El cultivo in vitro de plantas se ha masificado mundialmente como una técnica eficiente para multiplicar especies con similitudes al vegetal original. Chile, ni menos Tarapacá
La iniciativa busca generar un polo de desarrollo en torno a la producción del fruto-novedosa en nuestro país- y, a su vez, apoyar la propagación de otras especies endémicas locales. Al inicio del 2022, se espera tener la primera producción.
El cultivo in vitro de plantas se ha masificado mundialmente como una técnica eficiente para multiplicar especies con similitudes al vegetal original. Chile, ni menos Tarapacá, están fuera de este desarrollo, pues se instaló en la región el primer laboratorio para aplicar la metodología a plantas importadas desde Los Ángeles, Estados Unidos, y de aquellas que ya están adaptadas en la zona y que son locales.
El laboratorio es una iniciativa ejecutada por la Universidad Arturo Prat (Unap) junto con la empresa Kelumilla y el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), en el marco del proyecto “Producción de dátiles en el norte grande a partir de palmeras propagadas in vitro”.
“Con el laboratorio, desde una palmera datilera, podemos obtener alrededor de 50-100 cortes para su multiplicación y a partir de cada uno de ellos se pueden volver a multiplicar en las mismas cantidades. Esta técnica es una herramienta poderosa y revolucionaria”, explica el Dr. José Delatorre Herrera, director alterno del proyecto y profesor de la Universidad Arturo Prat, y agrega que “este proyecto utilizará el laboratorio para dos líneas de trabajo. Uno es la importación de germoplasma de dátiles desde Estados Unidos, labor que desarrollará Kelumilla SpA. La otra es que se recolectará e identificará germoplasma local con valor comercial para su propagación”.
La propagación in vitro llega a reforzar el nuevo, creciente y prometedor cultivo del dátil en Tarapacá. En la zona ya se han introducido variedades de dátiles como Zahidi, Medjool, Deglet noir y Mazafati; las que se han adaptado al agroecosistema del desierto chileno y de las cuales muchos agricultores han mutiplicado por semillas dando origen a individuos únicos, con un alto potencial.
Como parte en los procesos de colecta de germoplasma, multiplicación in vitro y asistencia técnica a los agricultores trabaja un equipo de investigadores jóvenes formado por Ingenieros en Biotecnología e ingenieros Agrónomos, Isabel Sepúlveda, Cristopher Low y José Delatorre Castillo.
Laboratorio
En específico, el espacio cuenta con tres áreas cruciales en la propagación in vitro de plantas: cámaras, micropropagación y crecimiento. En la primera se instaló un sistema de flujo laminar, el cual se utiliza para generar ambientes estériles; necesarios para que ningún patógeno ataque a los explantes sembrados.
Por otro lado, el espacio de micropropagación se encuentra habilitado con repisas con fotoperiodo automatizado y sistema de control de temperatura. En esta área es donde se dejan los explantes sembrados en la sala de cámaras para que se desarrollen en un ambiente estéril desde Fase 1 a la fase 3.
Finalmente, en la fase del crecimiento también se encuentran habilitadas repisas con luces que regulan el largo del fotoperiodo en forma automatizada y sistema de control de temperatura. En esta zona los explantes enraizados (fase 3) se traspasan desde el medio de cultivo a un sustrato inerte y esterilizado para lograr el endurecimiento de los tejidos, para que puedan ser trasladados posteriormente al invernadero y sucesivamente al terreno de plantación.
Innovación
En cuanto al impacto, Delatorre Herrera recalca que también la innovación está enfocada en el acortamiento de los tiempos necesarios para que la planta comience a producir, ya que como ésta “cuenta con la edad de la planta madre”, se reduce así el proceso de espera para la producción. Por otro lado, este tipo de cultivos evita el ataque de patógenos por lo que la planta puede crecer y desarrollarse sin problemas, hasta que alcance la edad necesaria para que pase al suelo sin dificultades”.
En esa línea, el representante de FIA en la región de Tarapacá, Felipe Olivares, sostiene que “estamos muy felices porque el mayor beneficiado, de ser exitoso este proyecto, será la agricultura de la región de Tarapacá. Se podrá desarrollar una industria datilera, ideal para el florecimiento de un sector sustentable, que detiene el avance del desierto y pone a la región como un referente mundial en la producción de dátiles, con biotecnología. Por otro lado, la introducción del nuevo cultivo permitirá a los pequeños productores complementar sus ingresos y diversificar su producción, aumentando así su estabilidad económica y haciendo su producción más adaptable ante el cambio climático”.
Prospección
Es importante recalcar que las palmas tienen un crecimiento lento en comparación a cultivos más comunes como las hortalizas. En específico las palmeras datileras, se pueden ver crecimientos después de 6 meses de sembrar el primer explante. Se espera que para fines del año 2021 y comienzos del año 2022, se obtenga la primera partida de palmeras propagadas in vitro en la región de Tarapacá por parte de la Universidad Arturo Prat. También en dichas fechas estarán plantadas en Pica, Matilla, Suca y Quebrada de Tarapacá las primeras palmeras importadas desde California.