El Comité de Gestión Integral de Riesgos descartó que estemos frente a una emergencia agrícola en el territorio a raíz de la disminución de precipitaciones y al aumento de las temperaturas durante los últimos meses de verano.
Comité de Gestión de Riesgos descarta emergencia agrícola, advierte que menores precipitaciones del periodo serán recurrentes en el periodo estival y llama a productores a preparar cada temporada ante nuevas condiciones agrometeorológicas
Tras la solicitud de un diagnóstico sobre impacto de las condiciones agrometeorológicas en la agricultura regional durante el periodo estival, el Comité de Gestión Integral de Riesgos descartó que estemos frente a una emergencia agrícola en el territorio a raíz de la disminución de precipitaciones y al aumento de las temperaturas durante los últimos meses de verano.
El Seremi de Agricultura Eduardo Winkler, quien preside este comité, solicitó un informe detallado a los servicios del agro (INIA, SAG, INDAP y CONAF) sobre el efecto de las condiciones meteorológicas, cuyos resultados coincidieron en que no se está frente a una situación excepcional de déficit hídrico, sino recurrente y, para el caso de esta temporada, fue anunciado con antelación. En efecto, en octubre pasado, la Seremi de Agricultura alertó sobre la presencia del fenómeno de La Niña, realizó capacitaciones y llamó a los productores locales a ajustar sus procesos productivos de acuerdo a las proyecciones climáticas.
“Estamos frente a un déficit hídrico tardío, menor al que se había proyectado inicialmente por el Fenómeno de La Niña. Afortunadamente, la disminución de las precipitaciones sucedió luego del periodo en que habitualmente se produce forraje en nuestra región. Hemos evidenciado algunos daños y disminución de la producción en sistemas ganaderos en algunos predios que no ajustaron sus procesos o no se prepararon adecuadamente para estas condiciones ya anunciadas. Igualmente, observamos, en otros casos, daños en praderas que se arrastran hace ya varias temporadas. Es por eso, que hemos decidido adelantar la entrega de algunos instrumentos de apoyo financiero de INDAP para apoyar a la pequeña agricultura, pero descartamos que estemos frente a una emergencia agrícola, ya que ésta se registra ante una condición excepcional o catástrofe”, sostuvo el Seremi de Agricultura.
No obstante, el Seremi Eduardo Winkler señaló que, igualmente, se adelantará a través de INDAP la entrega del Fondo de Operación Anual y otros incentivos que benefician a la pequeña agricultura para que puedan prepararse para la temporada invernal.
“Nuestro foco como Ministerio de Agricultura está y seguirá estando en la prevención, por eso estamos ajustando todo nuestro calendario de entrega de incentivos a través de INDAP para que los agricultores puedan adecuar sus procesos. En las actuales condiciones de cambio climático, debemos prepararnos para el invierno y, también, para el verano. No podemos confiarnos en las lluvias estivales, que serán cada vez más escasas”, advirtió la autoridad regional del agro.
Al respecto, el informe elaborado por INIA Remehue evidencia que cada vez es más frecuente que las condiciones climáticas de verano no permitan mantener las praderas verdes y con activo crecimiento y buena calidad, provocando cada año diferentes grados de disminución de la producción de leche y carne.
En los últimos 45 años, sólo en una ocasión, en 1986, se registraron precipitaciones estivales que lograron mantener a las praderas productivas. En la última década, sólo en dos oportunidades, 2012 y 2017 se superó el promedio histórico mensual de precipitaciones de verano (42 mm), pero incluso en estos años la lluvia no fue suficiente para mantener la producción de las praderas.
Debido a lo anterior, es que se puede afirmar, que tener un año con déficit hídrico y con disminuciones importantes en la producción de leche y carne ya no es la excepción, existiendo variadas alternativas para enfrentar el período estival, uso de riego, confección de ensilaje adicional al que se realiza para invierno, usar especies forrajeras en las praderas permanentes con mayor adaptación al déficit de humedad como el pasto ovillo, el bromo, la festuca y el festulolium y, finalmente, los cultivos suplementarios para verano, como la alfalfa, el siete venas, la chicoria y el raps forrajero entre otros.
Por su parte, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) informó que la institución no ha recibido denuncias por muerte o enfermedades de animales asociadas a la sequía, si se evidenciaron daños en praderas sin manejo o que no han incorporado riego, además, de la aceleración en la maduración de algunos frutales.
El Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), por su parte, informó que, si bien han recibido reportes de problemas prediales en la pequeña agricultura, la constatación en terreno ha evidenciado la presencia de otros factores como la sobrecarga animal y sobretalajeo, fertilización insuficiente de suelos y manejos sanitario inadecuado del ganado, como causa de mayor incidencia que la situación hídrica.
Ante este escenario, “como Ministerio de Agricultura tenemos la tarea de seguir colocando el foco en la prevención y capacitando a los productores para que se preparen mejor para el verano, si consideramos que en ocho veranos de la última década, tuvimos un déficit hídrico con consecuencias similares a las de esta temporada”, sostuvo el Seremi de Agricultura.
Finalmente, remarcó, que la situación de déficit hídrico se irá monitoreando cada semana para evaluar si existen cambios y efectos en la agricultura regional. También, precisó, que el diagnóstico realizado por el Comité de Gestión de Riesgos se circunscribe sólo al ámbito agrícola, no teniendo competencias en lo asociado a la sequía hidrológica y tampoco al acceso de agua para el consumo humano.