Eliminar un gen clave hace que las plantas sean más resistentes a hongos y sequía, mejorando su defensa contra el tizón tardío.
Investigadores de la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas (SLU) descubrieron un gen que controla la sensibilidad de las plantas a amenazas como hongos y sequía.
Al eliminar este gen con edición del genoma mediante CRISPR, las plantas son más resistentes al tizón tardío. Este efecto ya se comprobó en ensayos de campo.
Este avance podría reducir la necesidad de tratamientos químicos. También mejoraría la seguridad alimentaria en climas más secos y de condiciones variables
El gen, llamado Parakletos (que significa «auxiliar»), está vinculado al sistema inmunológico y reactivo al estrés de la planta.
Interactúa con otras proteínas sin realizar una función adicional. El descubrimiento fue publicado recientemente en la prestigiosa revista Nature Communications.
CRISPR
Durante años, los investigadores de la SLU han estudiado cómo hacer que las plantas de papa sean más resistentes al tizón tardío y otras enfermedades.
La técnica utiliza herramientas de edición genética, como CRISPR, para eliminar los genes de susceptibilidad (genes S) que hacen vulnerables a las plantas.
El equipo identificó un nuevo gen S que regula la sensibilidad de la planta a amenazas como hongos, bacterias, sal y sequía. Eliminar este gen fortalece las defensas de la planta y reduce la necesidad de tratamientos químicos.
Este método también podría preparar los cultivos para condiciones climáticas más desafiantes en el futuro.
«Sabemos que esto funciona en las papas y el tabaco, pero tenemos la esperanza de que también se pueda aplicar a otros cultivos», dice Erik Andreasson, profesor y director de la unidad de biología de la resistencia de la SLU. También es el autor principal del artículo reciente en Nature Communications. En comparación con el resto de la Unión Europea, Suecia está a la vanguardia en la investigación de nuevas técnicas genómicas, como la edición genética, para la protección de las plantas.
Los ensayos de campo no han mostrado consecuencias negativas por la eliminación de genes, según Andreasson. En este sentido, asegura que es poco probable que surjan problemas a largo plazo.
Sin embargo, dado que los ensayos solo se han realizado en un lugar y con una variedad de papa, se necesitan más investigaciones para confirmar su eficacia.
El siguiente paso es ampliar el proyecto «Papa resistente», que cuenta con la participación de varias organizaciones agrícolas.