales, usaron cerca de 90 cepas recolectadas en distintos puntos del país, con la cual desarrollarán esta fagoterapia, la que será aplicada por aspersión y por riego. Esto último, explicó el profesor, “va a depender de la capacidad del fago de penetrar raíces y las parte leñosas de la planta”.
En tanto, en el caso de los salmones, existen también alternativas de suministración. “Puede ser vía alimento o vía inmersión”, detalló Romero, respecto a los fagos que atacarán la piscirickettsia salmonis, enfermedad que genera grandes pérdidas que van hasta los USD 750 millones anuales.
La ventaja de los fagos
Para el profesor Romero, “los fagos no tienen competidor”, ya que “son amigos de todas las otras técnicas: son amigos de las vacunas, son amigos de los antibióticos, son amigos de la selección genética”, por lo que se pueden ir utilizando de manera simultánea como tratamiento.
Una de las ventajas de los fagos es el tiempo ya que pueden ir adaptándose a las enfermedades y su evolución, tal como lo hacen las vacunas con las cepas de la enfermedad.
En la misma línea, en el caso del mundo agrícola, otro de los puntos a favor de los fagos es su inocuidad. Si bien hoy no se utilizan mayoritariamente los pesticidas sino que los biosidas en base a cobre, “el problema que pueden tener ahí es el peso de cobre en el suelo o alguna fitotoxicidad”.
En definitiva, desde una solución natural y adaptable, “uno podría tener un sector acuícola mucho más competitivo en base a fagoterapia. Lo mismo para el nogal. La nuez chilena tiene muy buena apreciación en el extranjero y precio, entonces la fagoterapia lo que puede provocar es que la producción chilena tenga una cara más verde, más amigable con el ambiente: que sea más sustentable”.