Su apuesta fue darles valor agregado a sus berries para enfrentar la cura competencia y no quedar a merced de las variables climáticas y de la naturaleza que ya las...
Su apuesta fue darles valor agregado a sus berries para enfrentar la cura competencia y no quedar a merced de las variables climáticas y de la naturaleza que ya las habían dejado cruzadas de brazos (Mundo Agropecuario-INDAP).
La Cooperativa Frutícola Mujeres Los Esteros (Comfrule) está integrada por ocho campesinas de la comuna de La Unión, en la Región de Los Ríos, que hasta 2007 eran dueñas de casa y que en 2010, tras participar en el Programa Mujeres Campesinas INDAP y Prodemu, donde aprendieron a cultivar frambuesas, se creyeron el cuento y decidieron emprender en forma asociativa para tener autonomía económica y aportar a sus hogares.
En un inicio eran 10 integrantes, pero al tiempo quedaron las ocho que formaron la cooperativa. Se trata de vecinas y amigas del sector. “A algunas les costó salir de sus casas a trabajar, ya que no estaban acostumbradas, pero el entusiasmo pudo más y recibieron el apoyo de sus maridos y sus familias. También ayudó la formación que recibimos en el Programa Mujeres Rurales, donde nos empoderaron y nos enseñaron a emprender”, dice Rosita Aguilar, presidenta de la organización.
La aventura partió de cero, con 2.000 plantas cultivadas en los huertos de cada una, en superficies de 0,5 a 1 hectárea. En un comienzo vendieron las frambuesas en fresco, para ir conociendo el mercado, pero no les fue tan bien como esperaban. Las heladas y las cenizas de la erupción del complejo volcánico Puyehue-Cordón Caulle que cayeron sobre sus predios en 2012 arruinaron sus cosechas.
Se reunieron para decidir qué hacer y todas concordaron en que no estaban dispuestas a rendirse. La apuesta fue darles valor agregado a sus berries para enfrentar la cura competencia y no quedar a merced de las variables climáticas y de la naturaleza que ya las habían dejado cruzadas de brazos. Buscaron apoyo en INDAP y Sercotec, que se convirtieron en sus principales aliados. Se capacitaron, postularon a proyectos, recibieron asesoría y comenzaron el despegue.
Hacia 2016 ya tenían bastante camino andado y crearon una línea de seis productos: Mermelada de frambuesa-naranja, jelly de frambuesa-limón, jarabe de frambuesa-menta para postres, pulpa para jugo, néctar y salsa agridulce para carnes y pescados. En 2017 sacaron la resolución sanitaria, hicieron etiquetas y crearon su página web (www.comfrule.cl). Gracias a INDAP y Sercotec hoy cuentan con sede, centro de acopio, sala de proceso, una cámara de frío y otra de congelado. Sólo les falta una despulpadora, que es su próximo proyecto.
Hoy Comfrule produce alrededor de 40 toneladas de frambuesas por temporada en un total de 8 hectáreas y las comercializa en fresco, congeladas (todo el año) y a través de sus innovadores procesados. Estos últimos se encuentran en la Tienda Mundo Rural de Valdivia y también esperan venderlos en el resto del país, “en tiendas gourmet, restoranes, hoteles o donde aparezcan los compradores”, dice Rosita.
En paralelo, las socias de la cooperativa implementaron un huerto experimental con zarzaparrilla, moras, frutillas blancas y grosellas para futuros proyectos. “Aquí en el campo están puestas todas nuestras ganas y esperanzas, y si surgen dificultades, entre todas le ponemos el hombro junto a nuestros esposos e hijos”, afirma la presidenta de la organización.
Tan importante ha sido el desarrollo de esta cooperativa femenina, que el Ministerio de Economía la premió por su destacado aporte al desarrollo de este tipo de organizaciones asociativas en el marco de la celebración del Día Internacional de las Cooperativas 2018.