Así como las flores brotan en primavera, también brota el entusiasmo y el espíritu emprendedor de dos jóvenes mujeres rurales del sector La Palma, en la comuna de Quillota, quienes...
Así como las flores brotan en primavera, también brota el entusiasmo y el espíritu emprendedor de dos jóvenes mujeres rurales del sector La Palma, en la comuna de Quillota, quienes se asociaron hace tres años para comenzar a cultivar flores y hoy ven crecer con orgullo su negocio de floricultura. (Indap).
María José Aguilera y Sonia Muñiz, usuarias del Programa de Asesorías Técnicas de Indap (SAT de flores), lograron traspasar la barrera de la dependencia laboral, tras varios años trabajando “apatronadas” para un empresario del mismo rubro. Allí aprendieron el oficio, pero también sembraron una hermosa amistad que terminó germinando en ambas la idea de independizarse, asociarse y atreverse con un emprendimiento de cultivo de flores.
La idea era poder generar sus propios ingresos, tener un negocio rentable, manejar sus propios tiempos y compatibilizarlos con los horarios de los colegios de sus hijos. Partieron arrendando un pedazo de tierra en un sitio cercano a sus casas, instalaron 12 invernaderos y pese al arduo trabajo que enfrentaron a pulso y sin ayuda de nadie (desde preparar la tierra hasta el riego y la fertilización), lograron sacar adelante su producción y ahora ya tienen 22 invernaderos con variedades como el lisianthus, lilium, astromelias y gladiolos, además de 5 invernaderos de pimentones.
Apoyo técnico
Para llegar a esto María José reconoce que el apoyo de Indap, en esta aventura que iniciaron hace tres años, ha sido fundamental en el desarrollo productivo de su negocio: “con mi amiga nos asociamos por un tema de lograr ser independientes. Las dos somos mamás y para eso necesitábamos trabajar en un rubro que ya conocíamos y que sabíamos manejar solas. Indap para nosotras lo ha sido todo, porque teníamos el conocimiento, pero no la parte técnica y a través de ellos pudimos gestionar asesorías, capacitaciones y recursos con créditos que nos han ayudado a financiar todo esto”.
La comercialización la realizan a través de tres intermediarios que entregan en florerías de Viña del Mar y Santiago, pero uno de los sueños de estas jóvenes emprendedoras es poder comercializar sus productos directo al cliente y sin intermediarios en un punto de venta establecido. “Queremos poder vender nosotras mismas a los clientes y de esa forma aprovechar toda la producción, porque actualmente, por ejemplo, perdemos todas las flores más chicas”, comenta Sonia.
Si todo sale bien, en los próximos días se aprestan a cosechar cerca de 4 mil flores de lilium, en octubre será el turno de 12 mil gladiolos. Las astromelias, en tanto, producen 500 flores semanalmente y ya casi terminando la temporada de verano se realiza la cosecha de lisianthus (4500 plantas).
Y aunque la producción parece grande, aún no se ha transformado en un importante aporte para la economía familiar de estas mujeres campesinas, ya que lo ganado debe ir en gran parte a financiar los créditos que se les han otorgado, pero esto no ha mermado en nada los sueños de estas jóvenes que con la misma dedicación y esfuerzo esperan poder en poco tiempo más obtener las ganancias que les permitan poder vivir de su trabajo.
“Estamos orgullosas de lo que hemos logrado, queremos seguir desarrollándonos en esto, estamos trabajando duro para eso. Aún nos faltan algunos implementos como una pulverizadora, mejorar la infraestructura de los invernaderos y más plantas, para lo que esperamos poder contar con más apoyo de Indap”, reconoce Sonia.
Al respecto, el director regional de Indap, Fernando Torregrosa, destacó que “estas jóvenes mujeres emprendedoras son un ejemplo de trabajo, empuje y voluntad. Asociadas han sido capaces de hacer crecer rápidamente su producción con apoyo de asesorías de Indap. Está en la línea de lo que nos ha mandatado el Presidente Piñera de fortalecer los emprendimientos de las mujeres rurales y acortar las brechas de desigualdad que aún existen”.