Mercado mundial de la disciplina moverá unos 4 mil millones de dólares en 2018. Actividad fue organizada por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) y congregó a los principales seguidores...
Mercado mundial de la disciplina moverá unos 4 mil millones de dólares en 2018. Actividad fue organizada por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) y congregó a los principales seguidores de una agricultura que privilegia el uso de organismos vivos para controlar plagas y enfermedades (Mundo Agropecuario).
Con una concurrencia que sobrepasó las 600 personas entre productores y representantes de empresas, la Primera Feria Tecnológica de Control Biológico de Chile fue ampliamente celebrada, al concentrar toda la información, avances y desarrollo de productos destinados a un creciente grupo de agricultores del centro sur del país.
A modo de balance, el investigador de INIA Quilamapu, Andrés France, coordinador general de la feria, dijo que los comentarios favorables al término de la actividad “constituyen un gran impulso para el desarrollo de un tipo de agricultura que se enmarca en la sustentabilidad, resguardo del medio ambiente y producción de alimentos más sanos”.
Durante dos días se combinaron charlas, muestras, avances de investigación y nuevos desarrollos, todo ello desde una mirada práctica. “Se trataron temas que son de gran importancia para el presente y futuro de la agricultura del centro sur de Chile” expresó France. Agregó que la feria ocupó un nicho que es propio de la región. “La nueva región de Ñuble cuenta con la mayor concentración de agricultores orgánicos del país, por lo que necesariamente tiene que contar también con la mayor concentración de información”.
El investigador de INIA Quilamapu explicó que el control biológico va a seguir creciendo. “Ya se sabe que, en unos 35 años, la industria de los controladores biológicos sobrepasará a la de los pesticidas sintéticos o convencionales. Eso ha obligado a que todas las grandes empresas tengan un área biológica de desarrollo”.
En tal sentido, Andrés France sostuvo que “El futuro es promisorio para esta disciplina. Cada vez más se necesitan nuevos desarrollos, nuevos productos, nuevas formulaciones, nuevas tecnologías, nuevos investigadores en el área”. Indicó que ello obedece a que “los productores, los consumidores y el medio ambiente demandan una agricultura más amigable”.
Según expresaron los organizadores, lo que buscan hoy las empresas productoras de frutas para exportación es tener cero residuos químicos. Por ello es que requieren el desarrollo de pesticidas biológicos.
Cifras en torno al control biológico
En cuanto a los números que acompañan a la generación de controladores biológicos, el investigador español de la Universidad de Córdoba, Enrique Quesada, quien tuvo a su cargo una de las tres charlas magistrales de la Feria, sostuvo que el mercado mundial de biocontroladores está experimentando un gran crecimiento en los últimos años y que aumentará considerablemente en poco tiempo. Así, señaló que, si bien alcanzaba los 100 millones de dólares en 1993, la cifra aumentó a 2 mil millones en 2014, estimándose en 4 mil millones de dólares para el presente año y en 6 mil millones para 2024, con un incremento anual en el periodo 2016-2024 del 8,8%.
Asimismo, añadió que en 2023 el mercado de los productos biológicos (o biopesticidas o controladores biológicos o biocontroladores) ocupará un 7% del mercado total, mientras que en el 2053 ocupará el 50% y de ahí en adelante, superará al de los pesticidas de síntesis química que hoy son por lejos los más demandados.
Quesada recalcó, además, que es el costo para desarrollar un producto químico alcanza los 250 millones de euros y que toma nueve años de trabajo, mientras que para obtener un bioinsecticida se requieren menos de 10 millones de euros y cuatro años de trabajo, lo que además posibilita el surgimiento de pequeñas empresas o startups.
Un hito para INIA
Marta Alfaro, Subdirectora Nacional de Investigación y Desarrollo de INIA, sostuvo que “la Feria fue un hito para la institución porque nos permitió reunir en un solo lugar todos los aportes que INIA hace en control biológico, tanto en investigación como en el desarrollo de bioinsumos, para ponerlos a disposición de empresas y productores”.
Junto con resaltar la importancia y potencial que tiene el control biológico para la agricultura nacional, indicó que ésta aún se encuentra en sus inicios y que “INIA tiene que fortalecerse en su desarrollo, ampliándose las áreas de investigación existentes que son producto de muchos años de trabajo”. Marta Alfaro agradeció a todos quienes participaron en la primera feria, en especial a “las empresas y productores que creyeron en nosotros”.
Desde la perspectiva de los expositores, el investigador español Enrique Quesada, Vicerrector de Investigación y Desarrollo Territorial de la Universidad de Córdoba, calificó como “un honor estar en esta feria”. Recalcó el nivel del trabajo que se está haciendo en el país y el interés existente. “Con un poquito de impulso por parte de la región y del gobierno, aquí habrá una cantera de investigadores que será el motor de control biológico de Chile en los próximos 50 años”, concluyó.