Positivos impactos económicos y agroindustriales generó la adopción de avena Supernova-INIA. En rendimiento se estimó un incremento promedio de 15 % en comparación con otras variedades utilizadas.
La generación de nuevas oportunidades de negocios, un incremento en el rendimiento de un 15 % en comparación con otras variedades utilizadas, y la disminución de la tendedura y la resistencia a enfermedades, son algunos de los hallazgo del informe que analizó el desarrollo del cultivo en la zona sur del país.
Durante los últimos 20 años, el mayor productor de avena ha sido Rusia, con un promedio de 5 millones de toneladas, seguido de Canadá y Polonia, consolidando en conjunto el 40 % de la producción mundial (FAOSTAT, 2021). Un cultivo de gran importancia a nivel mundial ya que en Chile, según ODEPA, ocupa el segundo lugar de relevancia en superficie, concentrándose su producción en la zona centro-sur y sur del país, específicamente en la Región de La Araucanía.
Las comunas de Victoria, Lautaro, Perquenco, Vilcún y Freire destacan con más del 50 % de la superficie nacional y con una participación regional que varía entre 7 % y 18 % (Censo Agropecuario, 2007). Este desarrollo ha sido posible gracias al trabajo en distintas instancias, que desde la década del cuarenta han permitido el mejoramiento genético de este cultivo, gracias a iniciativas públicas y privadas, como el Programa de Mejoramiento Genético (PMG) de Avena del el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), que abrió sus puertas en 1965 con aportes relevantes del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA).
Este programa nació con el objetivo de crear e introducir variedades de avena de alto rendimiento en grano cubierto y desnudo, con calidad física, agroindustrial y funcional, destinadas al consumo animal y/o humano, resistentes o tolerantes a las principales enfermedades, y con mejoras en el tipo agronómico de la planta, liberando 11 variedades desde su creación.
En 2004 se firmó un convenio entre Quaker Oats (Compañía Molinera El Globo) e INIA, para fortalecer el programa. Dentro de este convenio se liberó en 2008 la variedad Supernova-INIA, propiedad de The New Zealand Institute for Plant and Food Research Limited, representado por INIA, y que ha mantenido su liderazgo en el mercado por más de 10 años. Actualmente, la adopción de la nueva variedad se estima entre un 70 % a 90 % de la superficie nacional, cuya protección se encuentra vigente hasta el año 2025.
Para evaluar su adopción y contribución en comparación con otras variedades utilizadas, INIA realizó el estudio “Evaluación de impacto de la variedad Supernova-INIA en la Región de La Araucanía”, que arrojó valiosos resultados y destacó el trabajo que la institución ha ejecutado en el desarrollo nacional de este cultivo.
“El método consideró la construcción de la teoría del cambio y la determinación del impacto por medio de encuestas realizadas a la Agricultura Familiar Campesina; a medianos y grandes productores y productoras de las comunas más relevantes en superficie de La Araucanía; a representantes de la agroindustria; a un investigador externo especialista en Biotecnología y Mejoramiento Vegetal; y a investigadores/as y profesionales de INIA, que tuvieran conocimiento del trabajo desarrollado por la institución, para la validación y adaptación de la nueva variedad en las regiones del centro sur y sur del país”, explicó Mónica Mathias, fitomejoradora de INIA Carillanca.
El impacto económico también fue positivo, destacando la generación de nuevas oportunidades de negocios para la agroindustria y el incremento en el rendimiento del cultivo como los más valorados en términos relativos. En rendimiento estimó un incremento promedio de 15 % en comparación con otras variedades utilizadas.
En términos agroindustriales, la variedad Supernova-INIA, en comparación con otras presentes en el mercado, mejoró sus atributos -peso de los 1.000 granos, peso hectolitro, extracción de grano pelado, entre otras-, disminuyendo la tendedura y la resistencia a enfermedades como oídio y polvillo de la hoja. “Por lo tanto, el trabajo desarrollado en I+D+i por INIA, la vinculación con agricultores y agricultoras, así como con la agroindustria, permitió alinear la investigación y sus resultados con los requerimientos del mercado, entregando una respuesta rápida y oportuna, logrando coordinar las diferentes visiones estratégicas. Esto contribuyó a generar productos acordes a los desafíos y con un beneficio social superior a los $15.780 millones, equivalentes a US$ 20 millones”, puntualizó Mathias.
El estudio completo está disponible en: https://www.inia.cl/fichas_evaluacion/evaluacion-de-impacto-de-la-variedad-supernova-inia-en-la-region-de-la-araucania/