Los resultados de esta investigación de INIA La Platina, serán entregados el próximo 15 de diciembre a partir de las 9:00 hrs, a través de un webinar.
El estrés abiótico o factores ambientales que alteran los procesos fisiológicos y metabólicos de las plantas, como la sequía en zonas de producción agrícola, es el foco de atención del estudio, que pretende dar soluciones a productores y a la agroindustria nacional.
Los resultados de esta investigación, serán entregados el próximo 15 de diciembre a partir de las 9:00 hrs, a través de un webinar. Los interesados pueden registrarse aquí
Los investigadores especialistas en riego y alimentos de INIA La Platina, el Dr. Alejandro Antúnez y la Dra. Cristina Vergara, en conjunto con investigadores de INIA Intihuasi Dr. Francisco Meza y Rodrigo Márquez, evaluaron cultivos de betarraga, zanahorias y tomates, bajo condiciones de estrés abiótico.
La respuesta fisiológica de la mayoría de los cultivos sometidos a este fenómeno, mostró un aumento en la síntesis de los compuestos bioactivos que resultan de gran interés para la agroindustria por sus propiedades saludables, como carotenoides y betalainas, compuestos relacionados directamente con el color de las materias primas.
Para el Dr. Alejandro Antúnez, la investigación permitió estudiar que “en circunstancias de estrés hídrico, las plantas aumentan su concentración de licopeno, que es un poderoso antioxidante que contribuye a proteger la semilla del tomate, por ejemplo. En este sentido, la industria busca utilizarlos en la producción de alimentos. Por lo tanto, esto tiene un engranaje con la reducción de agua de riego en los cultivos que estamos investigando”
El trabajo realizado por INIA, en las regiones de Coquimbo y Metropolitana, consideró variables como las tasas de riego, para luego evaluar cualitativamente y cuantitativamente los compuestos bioactivos (Licopeno en tomate, beta-caroteno en zanahoria y betanina en betarraga) presentes bajo cada una de las condiciones ensayadas. “Se obtuvieron distintos jugos de estas materias primas que nos permiten medir la coloración y la acumulación de estos pigmentos en el cultivo” señala la Dra. Cristina Vergara,
Los compuestos bioactivos estudiados son aptos para jugos, salsas y pastas de tomate y otros productos alimentarios, entregando nuevas herramientas y oportunidades a los productores de zonas con crisis hídrica y a la agroindustria nacional, que puede obtener materias primas de alta calidad nutricional, mitigando los efectos del cambio climático.