“Evaluación genética, biológica y patogénica del virus de la arteritis viral equina chilena (EVAv)”, se denomina el proyecto en el que se encuentra trabajando el Dr. René Ortega Vásquez, especialista en Virología y Dr. Ciencias Silvoagropecuarias y Veterinarias.
La investigación en la que también participan profesionales veterinarios nacionales e internacionales, tiene un plazo de realización de 3 años, entre 2020 y 2023.-
“Evaluación genética, biológica y patogénica del virus de la arteritis viral equina chilena (EVAv)”, se denomina el proyecto en el que se encuentra trabajando el Dr. René Ortega Vásquez, especialista en Virología y Dr. Ciencias Silvoagropecuarias y Veterinarias, luego que se adjudicara fondos de Fondecyt Iniciación 2020, y lograra reunir más de 98 millones de pesos entre el aporte de la mencionada entidad y gastos de administración indirectos.
De acuerdo a lo explicado por el Médico Veterinario, el virus arteritis viral equina (EVAv) chileno fue encontrado por primera vez el año 2014 en un monitoreo serológico realizado por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) en burros silvestres en el norte de Chile (Región de Atacama, comuna de Frierina). “En ese tiempo LIVA (Laboratorio de Virología e Inmunología Animal) UdeC estaba trabajando con el tesista Juan Mena Vásquez en el aislamiento y caracterización filogenética de virus PRRS (síndrome respiratorio y reproductivo porcino) colaborando con el SAG (Dr. Christian Mathieu), lo que derivó en una publicación conjunta (https://doi.org/10.1371/journal.pone.0181569). El virus PRRS pertenece a la pertenece a la misma familia de EVAv, por lo que fue natural que el SAG nos pidiera colaboración en el Aislamiento y Caracterización de este nuevo virus emergente”, del cual no se sabía su procedencia y su relación con los EVAv que afectan a equinos domésticos a nivel mundial, según manifestó el Dr. René Ortega, quien agregó que, “con el tesista Felipe Rivas Troncoso y con el apoyo del Dr. Alfonso García del SAG, se logró aislar el virus y caracterizarlo filogenéticamente, lo que generó una nueva publicación conjunta (https://doi.org/10.1111/tbed.12703)”.
Cabe destacar que tanto en el trabajo de PRRS como el de EVAv, colaboró la Universidad de Chile a través del virólogo de FAVET, Dr. Víctor Neira Ramírez (ex alumno UdeC) y que el paso siguiente fue formular el proyecto con todos los colaboradores nombrados (SAG, UdeChile y UdeC), pero incluso considerando apoyo internacional.
“Reclutamos al Dr. Udeni Balasuriya quién trabajaba en la Universidad de Kentucky, Centro de Referencia Mundial para las enfermedades virales equinas, quién actualmente se encuentra en la Universidad de Luisiana. Por otra parte, en la UdeC el Dr. Daniel Sandoval Silva, también nos ha apoyado permanentemente en el trabajo realizado en LIVA”.
En el trabajo previo los expertos pudieron descifrar que este virus que es único en el mundo, está relacionado con virus asnales sudafricanos, pero con ancestros que tienen más de 100 años de antigüedad. “Y además si analizamos los virus asnales con los virus de caballos, los ancestros datan de hace más de 300 años. Básicamente se encontró un eslabón perdido”, precisó el Dr. Ortega.
Actualmente ya aislado y caracterizado el virus, la misión es estudiarlo, logrando más aislados para evaluar la diversidad genética y biológica in vitro de este virus chileno. “Además queremos saber si este(os) virus son capaces de infectar caballos, evento que ya se ha demostrado en los virus asnales sudafricanos, que son los parientes más cercanos. Esto último, de ser cierto, pondría en riesgo el patrimonio zoosanitario equino de todo el país”.
De todas formas el Dr. René Ortega agregó también que para el caso de EVAv la caracterización genética, biológica y patogénica es básica para poder diseñar e implementar planes de control que eviten la masificación y adaptación del virus a nuevas especies, sobre todo tomando en cuenta que el riesgo sería significativo considerando la población que existe en Chile y la utilidad de este animal en el trabajo agrícola y los altos valores de los ejemplares que realizan competencias como carreras, saltos y rodeos.
Finalmente el Dr. Ortega manifestó que el impacto social que tiene este estudio va más allá de los objetivos de investigación, “este proyecto tiene un componente social muy fuerte. Los burros, en la zona donde fue descrito el virus, son parte de la economía agrícola familiar en la III y IV región, son utilizados como animal de abasto y trabajo, existe una población de más de 30 mil individuos entre ambas regiones, e indudablemente generan recursos para esas familias”.