Viña Casa Klocker Prambs de Frutillar, busca ser un referente para que otros pequeños agricultores de la región de Los Lagos, se aventuren en la industria vitivinícola.
Claudio López Klocker, geógrafo y propietario de Casa Klocker Prambs, realizó su primera vendimia y elaboró los primeros espumantes de la cuenca del Llanquihue. Como un emprendedor, avanza en la consolidación de un modelo de negocio de triple impacto: económico, social y ambiental, apostando por la agricultura regenerativa, la producción orgánica y promoviendo la sostenibilidad en la industria vitivinícola.
«Queremos ser un referente que impulse el desarrollo vitivinícola de pequeña escala en la región de Los Lagos, demostrando que la producción de vinos en la zona sur es viable y brinda una alternativa rentable para pequeña agricultura local», apuntó López Klocker.
Y es que después de varios años, como consultor para organismos internacionales y explorando diferentes regiones de Europa y América Latina, decidió regresar a Chile para cumplir su sueño de convertirse en viticultor, en la tierra que lo vio nacer. Hace una década, tuvo una visión audaz al considerar el cambio climático como una oportunidad, y ahora, junto al viñedo, se ha convertido en el pionero en la elaboración de los vinos espumantes en la Patagonia chilena.
“En 1999 me fui a Europa para estudiar y me quedé hasta 2009. Allí descubrí cómo el vino puede ser una herramienta de transformación social. Conocí la elaboración de este producto, a través de cooperativas en países como España, Francia e Italia. Ahora, como viña, buscamos generar impactos sociales positivos, teniendo como ejemplo estos modelos colaborativos de desarrollo agrícola”, comentó el productor.
A su vez, el geógrafo sostuvo que “practicamos la agricultura regenerativa, nos guían los ciclos naturales, nos sentimos cohabitantes conscientes del territorio. No empleamos productos químicos sintéticos como pesticidas, herbicidas o fungicidas, ya que buscamos el menor impacto en la naturaleza. Nuestro enfoque se centra en mejorar la vida del suelo, así como en la captura CO2 y la retención de agua. Estos elementos son fundamentales en el tipo de agricultura que practicamos”.
En 2012, comenzó a realizar las primeras pruebas de validación de variedades de cepas como Chardonnay, Gewürztraminer y Pinot Noir, en las cercanías de Frutillar y finalmente se instala en el sector de Pedernal Bajo de la comuna lacustre, en las tierras que pertenecieron a sus abuelos maternos, por lo cual la viña lleva sus apellidos. Con esto, aspira a transformar a la cuenca del Lago Llanquihue, en un nodo de innovación vitivinícola, especializado en la producción de vinos espumantes de alta calidad.
La tarea no ha sido fácil, ha requerido un arduo trabajo y una importante inversión que este año ha dado sus frutos, con el lanzamiento de su primera producción: Gran Lago Brut Rosé, elaborado con uvas Pinot Noir y con un toque de Malbec, también cultivado en la propiedad, y Gran Lago Brut Blanc, a base de Gewürztraminer. Los cuales se han convertido en los primeros vinos nacionales, que señalan en sus etiquetas la denominación «Espumante de la Patagonia».
López Klocker comentó que “buscamos ofrecer vinos de calidad, destacando la singularidad de nuestro entorno frío y lluvioso, en contraste con las regiones del país con condiciones más cálidas y secas. Nuestros vinos se caracterizan por una rica acidez y aromas distintivos, que surgen de las condiciones únicas de nuestro suelo y clima. Queremos llegar a nichos de consumidores que aprecian estos elementos de tipicidad que nos diferencian de otras zonas vinícolas del país”.
La Viña Casa Klocker Prambs se ha convertido en un ejemplo inspirador para otros pequeños agricultores de la región, demostrando que es posible incursionar en el mundo del vino de alta calidad y destacarse en un mercado competitivo.
«Creo firmemente en el potencial vitivinícola de la cuenca del Llanquihue, especialmente para la elaboración de espumantes. Tenemos todas las condiciones para convertirnos en un nodo de innovación especializado en este tipo de vinos, para lo cual es clave la colaboración público-privada, con el fin de impulsar esta idea y desarrollar un nuevo polo vitivinícola para el país. Chile es un importante exportador vitivinícola a nivel mundial, y para seguir destacando, es clave especializarnos en zonas geográficas que expresen el máximo de su potencial”, apuntó.
López Klocker muestra confianza en el futuro, espera producir alrededor de 20.000 botellas al año y convertir su iniciativa en un negocio sostenible y con buenas rentabilidades. “Nuestra meta es establecer una base sólida para un crecimiento sostenido y exitoso», señaló. Mientras tanto, nos recomienda la mejor manera de disfrutar los sabores de sus espumantes.
«Para nuestro espumante Gran Lago Blanc, recomendamos acompañarlo con ostras frescas o erizos. Nuestro Gran Lago Rosé es muy versátil y puede ser acompañado por un tártaro de carne, se ensambla perfectamente con una buena pasta, con una salsa tipo pomodoro, e incluso va muy bien con un postre como el babarua de frutilla. Ambos son un maravilloso aperitivo”.
Actualmente, cada botella de los espumantes tiene un costo de $29.750 en la bodega, y se pueden adquirir de manera presencial en CK Vinos & Gourmet en Osorno y Divinum en Puerto Varas. También, es posible obtenerlos directamente con la viña, contactando a través de su cuenta de Instagram @casaklockerprambs o en el sitio web casaklockerprambs.cl.
El futuro se presenta prometedor para la Viña Casa Klocker Prambs. Con planes de expansión y aumento en la producción, por lo que Claudio López Klocker espera consolidar aún más su posición, como productor de vinos espumantes de excelencia en la región.
“Mi sueño es que, a medida que avance este proceso, podamos obtener una denominación de origen Cuenca del Llanquihue o que sean reconocidos en el mercado como Espumantes de la Patagonia. Con esto, destacar por origen y calidad a nivel nacional e internacional. El camino hacia esta meta puede ser largo, pero confío en que con dedicación y compromiso, lograremos posicionar a la cuenca del Llanquihue en un referente en la producción de vinos espumantes de alta calidad, mostrando lo mejor que este territorio puede ofrecer en materia vitivinícola”, aseguró el profesional.
Así, el nacimiento de este producto de alta calidad, el más austral de Chile, se convierte en un hito en la industria, abriendo nuevas posibilidades para los pequeños agricultores y dejando una huella positiva en la historia del vino en el país.