De cara a la primera conferencia sobre este tema, que se llevará a cabo en Portugal el próximo año, el embajador de la instancia, Pancho Campos, se refirió a la...
De cara a la primera conferencia sobre este tema, que se llevará a cabo en Portugal el próximo año, el embajador de la instancia, Pancho Campos, se refirió a la importancia de reducir el impacto de la huella de carbono de dicha industria (Emol.com).
«Fomentar la producción sostenible de vinos y reducir el impacto de la huella de carbono que tiene esta industria» fue la iniciativa que hoy presentó el embajador de la primera conferencia sobre cambio climático en el sector vinícola, Pancho Campos, que se celebrará en marzo de 2019 en Oporto (Portugal).
En la presentación en Santiago, Campos explicó que este julio ya se lanzó el Protocolo de Oporto, que tiene como objetivo unir a la industria del vino para conseguir una producción más sostenible, y que contó con el apoyo del expresidente de Estados Unidos Barack Obama.
Pancho Campos, especialista en vinos y medioambiente, afirmó hoy que se debe tener un «enfoque global» para paliar el impacto que tiene la industria vinícola en el medioambiente, aunque explicó que lo que más contamina ahora en la producción es el «empaquetado y transporte». «El vino todavía se transporta en botellas de vidrio muy pesadas y el más lujoso se transporta en cajas de madera. Además, se transporta en avión, y así el impacto de la huella de carbón es mucho mayor», agregó Campos.
El embajador de esta propuesta puntualizó que ya se han creado botellas de vidrio de menor peso, pero que el gran problema sigue siendo los vinos espumosos ya que, debido a la necesaria presión del aire, se embotellan en envases que pesan casi el doble que una botella de vino convencional. Según explicó Campos, además de reducir el peso de los envases, una opción que cada vez está teniendo mayor aceptación en la industria, por la reducción de costes que supone, es el transporte del vino a granel para luego embotellarlo en el destino. «Con este sistema baja mucho la huella de carbono. Además hay mucha gente que se da cuenta que esto no solo es bueno para el planeta sino que se ahorra mucho dinero. Por desgracia, en nuestro sistema económico, si no te tocan el bolsillo nadie te hace caso», agregó Campos.
El próximo 5 de marzo, enólogos expertos y ponentes como el exvicepresidente de EE.UU., Al Gore, tratarán en Oporto este tipo de cuestiones en la primera conferencia sobre cambio climático en la industria vinícola, en la que se buscarán soluciones para reducir los efectos medioambientales que tiene esta industria.
Esta iniciativa surge del Protocolo de Oporto, que además tiene como objetivos principales que las empresas que se adhieran adopten medidas para mitigar el cambio climático y que los productores inscritos compartan en la web los proyectos que les hayan funcionado. «Se trata de que las empresas adopten un compromiso no formal para que la industria del vino se una, así como las industrias paralelas como los fabricantes de corcho, empaquetado y transportistas», dijo Campos.
«Es una declaración de intenciones donde lo único que pretendemos es que el fabricante que se adhiera lo haga porque quiere y porque tiene algo que aportar», añadió. Por su parte, el presidente de la Asociación de Vinos Chile, Mario Pablo Silva, quien estuvo en la presentación de este lunes, destacó «la gran ventaja» que tiene el país suramericano debido a su geografía particular en la producción vitivinícola.
«Chile tiene la posibilidad de moverse, más allá de norte a sur, hoy día, por lo menos en la producción de vinos, nos podemos ir moviendo hacía varios valles, a sectores más costeros o cordilleranos adaptándonos a las condiciones que puedan cambiar debido al cambio climático», concluyó Campos.