Aunque su consumo se asocia a la infancia y en algunos países va en declive, sus proteínas y minerales tienen un rol muy importante para evitar la obesidad, el cáncer...
Aunque su consumo se asocia a la infancia y en algunos países va en declive, sus proteínas y minerales tienen un rol muy importante para evitar la obesidad, el cáncer y la descalcificación en la adultez (El Mercurio).
La doctora Eliana Reyes dice que algunas frases sobre la leche han empezado a repetirse con frecuencia en su consulta: “Que produce alergias o que causa enfermedades. También que han dejado de tomarla”, comenta Reyes, directora de la Sociedad Chilena de Nutrición Clínica, Obesidad y Metabolismo y nutrióloga de la Clínica Universidad de los Andes.
“Yo te diría que un 60% de mis pacientes ahora viene con dudas sobre la leche”, asegura. Algo parecido reporta la doctora María del Pilar Falgade, nutrióloga de Clínica Indisa. “La gente pregunta si debe consumirla, te dicen que no toman o que no quieren hacerlo”, comenta la especialista.
Ambas expertas creen que el escenario puede deberse a que ahora los pacientes tienen acceso a información que circula en redes sociales y que, muchas veces, no tiene base científica.
Tendencia a la baja
En países como EE.UU. y España, el consumo de leche va en declive. Los estadounidenses beben un 37% menos leche que en 1970, según datos del Departamento de Agricultura de ese país, mientras que los españoles pasaron de tomar 49 litros al año a consumir 17 en menos de dos décadas, de acuerdo con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España.
En Chile, si bien el declive es más bien discreto (el consumo disminuyó un litro entre 2017 y 2018, según datos del Consorcio Lechero), lo que sucede en la consulta tiene en alerta a los especialistas, tomando en cuenta que el consumo local ya es menor al recomendado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Esta aconseja tomar 180 litros por persona al año, por encima de los 165 que consumieron los chilenos en 2018. El problema es que la leche es un alimento fundamental durante toda la vida, según los especialistas.
Uno de los principales errores, aseguran, es creer que el calcio es necesario únicamente durante la infancia. “En la vida post-treinta, por ejemplo, necesitas calcio para cualquier formación muscular y para otros procesos esenciales, como que bombee tu corazón”, explica Andrea Valenzuela, nutricionista de la Clínica Alemana.
“Si no lo tienes, tu cuerpo lo va a sacar del hueso y más adelante estarás descalcificado”, advierte. Y aunque otros alimentos también contienen calcio, añade la doctora Reyes, este no se absorbe igual. “La lactosa favorece la absorción del calcio, de manera que no es lo mismo comer vegetales que tomar leche”, argumenta.
Su aporte de vitaminas y proteínas también es importante. “La leche incorpora proteínas de alto valor biológico que ayudan a la formación de tejidos y contiene vitamina D, y esto es importante porque la mayoría de la población tiene deficiencia de ella”, dice Reyes.
Una de sus funciones más importantes es ayudar al organismo a absorber el calcio.
Protección antiobesidad
La leche también tiene un efecto saciante y, por lo tanto, protege de la obesidad, dice la doctora María Pía de la Maza, investigadora del INTA. “La evidencia científica demuestra que el consumo de leche es protector de múltiples enfermedades más que causante de éstas”.
El mecanismo protector de la leche frente a la obesidad también se relaciona con el tipo de grasa que contiene, asegura Martin Gotteland, profesor de la Universidad de Chile y experto en fisiología y fisiopatología de la nutrición.
“Tiene ácidos grasos de cadena corta que pueden tener un efecto regulador del metabolismo”, explica. Otros estudios nuevos también han relacionado la leche con un efecto protector frente al cáncer colorrectal, asegura Gotteland.
Los especialistas recomiendan que los adultos tomen de dos a tres porciones de lácteos (queso, leche o yogur) al día, preferiblemente en sus versiones descremadas. En el caso de adolescentes, mujeres embarazadas y quienes estén amamantando, el requerimiento es de cuatro a cinco porciones al día.