El seremi de Agricultura de la Región de Ñuble, Fernando Bórquez, valoró el anuncio hecho por el ministro Antonio Walker, referido a la disponibilidad de un crédito blando, con cinco...
El seremi de Agricultura de la Región de Ñuble, Fernando Bórquez, valoró el anuncio hecho por el ministro Antonio Walker, referido a la disponibilidad de un crédito blando, con cinco años de gracia, que BancoEstado pondrá a disposición de los agricultores, para incentivar la reconversión a cultivos más rentables (La Discusión.cl).
El secretario de Estado afirmó durante su intervención en la inauguración de Fruittrade 2018, que “podemos decir que un efecto que se ha producido en estos seis meses, durante nuestro gobierno, es que el BancoEstado nos anuncia que vamos a tener un crédito que es a 15 años para la fruticultura, pero que va a tener cinco años de gracia para incentivar la reconversión de la fruticultura chilena. Creo que no hay ningún crédito en el mundo privado que tenga esta cantidad de años de gracia y creo que esta es una muy buena noticia”.
“Nos hemos juntando con BancoEstado y Corfo muchas veces para analizar este tema. Ellos han entendido que este es un negocio a largo plazo. Este crédito lo necesitábamos y estas instituciones van a analizar caso a caso y, por supuesto, que si tenemos una buena viabilidad y el productor se presenta al banco cumpliendo todos los requerimientos este crédito será una realidad”, señaló Walker.
Por su parte, Fernando Bórquez se refirió al impacto que puede tener esta medida en la nueva región, y que responde a una de las principales demandas del gremio agrícola local: “un crédito blando con varios años de gracia, es una excelente noticia para el agro de Ñuble, ya que nos permite acercarnos a uno de los principales objetivos que nos hemos trazado como Ministerio, como es la reconversión. Estamos convencidos que en Ñuble los agricultores tendrán cada vez menos excusas para dedicarse a la fruticultura y un crédito como éste contribuye enormemente”, sostuvo.
“Por la baja rentabilidad de los cultivos tradicionales o básicos; por factores asociados al cambio climático, con dificultades de riego, y ante la necesidad de maximizar sus beneficios, existe una tendencia por cultivar productos intensivos que son más rentables y que requieran menor espacio para su desarrollo. Es así como las plantaciones de frambuesas, arándanos, cerezos, avellanos, nogales y castañas, ha mostrado un incremento sustancial entre el 2006 y el 2016, representando, en 10 años, un aumento cercano al 58% en la cantidad de superficie plantada”, sostuvo el seremi.
En opinión de Bórquez, “el incremento de la fruticultura trae consigo asociados una serie de beneficios, entre los que destacan; el aumento de la rentabilidad por hectárea cultivada y la generación de trabajo, especialmente familiar durante los periodos de cosecha, que han permitido que los agricultores innovadores aumenten sus ingresos y con ello, el bienestar de sus familias”.