Siembra de variedades de alfalfa fueron presentadas a grupo de productores del secano de la Región de Valparaíso durante día de campo en Catapilco (Mundo Agropecuario). INIA, en asociación con...
Siembra de variedades de alfalfa fueron presentadas a grupo de productores del secano de la Región de Valparaíso durante día de campo en Catapilco (Mundo Agropecuario).
INIA, en asociación con la institución australiana de investigación, SARDI, ha desarrollado hace más de 4 años una iniciativa para mejorar la alimentación animal evaluando en Chile tipos de alfalfa resistentes a las limitantes de agua, exceso de frío o calor y excesiva salinidad. Se trata de alfalfas desarrolladas por este centro internacional, SARDI, que toleran la escasez de agua, las altas temperaturas y que presentan resistencia al pastoreo.
Estas alfalfas fueron presentadas a un grupo de productores del secano de la Región de Valparaíso durante un día de campo en Catapilco en el predio de Olga Aballay, donde INIA se encuentra evaluando variedades de alfalfa en condiciones ambientales imperantes en esta zona, para que los agricultores consideren estas alternativas forrajeras en épocas críticas.
El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) trabajó durante a lo menos cuatro años, en el marco de un proyecto chileno australiano.
Una de ellas es la variedad Sardi Grazer, proveniente de Australia, que tiene como característica su tolerancia al pastoreo debido a su hábito de crecimiento y de presentar la corona (centro de crecimiento y reserva energética de la planta) de la alfalfa enterrada en el suelo, lo que la protege del daño por pisoteo y sobrepastoreo.
El propósito del día de campo fue incentivar a los productores a establecer en pequeñas superficies (5 mil metros cuadrados) una pradera, con riego, con alta producción que permita complementar el manejo alimenticio del ganado tradicional. “Es necesario que el agricultor mejore sus praderas, tenga cultivos para granos y forraje, considerando las épocas críticas. Esta alternativa de forraje para el ganado está orientada a diversificar el recurso productivo del territorio pese a la escasez de agua”, explicó Viviana Barahona, quien lidera esta iniciativa.
Luego de estudiar las distintas variedades se encontraron especies que son tolerantes al estrés hídrico, y que por consecuencia se han podido establecer en la Región de Valparaíso contando con un riego limitado.
Tras un recorrido por la parcela demostrativa, se generó una discusión interesante en terreno entre agricultores y profesionales en el sentido de realizar fertilizaciones de mantención, la necesidad de riego después de cada corte, determinar la altura ideal de corte de la alfalfa, presencia de plagas y control biológico, entre otros. Todas ellas condiciones importantes y necesarias de tener presente, para una buena mantención de una alfalfa, que recién se encuentra en su primer año de establecimiento.
Viviana Barahona, ingeniero agrónomo del INIA y responsable del proyecto que ejecuta INIA en convenio con Angloamerican, explica que “las condiciones de temperatura en esta zona son muy benignas, sin extremos, lo que permite un buen desarrollo de esta especie”.
De acuerdo a los informes agroclimáticos, en esta localidad hubo alrededor de 62 milímetros de precipitación durante la última temporada, lo que es muy bajo respecto a las temporadas anteriores. Por ejemplo, respecto al 2016, cuando las precipitaciones alcanzaron los 257 mm anuales.
Estas alfalfas son sensibles a las heladas. Eso sí, no le temen al invierno, más bien tienen un crecimiento invernal debido a su baja dormancia. “La alfalfa que duerme en invierno es muy productiva en primavera y en verano para disponer de ésta para corte”. Esta alfalfa ue se observó en el día de campo, destaca la transferencista, “tiene la característica de soportar el pastoreo, tener alta producción de forraje y excelente valor nutritivo y así poder ofrecerla al ganado en el momento crítico de alimentación”.
Marta Opazo, jefa técnica del Prodesal Nogales coincide que: “en la medida que los agricultores conozcan más opciones productivas, estarán mejor preparados para enfrentar los desafíos del territorio ante las consecuencias del cambio climático”.
En el cultivo de la alfalfa, los agricultores tienen experiencia y conocimiento, principalmente de los requerimientos nutricionales, del manejo y de su alto valor productivo. De acuerdo a lo expresado por la agricultora Olga Aballay, “nuestra alfalfa de siete años de antigüedad nos permite mantener nuestra masa ganadera en un año normal, gracias a su alto rendimiento y su buena calidad como pasto”. Nosotros, agregó,