El consumo, demanda y desecho de este material aumenta, al igual que la cantidad que migra a través del ambiente.
Importantes avances en el conocimiento generaron las conclusiones de un estudio desarrollado por INIA (Chile) y la Universidad de Wageningen (Holanda), sobre la concentración de microplásticos en distintos tipos de suelos, para buscar correlaciones que ayudaran a explicar cómo este material se mueve de un lugar a otro.
Durante muchos años se estudió el problema de los plásticos en el ambiente como algo de carácter toxicológico. Equipos de científicos en todo el mundo estudiaron como, pequeños fragmentos de este material (conocidos como microplásticos) afectan la vida en los océanos. Sin embargo, a medida que la investigación avanzaba y respondía nuevas preguntas, la comunidad científica comprendió que los mares no son necesariamente un depósito definitivo.
Según explicó el investigador de INIA La Platina, Fabio Corradini, distintos mecanismos ambientales están involucrados con el transporte de microplásticos hacia los distintos ecosistemas. El agua y el viento los transportan de un lado para otro, pudiendo impactar en los sistemas que encuentran a su paso.
“La evidencia motivó una nueva forma de ver el problema del plástico en el ambiente. Ya no es algo local, al contrario, la comunidad científica propuso el problema del plástico como un ciclo geológico, similar al ciclo del agua o al del carbono, pero que encuentra su origen en las actividades humanas”, señaló el profesional de INIA La Platina.
El consumo, demanda y desecho de este material aumenta, al igual que la cantidad que migra a través del ambiente. “El problema del plástico es urgente, así como alternativas para mitigar o reducir sus efectos. A medida que transcurre el tiempo el problema del plástico aumenta en su dimensión, pudiendo impactar los ecosistemas. La propuesta del ciclo del plástico aún es reciente y falta mucho para entender su mecánica y todas sus repercusiones”, subrayó el Dr. Corradini.
Experiencia en Chile
El objetivo del estudio realizado por INIA (Chile) y la Universidad de Wageningen (Holanda) fue conocer la concentración de plásticos en suelos destinados a distintos usos, para buscar correlaciones que ayudaran a explicar cómo el plástico se mueve de un lugar a otro. Durante el tiempo de investigación se tomaron 240 muestras de suelo de distinto manejo y uso en toda la región Metropolitana, para cuantificar el contenido de microplásticos en estos.
Entre los principales resultados destacó que en todos los tipos de suelos se detectaron microplásticos y que en suelos bajo cultivos se encuentran las concentraciones más altas de este tipo de material.
Los resultados señalaron la contaminación por microplásticos es más común en suelos cultivados que en cualquier otro uso de suelo y que los microplásticos se acumulan con mayor frecuencia en suelos manejados. Sin embargo, limitaciones técnicas de los métodos de análisis no permitieron contabilizar plásticos menores a 250μm de radio (0.25mm) quedando aún por resolver la incógnita de qué ocurre con microplásticos de menor tamaño.
El investigador de INIA resaltó que los resultados evidencian que Chile no está exento de los efectos del ciclo del plástico a nivel mundial. El estudio es el primero en realizar un monitoreo a gran escala del contenido de microplásticos en los suelos. «Desde Chile, entonces, se contribuye al conocimiento mundial del ciclo del plástico, ayudando a entender y generar prácticas de mitigación que aún se desconocen”, dijo.
Para conocer más detalles sobre el estudio puede revisar la revista Science of The Total Environment | Leer aquí