La mitigación de riesgos en el uso de fitosanitarios incluye observar aspectos relacionados con el empaque del producto, sus indicaciones de uso, su correcta aplicación y la utilización del equipo...
La mitigación de riesgos en el uso de fitosanitarios incluye observar aspectos relacionados con el empaque del producto, sus indicaciones de uso, su correcta aplicación y la utilización del equipo de protección personal. Los plaguicidas son el resultado de más de 10 años de riguroso trabajo científico. En este proceso, se realizan más de 120 estudios toxicológicos y ecotoxicológicos (Mundo Agropecuario).
Se considera que alrededor de un tercio de la producción agrícola potencial del mundo se pierde anualmente debido a las malezas, plagas y enfermedades, de acuerdo a un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Incluso estas pérdidas podrían duplicarse sin el uso de herramientas de Manejo Integrados de Plagas (MIP).
Es decir, el manejo de suelo, la fertilización, la rotación de cultivos y las aplicaciones de fitosanitarios, entre otros, permiten luchar contra las pérdidas de cultivos y proteger la producción.
Y con el fin de disminuir y gestionar los posibles riesgos en el uso de fitosanitarios, la industria implementa continuamente nuevas medidas que permiten envases más seguros, productos con menor impacto en el medio ambiente y capacitación constante en Buenas Prácticas Agrícolas (BPA).
Es así como los envases han incorporado sellos y tapas de seguridad para evitar el uso indebido accidental o intencional y derrames, y cuentan con un diseño de fácil manipulación para evitar prácticas de reenvasado. Además, existen programas de manejo de envases vacíos para su adecuada eliminación, protegiendo la salud y el medio ambiente.
Las empresas asociadas a la Asociación Nacional de Fabricantes e Importadores de Productos Fitosanitarios Agrícolas (Afipa), conscientes del valor que la industria aporta a la agricultura, financian desde el 2001 el programa de envases “Campo Limpio”, que permite al agricultor poder entregar gratuitamente sus envases con triple lavado y, con ello, dar cumplimiento a las BPA (más información en www.campolimpio.cl)
Respecto del producto, se ha avanzado en indicaciones que evitan errores en su identificación y usos inadecuados. Es así como se han reemplazado formulaciones líquidas por geles o microcápsulas que no se disuelven en agua, con el fin de evitar derrames y la posibilidad de que sean mal usadas; se han realizado advertencias notorias y claras en las etiquetas; incorporado colores y olores fuertes e ingredientes que causan vómitos en caso de ingestión, y restringido el uso sólo en cultivos aprobados.
Finalmente, la educación juega un papel importantísimo. A través de capacitaciones en BPA y promoción del MIP, Afipa y sus empresas asociadas entrenan anualmente a alrededor de 6.000 personas, entre agricultores, aplicadores, estudiantes, universitarios y diversos sectores de la comunidad.
Es importante destacar que los plaguicidas son el resultado de más de 10 años de riguroso trabajo científico que respalda su desarrollo, a fin de garantizar que no afecten la salud del aplicador, del consumidor ni del medio ambiente. En este proceso, se realizan más de 120 estudios toxicológicos y ecotoxicológicos, que permiten determinar su comportamiento a corto, mediano y largo plazo.
“Sólo cuando los productos se consideran seguros para los usos previstos, se entregan al mercado de manera responsable y de acuerdo con los requisitos regulatorios locales y las normas internacionales”, asegura María Elvira Lermanda, gerente general de Afipa.