El proyecto liderado por FIA, junto al Centro de Extensionismo Tecnológico Thinkagro, busca levantar la información actual respecto a lo que se ha hecho en el proceso de fortalecimiento del uso de tecnologías en el agro
A través de la Fundación para la Innovación, el Ministerio de Agricultura dio inicio al primer estudio del uso de tecnologías en el sector silvoagropecuario
“Por primera vez en el país se está realizando un estudio que dará a conocer cuál es la situación actual del uso de tecnologías en la agricultura nacional y validar un programa de incentivo para desarrollarla”, así lo señaló la Ministra de Agricultura, María Emilia Undurraga, en el lanzamiento del Programa Nacional para el Fomento de la Agricultura 4.0.
El proyecto – liderado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), junto al Centro de Extensionismo Tecnológico, Thinkagro − busca levantar la información actual respecto a lo que se ha hecho en el proceso de fortalecimiento del uso de tecnologías en el agro y su acercamiento al sector productivo.
Específicamente, se elaborará una hoja de ruta para desarrollar la agricultura 4.0 al 2030 en el país, para luego diseñar y validar un programa para su fomento.
“El gran desafío de nuestro sector es producir alimentos para alimentar a la población, y en el contexto de cambio climático que nos encontramos viviendo, es fundamental hacer las cosas distintas. Hoy tenemos que incorporar la tecnología y los conocimiento de una forma más profunda en nuestros procesos. No es sólo el uso de ellas, sino más bien incorporarlas con una mirada integral que nos ayude a innovar y adaptarnos a las nuevas condiciones”, indicó la Secretaria de Estado.
La agricultura 4.0 en un concepto que involucra una mirada integral del proceso agrícola, con una gestión más eficiente de los recursos, contribuyendo a mejorar la calidad, reducir costos, proteger el medio ambiente, a través del uso de las tecnologías, que permiten predecir escenarios y establecer prácticas oportunas y eficaces. Incluye materias tales como: inteligencia artificial (IA), agricultura de precisión, big data, data analytics, sensores IoT (Internet de las cosas) y robótica, entre otras.
“Como FIA hemos tomado el liderazgo de este tema porque sabemos que el uso de estos avances es una realidad para un grupo de productores agrícolas en Chile, pero aún falta avanzar en la penetración hacia los productores medianos y pequeños. No es una utopía para ellos, porque tienen a su alcance algunas de estas tecnologías, pero todavía queda mucho camino por recorrer. Y Fundación somos los encargados de gatillar que esto suceda, en Chile están surgiendo cada vez más innovadores que están creando tecnologías nacionales, pensadas para nuestra realidad y otros que están adaptando a lo local desarrollos internacionales”, indicó el director ejecutivo de FIA, Álvaro Eyzaguirre.
Primeros resultados
En la primera etapa de diagnóstico, se han realizado entrevistas con actores relevantes en cada una de las regiones del país, en temáticas asociadas al desarrollo e implementación de nuevas tecnologías para el sector agroalimentario. Incluyendo representantes de empresas agrícolas, empresas proveedoras de tecnologías para el agro, instituciones públicas regionales y nacionales, y de la academia. En total se han identificado a más de 400 actores relevantes a nivel nacional vinculados directamente con iniciativas o con interés en estas temáticas y de ellos se han logrado entrevistar a 60.
Dentro de los principales resultados, destaca que el 71% manifiesta que la adopción de algunas de estas herramientas, en especial las TIC´s las usaban con fines de mejorar la gestión interna de la empresa, lo que permitiría hacer más eficientes sus procesos administrativos internos.
En tanto, un 90% manifiesta que la adopción de tecnología ha permitido mejorar la capacidad de gestión, así como mejora en proceso productivo haciéndolos más eficientes y el 71% manifiesta que al incorporar tecnología ha habido una disminución en costos de producción independiente de lo que pudieran haber considerado inicialmente dado que los costos de adquisición de tecnología son elevados.
“Teniendo estos antecedentes a la mano es importante que quienes trabajan en el agro tengan convicción de la utilidad que tiene monitorear, disponer de información y utilizarla. Ese es el primer paso, es un cambio cultural que implica por ejemplo que el teléfono inteligente que la mayoría de las personas en el país está utilizando, tenga un sentido para mejorar sus procesos al integrarlo regularmente en las gestiones de sus negocios. Todo esto con la finalidad de aumentar la productividad y competitividad del sector. Mediante la disminución de costos, uso eficiente del agua, mejorar calidad y el uso racional de agroquímicos”, finaliza el director ejecutivo de Thinkagro- UTalca, José Antonio Reyes.