Recordó que desde hace casi dos siglos los agricultores chilenos comprendieron que el desarrollo de los diversos rubros no es posible si la producción primaria no se encadena con...
Recordó que desde hace casi dos siglos los agricultores chilenos comprendieron que el desarrollo de los diversos rubros no es posible si la producción primaria no se encadena con la industrial. (SAGO).
Durante el seminario de altísimo nivel desarrollado por la Multigremial de Osorno el viernes 6 de junio –esfuerzo que como gremio volvemos a resaltar-, el presidente de la Sociedad de Fomento Fabril, Sofofa, Bernardo Larraín, recordó que su organización fundada en 1883 nació como una iniciativa de la Sociedad Nacional de Agricultura, SNA, la cual contaba a esa fecha con 45 años de vida.
El hecho no es casual: agro e industria son parte de una misma realidad, es decir, no son antagónicos, porque desde hace casi dos siglos los agricultores chilenos comprendieron que el desarrollo de los diversos rubros no es posible si la producción primaria no se encadena con la industrial.
Los agricultores del sur también lo entienden así y es de esta forma como, a partir de la década del 20 del siglo pasado, y al alero de Sago, surgen el Frigorífico Osorno, la Cooperativa Agrícola y Lechera de Osorno, CALO, entre otras.
Es cierto, hoy nos encontramos en un momento de complejo estancamiento en dos de los rubros centrales de la agricultura, como son la leche y la carne, pero al mismo tiempo, ganan terreno de manera acelerada los arándanos, las cerezas, los avellanos europeos e, incipientemente, frambuesas, nogales y maqui, tres frutos estos últimos que están llamados a seguir nutriendo la oferta de la que se ha denominado como la nueva frontera frutícola de Chile, una de las grandes conclusiones del inédito encuentro Regional de Productores Frutícolas que fue organizado en Osorno por Fedefruta y SAGO, en junio pasado.
¿Qué diferencia a los rubros emergentes de los alicaídos rubros ganaderos tradicionales? Sin duda el encadenamiento eficiente que permite llevar los frutos del huerto al exterior, con los productores integrados en ese proceso. En efecto, mientras el sector cárnico muestra una cadena de varios eslabones separados, que van del criancero al engordero, pasando por la feria, luego los frigoríficos y finalmente la venta al consumidor, la leche se encuentra sumida en una disputa de largos años con las procesadoras, de la cual es imposible que surja cualquier sector. Tan claro es esto, que la única excepción al preocupante escenario ganadero es Colun, la cooperativa donde los agricultores entregan la materia prima a una empresa de la cual son dueños, la máxima que la SNA entendía perfectamente cuando fundó Sofofa y cuando los agricultores de esta parte del país dieron vida a Sago en 1917.
Los diagnósticos están claros. Es hora de volver a tomar acción constructiva para resolver nuestros problemas en los rubros ganaderos.