El programa esta dirigido a empresas Cooperativas de FIA, nació el año 2014 y esta orientado a concursar fondos de apoyo, para llevar a cabo diagnósticos, diseñar y ejecutar planes...
El programa esta dirigido a empresas Cooperativas de FIA, nació el año 2014 y esta orientado a concursar fondos de apoyo, para llevar a cabo diagnósticos, diseñar y ejecutar planes de trabajo de corto y mediano plazo para empresas cooperativas.
Con el objetivo de conocer el estado de situación y desempeños de las cooperativas vinculadas al sector silvoagropecuario nacional y/o la cadena agroalimentaria asociada, la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) comenzó un trabajo junto a cinco universidades nacionales, las cuales aplicarán herramientas de prospección, capacitando y ayudando a los asesores profesionales y técnicos de estas empresas asociativas.
En total se espera obtener la información de cerca de 300 cooperativas, la cual será levantada por: la Universidad Santo Tomás en la región de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta; la Universidad Católica del Norte en la región de Atacama y Coquimbo; la Universidad de Talca, Maule, Biobío y Ñuble; la Universidad La Frontera, La Araucanía y la Universidad de Santiago en Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins, Los Lagos, Los Ríos, Aysén y Magallanes.
“Como FIA y de acuerdo con las acciones que llevamos a cabo al alero del Plan Nacional de Asociatividad – “Más Unidos”, es que surge la necesidad de diagnosticar el estado de situación y desempeño de las cooperativas vinculadas al sector. La innovación es clave para enfrentar los desafíos, en este caso la asociatividad se convierte en un encadenamiento virtuoso que busca agregar valor a todos los involucrados y es que las alianzas productivas son la clave para que los productores más pequeños tengan mayores oportunidades de crecimiento”, señala el director ejecutivo de FIA, Álvaro Eyzaguirre.
El Programa Estratégico dirigido a Empresas Cooperativas de FIA, nació el año 2014 orientado a concursar fondos de apoyo para llevar a cabo diagnósticos, y diseñar y ejecutar planes de trabajo de corto y mediano plazo para empresas cooperativas. “En el marco del proceso de modernización institucional que está llevando a cabo la Fundación, este programa fue evaluado y a partir de los resultados obtenidos, se decidió re-enfocar su propósito a la diversidad de necesidades que enfrenta este tipo de usuario”, agrega la jefa de la Unidad de Desarrollo Estratégico, Dominique Chauveau.
En esa línea, el vicerrector de Innovación, Pablo Villalobos, sostiene que el “diagnóstico que se establecerá en cada una de las cooperativas estudiadas es una oportunidad para analizar y detectar las brechas específicas de las organizaciones de la macrozona Maule, Ñuble y BíoBío, permitiendo con ello el diseño y la implementación de un programa de intervención integral que facilite el cierre de las falencias detectadas; potenciando las capacidades técnicas, organizacionales, productivas y de vinculación comercial, entre otros aspectos”.
En tanto, el director del Centro Internacional de Economía Social y Cooperativa (CIESCOOP) de la Universidad de Santiago, Mario Radrigán, agrega que la iniciativa es de gran importancia, pues “lamentablemente en nuestro país en las últimas décadas contar con información actualizada de la realidad del sector cooperativo ha sido un gran dolor de cabeza, ya que más allá de identificar el número de cooperativas por región y rubro; salvo en aquellos casos que la ley de cooperativas define como de ‘importancia económica’ (algo más de 100 sobre las 1.500 existentes), la información disponible es muy escasa. Y este estudio permitirá contar con datos relevantes para la toma decisiones a nivel del sector público como del propio sector cooperativo”.
La necesidad de avanzar en procesos asociativos
Actualmente, el 93% de los productores silvoagropecuarios son pequeños, es decir cuentan con una superficie menor a 12 hectáreas de riego básico, lo que se traduce en una alta atomización productiva a nivel nacional. También existe una alta concentración, intermediación y competencia en las cadenas productivas, lo cual hace aún más complejo el desafío de promover la asociatividad en la pequeña y mediana agricultura.
Por lo tanto, la asociatividad permite afrontar problemas de escala y mejorar el poder de negociación, junto con aumentar rentabilidad, disminuyendo costos y aumentando precio de venta. Asimismo, el trabajo colaborativo a nivel de productores está alineado con lineamientos nacionales e internacionales, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Programa de Desarrollo Económico del país, el Plan de Descentralización de Chile, entre otros.