Esta empresa familiar cuenta con certificado orgánico, bajo la modalidad de Certificación Participativa del SAG, lo que les otorga la confianza al consumidor y garantiza sus productos.
El ajo negro chilote y los bombones rellenos con ajo negro se categorizan como súper alimentos, por su alto contenido de antioxidantes.
“Cultivamos nuestras materias primas en la Isla de Chiloé, en el sector rural de Punta Chilen, Ancud, con sello de certificación orgánica. Luego, en nuestra planta de proceso, agregamos valor utilizando los mejores insumos para entregar a nuestros consumidores productos con alto valor energético, que aportan las vitaminas y antioxidantes necesarios que el cuerpo necesita para mantener la salud. Nuestro ajo negro chilote y los bombones rellenos con ajo negro se categorizan como súper alimentos, por su alto contenido de antioxidantes”, así describe a su negocio, Kime Newen, la emprendedora, Andrea Curumilla Curiñan.
Nacido el 2014, pero formalizado en plena pandemia, esta empresa familiar cuenta con certificado orgánico, bajo la modalidad de Certificación Participativa del SAG, lo que les otorga la confianza al consumidor, y garantiza que sus productos no utilizan conservantes, ni colorantes, antibióticos, fertilizantes químicos o pesticidas. También cuenta con certificación de Sello Originario de INDAP, el cual certifica que es una empresa indigena.
«Yo trabajaba en ese entonces en otra empresa y paralelamente pensaba en crear mi propio negocio. Así fue como creamos Kime Newen, para elaborar productos que aportan al bienestar tanto físico, como mental. Hoy trabajamos cuatro personas, dos externas, mi esposo Benjamín Barría y yo», sostuvo la contadora, quien además está a punto de recibirse de ingeniera industrial.
Pero no todo fue fácil en el camino de crear esta idea de negocio, ya que la emprendedora comentó que en el 2020 se encontraba en la búsqueda de apalancar financiamiento para invertir en sus sueños. Fue ahí, que a través de la Corporación Simón de Cirene y del programa Escala Los Lagos, conoció el trabajo de la Fundación Antonio Hitschfeld.
“En ese entonces me acerqué buscando recursos financieros para incorporar a mi proyecto y comprar maquinarias. Con el paso del tiempo, fuimos participando en capacitaciones, trabajamos con un mentor en el desarrollo del propósito, la contabilidad y la gestión de negocios. Fue así como decidimos mejorar la planificación y elaboramos un plan de manera más profesional, generando conocimientos para desarrollar una estrategia de crecimiento”, apuntó Curumilla.
A su vez, sostuvo que «la asesorías y capacitaciones siempre son necesarias en todo rubro, y constantemente debemos estar recibiendo nuevos conocimientos y generando redes de contacto que nos permitan surgir».
De igual manera, Andrea Curumilla, apuntó que “como empresa, en este momento contamos con una planta de proceso con resolución sanitaria, una línea de productos, maquinarias y una marca que se está posicionando. Esto debido a que hemos sido ordenados y disciplinados, lo que nos permite sostener este emprendimiento, pero por sobre todo tenemos claro el propósito de la empresa, el cual es generar productos de alta calidad nutricional y de valor agregado, en base a súper alimentos como el ajo negro y el cacao, que permita a nuestros consumidores transportarlos a la isla mágica de Chiloé, a través de los delicados sabores de nuestros productos, además que estos aporten beneficios a la salud de las personas”.
Actualmente, Kime Newen se encuentra en tiendas gourmet, cafés, supermercados de Ancud, Castro y Puerto Montt, y además se ha abierto un espacio en Santiago. «Nosotros queremos seguir aumentando los puntos de ventas, al menos en un 30%. Buscamos crecer sobre todo a nivel regional, porque la distribución de nuestros productos requiere de un transporte propio, hemos tenido algunos problemas con la logística de distribución, y por ello queremos abarcar primero la región de Los Lagos. Si subsanamos esto, podríamos ya ampliarnos a nivel nacional».
Finalmente, la emprendedora recalcó que el sueño de tener su negocio propio, pasó de ser un anhelo a convertirse en una oportunidad para crear una fuente laboral y generar empleo en el territorio donde se emplaza, mejorando así su condición de vida y la de su entorno. “Con esto queremos entregar a los consumidores no sólo un producto, si no que un súper alimento que les aporte en su salud, cultivado en las mejores tierras sureñas. Gracias a nuestra dedicación diaria hemos podido lograrlo, transmitiendo la buena energía a los consumidores, tal como lo expresa nuestra marca Kime Newen, que en Williche significa buena energía”.