En Chile, la Agricultura Familiar Campesina y las comunidades de Pueblos Originarios, manejan su producción con cultivos que tienen como base entre un 50% a 90% de estas semillas, obtenidas en ferias locales, mercados y a través del intercambio.
La red de bancos de germoplasma de la institución, cuenta con más de 45.000 accesiones o muestras de especies y variedades de importancia agrícola
Las Unidades de Recursos Genéticos del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), a través de su Red de Bancos de Germoplasma, conservan semillas de distintas variedades tradicionales como maíz, porotos, tomates, pimientos y arvejas, entre otras existentes en el país, vinculándose a las comunidades que las cultivan, para avanzar hacia la seguridad alimentaria y nutricional y la diversificación y sostenibilidad de los sistemas agrícolas.
La relación entre las dimensiones sociales y ecológicas existentes en la agricultura, permiten desarrollar, mantener y conservar la diversidad de semillas tradicionales, donde está la genética necesaria para producir alimentos en un periodo de cambio climático y escasez hídrica. Uno de estos espacios de preservación se encuentra en Santiago, en el Centro Regional de Investigación La Platina.
“Satisfacer la demanda de los consumidores por alimentos más sanos y diversos, va de la mano con la capacidad que tengan los cultivos de tolerar estrés de tipo biótico y abiótico, como la incidencia de plagas y enfermedades, condiciones de salinidad, resistencia a altas de temperaturas y radiación, entre otros, sin olvidar el mayor rendimiento y productividad necesarios para satisfacer esta demanda. INIA ha abordado desde hace décadas esta necesidad a través de programas de mejoramiento genético en cultivos y frutales, y gracias al importante trabajo realizado por los Bancos de Germoplasma distribuidos en sus Centro Regionales”, señala Bruno Defilippi, Director Regional de INIA La Platina.
En Chile, la Agricultura Familiar Campesina y las comunidades de Pueblos Originarios, manejan su producción con cultivos que tienen como base entre un 50% a 90% de estas semillas, obtenidas en ferias locales, mercados y a través del intercambio.
La conservación de material genético para la producción de alimentos, ha sido parte del trabajo desarrollado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) a lo largo de su historia, destacando como la principal institución encargada de la preservación de recursos fitogenéticos del país, según señaló el estudio Estado de la conservación ex situ de especies cultivadas y silvestres en Chile, publicado en 2006.
Actualmente, la red de bancos de germoplasma de la institución, cuenta con más de 45.000 accesiones o muestras de especies y variedades de importancia agrícola, caracterizadas morfológicamente en su gran mayoría y con datos moleculares, entre otros aspectos relevantes, permitiendo a los usuarios conocer y acceder a las colecciones de semillas.
El Banco de Germoplasma de La Platina, especializado en especies hortícolas y frutales, ha sido pionero en implementar la conservación integrada, fomentando el flujo circular de semillas desde el banco al campo y viceversa. La base de este modelo es la creación del Centro de Oferta Varietal (COV) en San Carlos, Región de Ñuble.
«Mediante la restauración, se han introducido a los campos de agricultores, 49 variedades tradicionales de tomate, melón, haba, maíz, sandía, lechuga, zapallo, poroto y arveja, los que fueron multiplicadas por comunidades agrícolas para ampliar las capacidades de distribución de semillas a mayor escala”, destaca Erika Salazar, investigadora del Banco de Germoplasma INIA La Platina. Además, desde San Carlos se introdujeron a los bancos, 26 variedades de 11 cultivos para su multiplicación y conservación.
Para solicitar semillas tradicionales, se puede visitar la página web de INIA, ingresando a la sección Productos y Servicios donde está el acceso al listado de todas las accesiones (www.inia.cl/productosinia/). Sin embargo, para Erika Salazar, “es importante señalar que somos un banco de germoplasma y no un centro de producción de semillas, por lo que las cantidades que se pueden entregar son pocas y para investigación. Por esta razón creamos el COV, que es una propuesta muy interesante que permite capacitar a los agricultores a través del INIA, para que puedan multiplicar semillas para quienes quieran cultivarlas y solicitarlas de manera sencilla a través de covsancarlos@gmail.com.”
INIA La Platina, en el marco del proyecto “Centros de Oferta Varietal de Semillas Tradicionales: Un Modelo para el Fortalecimiento del Sistema Informal de Semillas y Aumento de la Competitividad de la Agricultura Familiar”, presentado al Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria (FONTAGRO) y adjudicado a fines del 2015, implementó este sistema integrado de producción y oferta de especies agrícolas como maíz, poroto, y especies hortícolas, favoreciendo y promoviendo el acceso a semillas de variedades tradicionales y así contribuir con la producción de alimentos en un siglo marcado por efectos del cambio climático.
Este trabajo colaborativo entre la Red de Agricultores Multiplicadores de San Carlos, que forman parte del COV, la CONAGRO y profesionales de INIA La Platina, ha reproducido a la fecha más de 74 variedades de 12 cultivos diferentes, las que están disponibles para la venta en el catálogo varietal en formatos que van desde los 5 gramos a un kilo.
Este y otros trabajos son realizados desde la red de bancos de germoplasma de la institución, preocupada por la conservación y distribución de material genético de alto valor para la Agricultura Familiar Campesina del país.