Iniciativa obtenida gracias al trabajo investigativo de la Universidad de Tarapacá centrado en la recuperación y masificación de la producción del tomate “Poncho Negro”, como patrimonio agrario ancestral de esa...
Iniciativa obtenida gracias al trabajo investigativo de la Universidad de Tarapacá centrado en la recuperación y masificación de la producción del tomate “Poncho Negro”, como patrimonio agrario ancestral de esa región, proyecto encabezado por la investigadora Dra. Elizabeth Bastías (Mundo Agropecuario).
El tomate “Poncho Negro” fue introducido al valle de Lluta hace más de 40 años desde Cochabamba (Bolivia). Reconocido por sus especiales características, tuvo un promisorio auge, sin embargo, por su corta vida poscosecha fue desplazado por las nuevas variedades híbridas introducidas al mercado regional.
Ante su inminente pérdida, la académica de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la UTA, Dra. Elizabeth Bastías junto a su equipo de investigadores, se propuso trabajar en su rescate y revalorización de la semilla del tomate “Poncho Negro”, con la finalidad de potenciar su desarrollo, y a la vez, conservarlo como un recurso fitogenético factible de utilizar como diversificación productiva e incorporarlo a un grupo de cultivos que toleren el inminente cambio climático y sus efectos en la producción de cultivos en zonas áridas y semiáridas.
Es en este contexto, que el martes 9 de octubre, en el Campus Experimental Lluta de la Facultad de Ciencias Agronómicas de esta Casa de Estudios Superiores, se realizó la ceremonia de entrega de semillas a agricultores del valle de Lluta, iniciativa centrada en el proyecto FIA denominado “Recuperación y masificación de la producción del tomate “Poncho Negro”: un patrimonio agrario ancestral de la XV Región de Arica y Parinacota: Una alternativa productiva y de adaptación al cambio climático”.
La actividad encabezada por la Directora del proyecto, Dra. Elizabeth Bastías Marín quien estuvo acompañada por su equipo de profesionales, contó además con la presencia del seremi de Agricultura, Jorge Heiden Campbellm, del secretario de la UTA, Luis Tapia Iturrieta, del representante de la zona norte de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), Ignacio Delfino Yurin; agricultores del valle de Lluta e invitados especiales.
“Es parte de un anhelo antiguo, siendo uno de los objetivos más importantes el rescate y revalorización del germoplasma local como el tomate “Poncho Negro” y devolverlo al mismo valle. Hoy se le entrega al agricultor la semilla, a quien se le capacitó respecto a cómo tratar la semilla y cómo almacenarla para que no se infecte con enfermedades”, expresó la investigadora Dra. Elizabeth Bastías.
Agregó que el objetivo de esta entrega de semillas, “es para que los agricultores vuelvan a sembrar la semilla del tomate “Poncho Negro” como otro cultivo nativo como lo es también el maíz lluteño, para que, a futuro, a través del Ministerio de Agricultura, poder tener la indicación geográfica. Este tomate es de calidad, que por sus especiales características organolépticas de color y sabor típico de los tomates de antes, en la actualidad son valoradas por consumidores que desean la recuperación de estos sabores perdidos y diferenciados cuyo consumo, además, aporta beneficios para la salud”.
Por su parte, el Secretario Regional Ministerial de Agricultura, Jorge Heiden Campbell, destacó la labor que ha realizado tanto la Universidad de Tarapacá como la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) durante estos dos años, destacando que “esta actividad es muy importante para nuestra región donde se está trabajando en el rescate de esta semilla que es patrimonio de nuestra región y que estaba casi perdida por lo que toma hoy en día realce, primero porque es una semilla y una especie de tomate que se da muy bien en el valle de Lluta sin necesidad de sacar el boro siendo una especie que se adaptó hace mucho tiempo acá”.
Esta iniciativa tiene como desafío obtener la Indicación Geográfica (IG) del tomate local “Poncho Negro”, junto con entregar una nueva alternativa productiva en el valle de Lluta, para ingresar a mercados regionales y nacionales, y lograr exclusividad en sus productos, más sanos y con características nutracéuticas, como es el alto contenido de licopeno, niveles tres veces mayor que los tomates comerciales existentes.