El programa de transferencia tecnológica con Coovicen cuenta con financiamiento del Gobierno Regional y busca aumentar su capacidad de producción, desarrollar tres vinos de características especiales y explorar mercados internacionales para la venta de vino a granel.
Potenciar la producción de la cooperativa vitivinícola Cerro Negro (Coovicen), de Quillón, en la región de Ñuble, con miras a la exportación de vino a granel, es el objetivo del “Programa de transferencia tecnológica para la producción de vino y vinificaciones especiales de variedades disponibles en el Valle del Itata”, ejecutado por el Departamento de Agroindustrias de la Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Concepción (FIAUdeC), en conjunto con la Facultad de Agronomía UdeC, con recursos del Gobierno Regional de Ñuble.
El programa, de 18 meses -hasta mayo de 2024-, busca mejorar la competitividad de la cooperativa, que postuló con éxito al programa en una convocatoria abierta.
Su director, el Dr. Juan Antonio Cañumir, indicó que persiguen tres objetivos: aumentar la capacidad productiva con la incorporación de 14 cubas, que serán inauguradas el próximo 11 de abril; desarrollar vinificaciones especiales de variedades de la zona en los laboratorios de la UdeC; y prospectar mercados a nivel nacional e internacional para mejorar la comercialización de sus vinos.
En el equipo participan, además, el coordinador del programa, el Dr. Christian Folch, de la FIAUdeC; el Dr. Guillermo Pascual, de Agronomía UdeC; y el ingeniero Gustavo Martínez.
El Dr. Cañumir contextualizó que “los precios en Chile están manejados por las viñas grandes, los productores pequeños están muy limitados en la comercialización, ya que no tienen la capacidad de guardar estas producciones para después buscar mejores nichos de mercado. Entonces, una alternativa es que puedan vinificar su producción y negociar precios con grandes volúmenes de vino a granel”.
Explicó que “la idea es proveerles de equipamiento y conocimientos que les permitan una mejor comercialización. Además, vamos a potenciar su capacidad de almacenamiento de forma significativa, para que tengan más opciones de negociar precios, dados los mayores volúmenes”.
El investigador apuntó que “nosotros los vamos a apoyar en la gestión comercial porque el objetivo es que ellos exporten. Vamos a hacer prospecciones de mercado, nuestra idea es enviar muestras”.
En esa línea, el Dr. Folch, director del Departamento de Agroindustrias, aseveró que la unidad “cuenta con el capital humano y equipamiento a escala piloto, que le permite ofrecer una amplia variedad de servicios, que van en directo beneficio de los pequeños y medianos productores agrícolas de Ñuble”.
Vinificaciones especiales
El Dr. Guillermo Pascual, enólogo a cargo de las vinificaciones especiales, sostuvo que “en un inicio se pensó en base espumante granel, pero una vez que comenzamos a trabajar con Coovicen, llegamos a un acuerdo a raíz de un anhelo que tienen, que es generar vinos dulces de baja graduación alcohólica, de 8 a 9 grados, y alta concentración de azúcar, es decir, 40-50 gramos por litro, que se podrían llamar fermentos, por ejemplo, porque legamente no se pueden denominar vinos (la Ley exige un mínimo de 11,5°)”.
Detalló que desarrollarán “tres vinificaciones con variedades representativas de Quillón: un vino seco de la cepa Chasselas (Corinto), que terminó de fermentar y está en el proceso de clarificación y estabilización; un vino dulce de Moscatel de Alejandría; y un vino dulce rosado de uva País”.
Explicó que “se les va a entregar un protocolo con las prácticas para realizar este tipo de vinos, se va a hacer una socialización con los productores; la idea es que ellos puedan implementarlos con las adaptaciones que correspondan en razón de los volúmenes”.
Exportar
Eduardo Carrasco, presidente de la cooperativa que reúne a 60 productores de uva, valoró la pertinencia del programa “en una etapa de nuestro crecimiento en que nos estamos proyectando en el largo plazo”.
Destacó que gracias a las nuevas cubas aumentarán su capacidad desde 1 millón 500 mil litros, hasta 2,7 millones. “Nos permite dar respuesta a la necesidad de los socios que quieran vinificar. Hay gente que está vinificando por primera vez, porque se han convencido que se pueden obtener mejores ingresos que con la uva”, subrayó.
El año pasado, Coovicen recibió 7 millones de kilos de uva, de las cuales destinó 2,5 millones a la elaboración de 1,7 millones de litros de vino, que vendieron a empresas nacionales; y el resto se comercializó como uva.
“La meta es exportar. El mercado nacional es muy complicado, está dominado por unos pocos y los precios son muy bajos”, reflexionó Carrasco.
Asociatividad
Por su parte, el gobernador Óscar Crisóstomo, expresó que “como Gobierno Regional, estamos financiando un programa – la inversión total asciende a $350 millones- para que los productores cuenten con mayor tecnología en el proceso de vinificación, especialmente en el vino a granel, fomentando en paralelo la asociatividad que a todas luces ha mostrado ventajas en este rubro”.
“Es precisamente esta zona la que sufrió mayor afectación durante los incendios forestales, donde muchos pequeños viñateros perdieron sus bodegas, cubas en las que almacenaban el vino, por lo tanto, este programa, que si bien fue concebido con anterioridad, viene a mitigar parte de esos efectos”, puntualizó.