Se trata del primer Seminario de Praderas organizado por Indap, en el que participaron cerca de 15 pequeños ganaderos de la zona y donde durante un día se analizaron técnicas...
Se trata del primer Seminario de Praderas organizado por Indap, en el que participaron cerca de 15 pequeños ganaderos de la zona y donde durante un día se analizaron técnicas de pastoreo, fertilización, riego, control de pilosella, siembra de forraje, cambio climático y las herramientas que ofrece Indap para apoyar económicamente a los productores ovinos. (Indap).
Las ovejas son asustadizas ante los curiosos, pero pastan tranquilas en la inmensidad de Tierra del Fuego. En promedio cada ovino necesita alrededor de una hectárea para alimentarse, pero con una población de 2 millones de cabezas las praderas se han ido degradando y se hace imprescindible adoptar manejos que ayuden a revertir la situación, considerando que el pastoreo extensivo lleva más de cien años de historia.
Ante este difícil escenario, investigadores, académicos y productores analizaron distintas fórmulas para recuperar la pradera natural de Tierra del Fuego, aumentar su capacidad forrajera y asegurar su sustentabilidad, para así poder satisfacer a un mercado que cada vez exige corderos de mayor peso.
Si bien el uso de fertilizantes para recuperar praderas naturales es una práctica habitual entre los pequeños ganaderos de Tierra del Fuego y en los últimos años se ha logrado sembrar cerca de 500 hectáreas, hoy los esfuerzos deben centrarse en la mantención.
“Aunque se fertiliza, esto ocurre solamente en la siembre, no hay una constancia en el tiempo y eso sería ideal para poder mantener esa gran inversión que estamos generando, ya sea en un cultivo de alfalfa o una pradera mixta, sólo así podemos mantenerla más tiempo vigente”, dijo Sergio Radic, académico de la Universidad de Magallanes.
El experto recomendó hacer siempre un análisis de suelo: “Si bien hoy el nitrógeno, el fósforo y el potasio son nutrientes muy importantes, el azufre es deficitario en varios sectores de la región. Por eso es importante solicitar los análisis de suelo y hacer un seguimiento, porque el nutriente más limitante nos va a generar una restricción en la productividad de la pradera o el cultivo de alfalfa. La idea es tener la mayor cantidad de parámetros para solucionar los problemas”, precisó.
El análisis de suelo no supera los 30 mil pesos, una cifra muy por debajo de la inversión que se realiza en la siembra de pradera mixta o cultivo, considerando la compra de semilla y el uso de maquinaria, afirmó.
La ganadería mayor
En el caso de la ganadería mayor es importante considerar las formas de pastoreo y el reposo que se les da a los campos sembrados, expuso René Milicevic, presidente de la Asociación de Ganaderos de Tierra del Fuego: “Es clave mejorar praderas con riego y fertilizantes, pero es muy importante responder a una planificación. No se trata de invertir por invertir, una mejora debe responder al potencial productivo de cada campo. El pastoreo sobre praderas regeneradas de alfalfa debe ser racional y hay que respetar los reposos para mantener el vigor de las plantas”.
Añadió que para cumplir las exigencias del mercado -corderos de mayor peso-, la alimentación en praderas naturales es lo más importante, ya que sólo así se logra que el ganado desarrolle todo su potencial genético. Y de paso se recobra la capacidad forrajera de las alicaídas praderas naturales.
El problema de la pilosella
Otros de los problemas que afecta a la ganadería en Tierra del Fuego es la pilosella, una especie de maleza que afecta la producción de los campos y que preocupa a los ganaderos. Para Nilo Covacevich, investigador del INIA, es difícil dar remedios efectivos más allá de los controles químicos, que por costo no son selectivos y no eliminan la maleza de forma definitiva.
“En praderas naturales hay que aprender a vivir con ella y en algunos casos eliminar los manchones. En esa circunstancia sí se puede utilizar herbicidas o bien aplicar pastoreo fuerte cuando la planta de pilosella esté en floración y sobre todo tratar de evitar generar las condiciones que la favorecen, como son los campos sobrepastoreados o muy despejados, sobre todo temprano en primavera”, explicó Covacevich.
Aclaró que la pilosella no ha tenido la expansión que se imaginó hace 30 años y que ha generado en Nueva Zelanda, por ejemplo, graves problemas económicos. “Ha aumentado en algunas áreas y preocupa, pero creo que si se toman las medidas de ir eliminando los manchones que primero se advierten, y ojalá pueda haber intervención en sitios públicos que son centros de dispersión, como orillas de camino, minas de ripio, es decir, los lugares donde se instala la maleza primero y desde donde empieza a emitir la semilla, podría ser una buena medida”, precisó el experto.
Riego para Magallanes
Luis Aguirre, ingeniero agrónomo y experto en riego, explicó que Magallanes debe perfeccionar un sistema de riego específico para la zona, considerando el viento como factor clave. “Con cortinas cortaviento, que ayudan a disminuir la evapotranspiración de los cultivos al aire libre, y el método de riego californiano, que consiste en encamisar la distribución de aguas con menos uso de energía, pienso que es posible diseñar un modelo que se ajuste a los requerimientos de la zona”, indicó.
Petar Bradasic, director regional (s) de Indap, valoró la participación de los ganaderos en este seminario y agradeció el entusiasmo de los académicos e investigadores. A su vez, señaló que en Tierra del Fuego hay avances que son promisorios y buenos ejemplos de pequeños ganaderos que logran lo que pide el mercado hoy en día, haciendo un uso más racional de sus praderas.
Asimismo, indicó que “las medidas que ha tomado el Ministerio de Agricultura, aportando asesoría y financiamiento, han tenido frutos. En parcelas pequeñas, como las que tienen nuestros usuarios, hemos logrado aumentar la productividad y el ingreso bruto. Hoy en menos terreno es posible producir más corderos y de mejor calidad en la carne y la lana”, precisó.
Finalmente indicó que el gobierno del presidente Piñera busca darle mayor atención a la pequeña agricultura en temas de nuevas tecnologías, uso del agua y capacitación.