El programa de mejoramiento genético de trigo y planta seleccionadora de semillas certificadas de INIA Quilamapu, destacando trabajos realizados por más de 50 años
Seremi de Agricultura de Ñuble visitó programa de mejoramiento genético de trigo y planta seleccionadora de semillas certificadas de INIA Quilamapu, destacando trabajos realizados por más de 50 años en rubro muy demandante y que tiene a Chile como uno de los principales consumidores de pan del mundo, bordeando los 90 kg per cápita al año.
Con la finalidad de compenetrarse de la generación de variedades de trigos destinados a los campos del centro sur del país, el seremi de Agricultura de Ñuble, Juan Carlos Molina, visitó el programa de mejoramiento genético de trigo que INIA Quilamapu posee en el Campo Experimental Santa Rosa en las afueras de Chillán.
Molina junto al Director Regional de INIA, Rodrigo Avilés, visitó las parcelas demostrativas donde crecen las actuales y futuras variedades de trigos panaderos y candeales, oportunidad en la que pudo apreciar el trabajo de campo que se realiza en la generación de trigos de mejor calidad culinaria, a pesar de las cambiantes condiciones climáticas del último tiempo.
En medio de parcelas con distintos ensayos que en 56 años han generado cerca de 40 variedades de trigo, la autoridad regional fue recibida por el jefe del programa de trigo de INIA Quilamapu, Iván Matus quien junto a la investigadora Dalma Castillo, mostraron los trabajos de generación de las variedades y de cómo éstas se van comportando y adaptando a las distintas condiciones de riego, suelo, temperaturas, plagas y enfermedades.
Matus explicó que la tendencia es a generar nuevas variedades bajo una premisa agroecológica, desplazando el uso de productos químicos en sus distintas etapas de desarrollo. El investigador indicó además que cada nueva variedad es desarrollada por procesos naturales, rescatando características nutricionales y de rendimiento cada vez mejores para ser sembrado en distintas zonas agroecológicas en el centro sur de Chile.
El especialista mostró distintos tipos de trigo, partiendo por los más tradicionales y conocidos por los productores, hasta aquellos con características particulares como la variedad Millán-INIA destinada a la producción de un pan integral blanco, lo que representa una alternativa saludable y de muy buena calidad nutricional en una creciente demanda por panes diferentes.
También destacó el hecho de que es en la región de Ñuble donde se concentra la producción del trigo candeal destinado a la producción de pastas (tallarines, fideos, etc.) en Chile.
El seremi de agricultura Juan Carlos Molina indicó que “el programa de mejoramiento genético de trigo, uno de los programas más antiguos de INIA a nivel nacional y ha significado un avance tremendamente importante en la producción del trigo del país en los últimos 50 años. Hoy pudimos ver parcelas con las variedades existentes y otras que vienen en camino. La idea de este trabajo de investigación es poder llegar con estas semillas a los productores”. Molina entregó sus felicitaciones “a todo el equipo de INIA que desarrolla las variedades de trigo”.
En tanto, el Director Regional, Rodrigo Avilés, destacó la visita al campo donde los investigadores pudieron explicar las distintas variables que se están estudiando en un escenario de cambio climático, tanto en la generación de trigos para la confección de pan como en los trigos candeales destinados a la elaboración de pastas. Resaltó asimismo la vinculación y trabajo mancomunado que mantienen los investigadores con los productores y con la industria harinera nacional.
Avilés sostuvo que la visita también contempló un recorrido por la Planta de Selección de Semillas Certificadas que inició el proceso de selección de la temporada. “En un año complejo por la situación de pandemia, la planta pudo funcionar sin grandes dificultades por lo que se pudo cumplir con el compromiso de entrega de las semillas certificadas a los productores de todo el centro sur del país que demandan este producto”.
Variedades de trigos chilenos
La generación de variedades de trigo contribuye de manera importante a la seguridad alimentaria de Chile, explicó el investigador jefe del programa de mejoramiento genético de trigo de INIA Quilamapu, Iván Matus, quien añadió que el consumo de pan en Chile varía entre 86 y 90 kilogramos per cápita, siendo el segundo o tercer país con más consumo de pan en el mundo, aunque en el país sólo se produce aproximadamente el 60% de la demanda, debiendo importarse el 40% restante.
Matus sostuvo que en la generación de variedades de trigo, INIA ha enfocado su quehacer al desarrollo de variedades de trigo harineros (para la producción de pan) de primavera y trigo candeal (industria de las pastas) en un escenario de cambio climático, donde la escasez de agua, y la mayor presencia de plagas y enfermedades, deben conjugarse con una mayor y mejor producción de alimentos que sean sostenibles en el tiempo. En ese sentido, el investigador destacó el trabajo permanente para asegurar la generación de variedades de trigos de gran calidad nutricional y que resulten atractivos para los agricultores a pesar de las adversidades climáticas.