Hoy es tesorera de la Mesa de Jóvenes Rurales de Linares y forma parte del programa Yo Joven & Rural de INDAP. Además, a través del Fondo de Desarrollo de...
Hoy es tesorera de la Mesa de Jóvenes Rurales de Linares y forma parte del programa Yo Joven & Rural de INDAP. Además, a través del Fondo de Desarrollo de Negocios Crece, de Sercotec, consiguió recursos para levantar su invernadero, el cual está en plena etapa de construcción, y accedió a capacitación tributaria (Mundo Agropecuario).
Producir hortalizas gourmet de variados colores y formas novedosas, es el desafío que se impuso Constanza Arraño en la localidad de Quinamávida, comuna de Colbún. Oriunda de Santiago, esta comunicadora audiovisual de 25 años llegó a la Región del Maule por amor y decidió emprender un negocio agrícola que siempre le atrajo, y lo está haciendo en el estilo que más le acomoda: natural, paso a paso, de manera agroecológica.
“No tengo raíces campesinas, era algo desconocido para mí. A diferencia de muchas personas que vacacionaban en el campo, yo siempre lo hice en el norte y en la zona central, pero hace tres años decidí venirme con mi pareja. Lo vine siguiendo a él y empecé a descubrir este mundo. Sabía que mi vida tenía que ser cerca de la naturaleza. Estuve trabajando un tiempo en una oficina, donde tenía una ventana chica y ni siquiera podía ver cómo estaba el día. Tenía que salir de ahí y dedicarme a algo más cercano a la naturaleza. Ahora siento que en el campo uno vive de otra manera. Es paz, tranquilidad, ver el cielo azul”, dice Constanza sobre las motivaciones para su cambio de vida.
Internet ha sido su principal aliado en esta aventura. Navegando ha encontrado muchas respuestas a sus inquietudes y ha logrado dar con semillas de «hortalizas exóticas», como las llama ella. Partió hace solo un año, con la producción de tomates cherries de diferentes formas, colores y sabores, los que cultiva desde la semilla.
Con personalidad y decisión, Constanza recorrió los principales hoteles y restoranes de la zona, y encontró buena acogida en los establecimientos gastronómicos de las termas del sector. Luego se fue a Santiago a tocar las puertas de diferentes locales, donde también tuvo excelente acogida.
Eso la impulsó a buscar alternativas para hacer crecer su emprendimiento. Así llegó a INDAP Maule, donde logró acreditarse. Hoy es tesorera de la Mesa de Jóvenes Rurales de Linares y forma parte del programa Yo Joven & Rural de INDAP. Además, a través del Fondo de Desarrollo de Negocios Crece, de Sercotec, consiguió recursos para levantar su invernadero, el cual está en plena etapa de construcción, y accedió a capacitación tributaria.
Por ahora, para ampliar así su canasta de productos, Constanza cuida con esmero sus almácigos de betarragas, porotos verdes, zanahorias, ajíes y tomates cherries. Con orgullo cuenta que estos últimos obtuvieron el sello Manos Campesinas de INDAP, lo que le ayuda a entregar garantías de que está realizando un trabajo serio, con respeto al medio ambiente, sano y con cariño.
A diferencia de muchos jóvenes, esta santiaguina decidió irse al campo e innovar en la agricultura. “Es un trabajo duro, pero la calidad de vida no se compara. Por eso estoy muy contenta aquí y mi proyección es seguir trabajando con INDAP. Me gustaría que los jóvenes vieran la importancia de hacer cosas nuevas en el campo, probar con nuevas hortalizas, frutales y agricultura orgánica”.