El Dr. Luis Inostroza de INIA Quilamapu trabajó con expertos en EE.UU. para acelerar el mejoramiento genético de alfalfa resistente a sequía.
La ciencia chilena sigue dando pasos firmes en el mejoramiento genético de alfalfa. El Dr. Luis Inostroza Fuentealba, investigador del Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA Quilamapu, regresó de una estadía en la Universidad de Florida (UFL), donde trabajó con expertos de talla mundial en genética vegetal para potenciar el desarrollo de nuevas variedades de alfalfa más productivas y resilientes a la sequía.
Gracias al apoyo del proyecto FONDECYT 1230399 titulado “Descubriendo los componentes genéticos que modulan el rendimiento y la calidad del forraje de alfalfa (Medicago sativa) en ambientes mediterráneos propensos a sequía mediante análisis de mapeo asociativo y predicción genómica” esta colaboración internacional permitirá acortar en hasta tres años el proceso de desarrollo de nuevas variedades, mediante la aplicación de técnicas avanzadas de selección genómica.
“Actualmente el desarrollo de nuevas variedades de alfalfa toma entre 9 y 10 años. Con estas herramientas genómicas, podemos reducirlo a solo 6 años, lo que nos permite responder más rápido a las necesidades de los productores”, explica el Dr. Inostroza.
Selección genómica en cultivos forrajeros
La Universidad de Florida es un referente en la implementación de modelos de selección genómica en cultivos forrajeros. Durante su estadía, el especialista trabajó con el Dr. Esteban Ríos, experto en genética de alfalfa, y con los destacados mejoradores Dr. Patricio Muñoz (arándanos) y Dr. Marcio Resende (maíz y papa), ambos líderes en genética de especies tetraploides, como la alfalfa.
El Dr. Esteban Ríos, especialista en mejoramiento genético de alfalfa y otras forrajeras, recibió al investigador INIA en su laboratorio y asignó a un estudiante de doctorado para colaborar en los análisis de selección genómica en alfalfa. Este trabajo permitirá incorporar herramientas genómicas avanzadas en la selección de progenitores, acelerando el desarrollo de nuevos cultivares adaptados a la diversidad agroclimática de Chile, desde Arica hasta Magallanes, optimizando su rendimiento y resiliencia en distintas condiciones productivas.
Chile enfrenta desafíos urgentes en la producción de forraje debido al cambio climático y la escasez hídrica. La investigación en genética vegetal es clave para asegurar la sustentabilidad de la producción agropecuaria, y la selección genómica representa un salto cualitativo en el desarrollo de cultivos más eficientes y resistentes. “Esta colaboración es un win-win. Nuestros datos son únicos y ellos tienen el conocimiento en análisis genético. Juntos, podemos publicar estudios de alto impacto y desarrollar herramientas que beneficien a los productores de alfalfa en Chile y en todo el mundo”, destaca el investigador de INIA.