Proyecto del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), de 30 meses de duración, promueve el uso de hongos endófitos para el control de plagas y/o enfermedades en hortalizas, además de estimular...
Proyecto del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), de 30 meses de duración, promueve el uso de hongos endófitos para el control de plagas y/o enfermedades en hortalizas, además de estimular el crecimiento de las plantas. Iniciativa es financiada por el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional del Maule, y cuenta con la participación de la Municipalidad de Maule, el Programa de Desarrollo Local (Prodesal) de INDAP y las empresas I+D Agroecología y Nutrifert (Mundo Agropecuario).
Tradicionalmente las producciones de hortalizas se basan en el uso intensivo de agroquímicos para el control de plagas y enfermedades. El uso abusivo de estos productos genera problemas ambientales, sociales y económicos que afectan la sustentabilidad de los sistemas.
“Estas aplicaciones influyen negativamente en la calidad del suelo, ya que pierden una importante cantidad de micoorganismos benéficos, que ayudan a las plantas en su desarrollo para alcanzar los niveles de productividad que hacen rentables las unidades productivas de los agricultores”, sostiene la investigadora de INIA Quilamapu Lorena Barra Bucarei, quien lidera una innovadora estrategia de manejo de plagas y enfermedades basada en el uso de hongos endófitos. “Lo que buscamos -agrega- es minimizar los efectos perjudiciales del uso de plaguicidas químicos en la horticultura”.
Barra explica que los hongos endófitos son microorganismos que crecen en el interior de la planta, protegiéndola frente a la acción de plagas y enfermedades, y que contribuyen a su desarrollo al apoyar el proceso de nutrición de la planta.
Las propiedades benéficas de estos hongos fueron evaluadas en hortalizas durante la temporada 2018-2019, con agricultores de las localidades de Maule y Colín que forman parte del programa Prodesal de la Municipalidad de Maule. Tradicionalmente, estos pequeños productores han utilizado importantes cantidades de productos químicos en el control de plagas y enfermedades. “Los hongos endófitos fueron validados, tanto en invernaderos como al aire libre, en cultivos de tomate, pepino y lechuga, alcanzando producciones 100% libre de plaguicidas químicos y con rendimientos, en algunos casos, superiores a los obtenidos con el sistema tradicional” enfatiza la investigadora de INIA.
Lorena Barra sostiene que “el éxito de estas tecnologías depende del cumplimiento de las recomendaciones técnicas por parte de los productores. Los endófitos funcionan principalmente de forma preventiva. Deben ser aplicados de forma oportuna y bajo ciertas condiciones de temperatura y humedad, pero además los agricultores deben contribuir con el cumplimiento de labores de manejo que son fundamentales para evitar una alta presión de las plagas y enfermedades, como el retiro de los restos de vegetales provenientes de podas y limpiezas, manejo adecuado de la ventilación en el caso de los invernaderos y un manejo nutricional adecuado, entre otras”.
Durante el proceso de validación en hortalizas, la investigadora de INIA dijo que se trabajó en el desarrollo de una estrategia de uso con varias mezclas de endófitos “para lograr la más efectiva y funcional, o sea, que controle la plaga y/o la enfermedad y que además promueva el crecimiento de las plantas”. Para ello, comentó que se realizaron aplicaciones previas al trasplante, a nivel de almácigo, y luego en el desarrollo de cultivo hasta la cosecha. “Las aplicaciones previas al trasplante son fundamentales para el éxito de estos hongos, debido a que hay una importante colonización del suelo con microorganismos benéficos que compiten y disminuyen las poblaciones de patógenos que producen enfermedades en las plantas”, afirmó Paz Millas, fitopatóloga e investigadora de INIA que también forma parte del proyecto.