Cerezas, mandarinas y arándanos anotarían importante alza en valor durante el año. En tanto, las nueces, las uvas y las peras sufrirían caída. En volumen, se enviarían más de 2,8...
Cerezas, mandarinas y arándanos anotarían importante alza en valor durante el año. En tanto, las nueces, las uvas y las peras sufrirían caída. En volumen, se enviarían más de 2,8 millones de toneladas, lo que generaría un incremento de 6,1%. (El Mercurio).
Pese a la preocupación que ha desatado la llamada «guerra comercial» en los mercados externos, los productores frutícolas manejan positivas perspectivas para su negocio de cara a este año. Según datos de la Federación de Productores de Frutas (Fedefruta), el gremio estima que en este ejercicio se exportarían unos US$ 5.372 millones en frutas, monto récord que representaría un incremento de 7,4% en comparación con los US$ 5.004 millones del año pasado. La uva de mesa sigue liderando los retornos, por encima de los embarques de cerezas y manzanas.
En volumen, en tanto, la federación proyecta que exportarán más de 2,8 millones de toneladas, cantidad que representaría un alza de 6,1% respecto de 2017. Las manzanas y las uvas de mesa encabezan los embarques en volumen. Ahora bien, los mayores crecimientos en cantidad se registrarían en cerezas y arándanos, aunque se espera que en el primer fruto no haya una cosecha tan grande como la que hubo el año pasado.
Luis Schmidt, quien el lunes presentó su renuncia a la presidencia de Fedefruta al ser nominado nuevo embajador de Chile en China, sostuvo que con estas cifras el sector frutícola «se convierte una vez más como el mayor exportador agrícola del país, alcanzando cerca de un 41% de los envíos de este sector».
En cuanto a la «guerra comercial», Schmidt sostuvo que un 40% de los embarques de fruta se destina a China y a Estados Unidos. El nuevo representante del país en el gigante asiático manifestó serias inquietudes respecto de esta situación, pero destacó la apertura comercial que tiene Chile, sus buenas relaciones comerciales y la profundidad de sus acuerdos de libre comercio. Eso sí, afirmó que «no podemos ser obtusos y pensar que nada nos va a pasar con esta ‘guerra comercial'».
En cuanto a las consecuencias secundarias, Schmidt dijo que el precio del dólar se ha fortalecido y que eso tiene doble lectura. «Ahora que llegan los retornos de exportación de nuestra fruta es bueno para nuestro sector, pero es malo para los consumidores chilenos, ya que sube el precio de los productos importados. Además, el cobre ha caído a niveles de hace tres años, y eso no es una buena noticia para Chile», señaló.
En tanto, el nuevo timonel de Fedefruta y sucesor de Schmidt por los próximos dos años, Jorge Valenzuela, coincidió con Schmidt en cuanto a las buenas relaciones de Chile con EE.UU. y China, y manifestó que siempre es necesario monitorear los efectos colaterales que la «guerra comercial» puede alcanzar, como sucedió con el tema de las nueces chilenas en India, país que impuso una sobretasa de 100%.
Los ejes del nuevo timonel de Fedefruta
Tal como lo adelantara «El Mercurio», el ingeniero agrónomo de la Universidad de Chile Jorge Valenzuela fue nombrado nuevo presidente de Fedefruta. El timonel es productor de cerezas y nogales en Malloa, y ya ha ejercido el cargo de vicepresidente de la federación en los últimos cuatro años.
Valenzuela afirmó que su principal inquietud es el financiamiento bancario para los productores de frutas. «Es necesario que la banca vuelva a creer en los fruticultores. Hemos demostrado con creces el potencial que tiene este negocio», sostuvo. Asimismo, otro de los aspectos que más complican es la poca disponibilidad de mano de obra en el agro. «Nos gustaría una modificación legal, de manera que una mayor cantidad de trabajadores inmigrantes pudieran incorporarse a las labores del agro», aseguró.
Entre otras preocupaciones, está la de fomentar, profundizar y modernizar la fruticultura. A esos desafíos, según afirmó, se suma el recambio de las variedades con más obstáculos en su comercialización, la expansión del negocio hacia el sur de Chile, que en los últimos años se ha caracterizado por la reconversión de actividades hacia la fruticultura.