El seminario internacional desarrollado en dependencias de la FAO, contó con el sello oficial de la COP25 y se enmarca en las acciones que el Ministerio de Agricultura, a través...
El seminario internacional desarrollado en dependencias de la FAO, contó con el sello oficial de la COP25 y se enmarca en las acciones que el Ministerio de Agricultura, a través de INIA, está desarrollando previo a la cumbre de cambio climático que se llevará a cabo en Chile (Mundo Agropecuario).
“El aumento de los niveles de azúcares de la fruta, como consecuencia del alza sostenida de temperatura, podría genera vinos con más grados alcohólicos y menos color, pudiendo provocar a corto plazo efectos en la competitividad de la industria.”, así lo explicó la Subdirectora de I+D del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) y especialista en Cambio Climático, Marta Alfaro, quien junto al Subdirector de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), Rodolfo Campos, dieron inicio al seminario internacional sobre cambio climático y viticultura, en el que se abordaron los desafíos y estrategias para la sustentabilidad de esta importante industria nacional.
La jornada de trabajo desarrollada en dependencias de la FAO, contó con el sello de la COP25 y se enmarca en las acciones que el Ministerio de Agricultura, a través de INIA, está desarrollando en todo el país previo a la próxima cumbre de cambio climático que se llevará a cabo en Chile.
Al respecto, el subdirector de FIA, Rodolfo Campos, señaló que en este escenario de mayor ocurrencia e intensidad de los eventos climáticos extremos, “la viticultura nacional ha comenzado a ampliar sus fronteras de cultivo y ya podemos ver algunos viñedos que se han ido desplazando hacia el sur del país, con interesantes resultados. Pero también es de suma importancia analizar las prácticas de vinificación asociadas al territorio, por lo que hay que seguir monitoreando los efectos del cambio climático en las variedades nacionales. Pero este nuevo escenario plantea también una oportunidad para innovar en el uso de tecnologías y alternativas para los vitinicultores chilenos”.
Cabes destacar que para FIA ha puesto especial atención en las zonas rezagadas (o de oportunidad) y en los pequeños agricultores, con sus cepas tradicionales y patrimoniales. Actualmente la Fundación apoya 13 iniciativas de desarrollo vitivinícola por un monto aproximado de $1.300 millones.
“Los efectos del cambio climático ya se dejan ver en la agricultura y como una manera de anticiparse a ellos, un grupo de científicos del INIA, desplegado en varias regiones del país, comenzó a buscar, determinar y dar solución a los principales efectos del cambio climático en viticultura y también en otros rubros de relevancia nacional”, indicó la especialista en cambio climático de INIA, Marta Alfaro.
En ese sentido, la coordinadora del Grupo de Viticultura y Cambio Climático de INIA, Carolina Salazar, agregó que el seminario no sólo quiso dar a conocer los efectos del cambio climático, sino también entregar información sobre cómo enfrentar estos desafíos en la industria vitivinícola.
“Lo que estamos haciendo en nuestros proyectos es buscar formas de adaptación de la viticultura a las nuevas condiciones climáticas, además de poder dar a conocer y concientizar sobre los efectos del cambio climático en estos frutales. Por ello, para enfrentar esta posible pérdida de calidad del vino, los investigadores de INIA se propusieron buscar soluciones de manejo agronómico que permitan, a corto plazo y bajo costo, mitigar los efectos del aumento de la temperatura en viñedos comerciales. Una de las alternativas que se está evaluando son los manejos de canopia para intentar desplazar los eventos fenológicos para evitar los desacoples en la madurez”, detalló Salazar, quien también destacó que “el cambio climático entrega oportunidades para desarrollar nuevas técnicas de producción de uva vinífera en el país, además permitiría el cultivo de la vid en zonas antes era impensado”.
Durante la jornada, se pudieron ver los avances en manejos agronómicos que puedan mitigar los efectos de la temperatura, cómo es posible la expansión de fronteras de la viticultura chilena hacia el sur del país, llegando incluso hasta Chile Chico, además se mostró cómo el uso de la diversidad de vides puede ser una relevante herramienta para enfrentar un clima cambiante.
Ciencia y cambio climático
Para contextualizar la variable climática el seminario comenzó con una visión general de cómo se ha modificado la temperatura y la precipitación en nuestro país, a cargo del meteorólogo en el área de climatología de la Dirección Meteorológica de Chile, Juan Quintana. El profesional lleva más de 30 años evaluando la variabilidad climática de Chile y durante su exposición presentó las principales tendencias de precipitación y temperatura.
Luego, las presentaciones internacionales estuvieron a cargo del Investigador del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina, especialista en Ecofisiología de la Vid, Jorge Prieto, y del integrante del Consejo Superior de Investigaciones Científicas e investigador del Instituto de Agrobiotecnología de Navarra, España, Fermín Morales.
Por una parte, Jorge Prieto describió la adaptación y experiencia en Mendoza del manejo de la vid frente al cambio climático y Fermín Morales presentó las variantes somáticas del cultivar tempranillo en respuesta al cambio climático.
Mientras que los integrantes del grupo de Viticultura y Cambio Climático de INIA centraron sus presentaciones en tres temas. La ampliación de las fronteras de la viticultura nacional, a cargo de la investigadora del programa de frutales y vides de INIA Raihuén (región del Maule), especialista en horticultura, Marisol Reyes; el uso de portainjertos tolerantes como medida de adaptación frente al cambio climático, presentado por el investigador de INIA Intihuasi (región de Coquimbo), especialista en biotecnología de plantas, Andrés Zurita; y el incremento de temperatura sobre la producción y calidad de la vid en el Valle Central de Chile que expuso la investigadora de INIA La Platina, especialista en fisiología vegetal, Carolina Salazar.